¿Nuevo integrante de la familia? 13 consejos para el cuidado de un recién nacido

La llegada de un bebé a casa, principalmente para familias primerizas, está cargada de emociones, pero también de temores por enfrentarse al cuidado de un ser que depende, en todos los aspectos, de las personas que lo rodean. Por ello, la médica pediatra neonatóloga y coordinadora de la Unidad de Recién Nacidos de la Clínica Reina Sofía, Luz Ángela Rozo, brinda 13 recomendaciones y datos prácticos para cuidar a los recién nacidos.

• Para saber si la leche materna es el suficiente alimento que el bebé requiere, durante los primeros tres meses se recomienda ganar entre 750 y 1.000 gramos de forma mensual, y entre 500 y 600 gramos en los meses cuatro, cinco y seis de vida.
• Tener presente que es ideal que la leche materna, a menos que se indique lo contrario, sea la única fuente de alimento durante los primeros seis meses de vida. Después de este tiempo, los bebés deberían continuar recibiéndola junto con los otros alimentos que se introduzcan en la dieta.
• Siempre sacar los gases después de que el bebé coma. Esto evitará la aparición de cólicos. Si lloran fuerte, sudan y mueven los brazos y las piernas, es probable que tengan este dolor, por lo que es necesario sacar los gases y masajear el abdomen para que puedan relajarse.
• Para el primer baño del bebé, es necesario tener en cuenta qué se debe hacer cuando la temperatura del cuerpo se haya regulado; esto implica que con el baño no se debería enfriar de forma abrupta tras el cambio del pañal. Recordar que, si el menor no es prematuro y tiene buen peso, se puede bañar todos los días, desde el segundo día.
• No abrigar demasiado. La sensación de frío y calor excesivo no permite al bebé estar cómodo y seguramente esto lo demostrará de alguna manera.
• Utilizar, en lo posible, ropa de algodón. Este material es ideal porque, además de ayudar con la regulación de la temperatura, cuida la piel del bebé al evitar brotes y enrojecimientos, que suceden casi siempre con el calor excesivo.
• En la medida de lo posible, usar y cobijas antialérgicas. Tener en cuenta que, si el bebé tiene la piel delicada, lo ideal es primero envolverlo con una sábana y después con la cobija.
• Recordar siempre que la temperatura ideal del bebé debe estar entre 36,5 y 37,5 grados centígrados.
• Es normal que en los primeros días la producción de leche sea baja y que los bebés coman poco, pero seguido. Poco a poco mejoran tanto la producción de leche, como la capacidad del menor para comer por más tiempo. Estar al tanto de que orine varias veces en el día, pues este es un signo de hidratación.
• Asegurarse de que el bebé, dos veces al día y a través de una ventana, reciba el sol o la luz del día por períodos entre 15 y 20 minutos. Esta rutina se debe mantener durante las dos primeras semanas de vida.
• Si nota acné en la piel del bebé, limpiarla con agua y una loción suave. Esto se debe a las hormonas que reciben a través de la leche materna. Sin embargo, si el tema aumenta o persiste por más de un mes, lo mejor será consultar con el pediatra.
• Acostarlos boca arriba o de medio lado, pero con la cabeza y el torso un poco elevados. Así evitará que devuelvan la comida.
• Algunos síntomas de alerta que indican que es necesario acudir al médico son: vómitos repetidos, fiebre, decaimiento, inapetencia, diarrea frecuente y de mal olor, tos acompañada de fiebre y dificultad para respirar, aumento del color amarillo en la piel o los ojos y mucosas, falta de sueño, llanto incontrolable, movimientos anormales, convulsiones y coloración morada alrededor de los labios (cianosis).