Vida moderna

Noctámbulos versus madrugadores, ¿quiénes rinden mejor en el trabajo?

Un estudio indica cómo los cronotipos del ser humano afectan su desempeño laboral.

25 de febrero de 2021
Los noctámbulos tienen el doble de probabilidades que los madrugadores de tener un rendimiento inferior en el trabajo.

Los trasnochadores pueden tener el doble de probabilidades que los madrugadores de un desempeño inferior en el trabajo y de correr un mayor riesgo de jubilación anticipada debido a una discapacidad, según una investigación publicada en la revista digital Occupational & Environmental Medicine.

Ante este hallazgo, y dada la tendencia de alargar la vida laboral y retrasar la edad para el retiro, valdría la pena tener en cuenta el cronotipo de una persona, sugieren los investigadores.

Los cronotipos matutinos tienden a funcionar mejor temprano en la mañana, mientras que los cronotipos vespertinos lo hacen mejor por la noche. El cronotipo es en gran parte genético, pero los factores ambientales, como la exposición a la luz del día, los horarios de trabajo y la vida familiar también pueden influir en él.

Por lo general, los noctámbulos o “búhos” no se duermen lo suficientemente temprano como para dormir las 8 horas recomendadas en días laborales estándar, lo que genera una falta de sueño. Para recuperar el sueño en los días no laborales, la gente acostumbra a dormir más. A esto se conoce como jet lag social.

Este desajuste se ha relacionado con problemas de salud, mientras que la privación del sueño a largo plazo está relacionada también con un rendimiento cognitivo deficiente, lo que potencialmente dificulta la productividad en el trabajo, dicen los expertos.

Para explorar esto más a fondo y descubrir si el cronotipo también podría estar relacionado con la jubilación anticipada por motivos de salud, los investigadores se basaron en datos del Estudio de 1966 de la Cohorte de Nacimientos de Finlandia del Norte (NFBC1966). El análisis está basado en la población general, que originalmente constaba de 12.058 niños (6.169 niños y 5.889 niñas), nacidos en el norte de Finlandia en 1966.

Cuando los participantes del estudio tenían 46 años, se les preguntó sobre su vida laboral, su salud y sobre sus patrones de sueño para averiguar su cronotipo natural. Los participantes calificaron su propio desempeño en el trabajo en una escala del 0 al 10. Sus datos estaban vinculados a los registros nacionales de seguridad social y pagos de pensiones.

En el análisis final se incluyeron unos 2.672 hombres y 3.159 mujeres, todos los cuales estaban trabajando en 2012 y para quienes se disponía de detalles completos. Fueron controlados durante los siguientes cuatro años para ver quién había dejado de trabajar y recibido una pensión por discapacidad.

Durante este periodo, 84 personas recibieron una nueva pensión de invalidez, 17 personas fallecieron, 3 de las cuales habían recibido una pensión de invalidez. Las proporciones de cronotipos matutinos, intermedio y vespertinos fueron, respectivamente: 46 %, 44 % y 10 % entre los hombres y 44 %, 44 % y 12 % entre las mujeres.

En comparación con los madrugadores, los noctámbulos obtuvieron peores calificaciones en todas las variables relacionadas con el sueño y la salud. Estos últimos informaron con mayor frecuencia haber tenido sueño corto, insomnio y altos niveles de jet lag social. Y también era más probable que no estuvieran casados y sin trabajo.

Aproximadamente 1 de cada 4 de los hombres (28 %) y mujeres (24 %) clasificados como vespertinos tenían un rendimiento inferior en el trabajo cuando tenían 46 años, una proporción significativamente más alta que entre los matutinos o cronotipos intermedios.

Las probabilidades de bajo rendimiento eran dos veces más altas entre los noctámbulos que entre los madrugadores en ambos sexos, incluso después de tener en cuenta factores potencialmente influyentes, como la duración del sueño y las horas de trabajo.

Los especialistas han aclarado que al tratarse de un estudio observacional no tenía como finalidad establecer la causa. Además, que tampoco fue posible medir el impacto del cronotipo de la vida anterior en la discapacidad de la vida posterior.

Sin embargo, los hallazgos están en línea con los de investigaciones previamente publicadas. Por lo que sugirieron tener en cuenta el cronotipo para apalancar el desempeño laboral, “tanto en la promoción de la salud a nivel individual como en la planificación de los horarios de trabajo a nivel organizacional”, concluyen los investigadores.

Por eso la recomendación de los científicos para quienes prefieren estar activos de noche, es la de adoptar un estilo de vida saludable, dormir el tiempo suficiente y trabajar en horas que se adapten a su cronotipo.

Con información de Europa Press.

Noticias relacionadas