SALUD

Nuevo tratamiento para detener la esclerosis múltiple

El novedoso procedimiento congela la progresión de la enfermedad en casi la mitad de los pacientes, al “reiniciar” el sistema inmune para que no ataque al propio organismo.

22 de febrero de 2017
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad autoinmune, que afecta al sistema nervioso | Foto: Archivo particular

Investigadores del Imperial College de Londres lograron detener por varios años el avance de esta enfermedad que afecta a 2,3 millones de personas en todo el mundo. El estudio, publicado por la revista Archives of Neurology, muestra que el trasplante de células madre hematopoyéticas autólogas, fue el procedimiento que ayudó frenar la progresión de la esclerosis múltiple en los pacientes que no habían tenido éxito con otra terapia.

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad autoinmune, “esto quiere decir que el sistema inmunológico está fallando, sus células se confunden y empiezan a atacar el propio organismo, en este caso, al sistema nervioso”, explica la médica Melissa Montoya. Cuando funciona bien, el sistema inmune protege el cuerpo de infecciones, virus y bacterias, al destruir los cuerpos extraños que lo invaden.

Hasta ahora no se ha encontrado cura para esta patología, pero sí se han desarrollado medicamentos para retrasar su avance. Por esta razón, los resultados de la más reciente terapia son esperanzadores, ya que los investigadores lograron que el 46 % de los pacientes que participaron en el estudio controlaran la progresión de la enfermedad hasta cinco años después. Algunos síntomas de la EM pueden ser “pérdida de fuerza, episodios de vértigo, adormecimiento de las extremidades, hormigueo, trastornos de la visión y dolor”, dice Montoya.

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Las células madre hematopoyéticas se encuentran en la médula ósea y producen las células del sistema inmune. Cuando empiezan a destruir la mielina o cubierta de las neuronas, provocan la esclerosis múltiple. Lo que consiguieron los investigadores fue eliminar tales células destructoras y reemplazarlas por unas regeneradas y sanas.

Administraron a los pacientes un medicamento para estimular a las células madre y hacer que pasaran de la médula ósea a la sangre. Una vez allí, las retiraron del organismo a través dosis altas de quimioterapia. En este punto, el cuerpo ya no tiene las células destructoras, pero también queda desprotegido porque en el proceso mueren también las células inmunes.

Como el organismo no puede quedar tan expuesto, se necesita restablecer el sistema inmune a través de un trasplante de las células madre hematopoyéticas sanas. De ese modo, se logró reiniciar la operación del aparato inmunológico y que funcionara con normalidad, por lo menos durante cinco años.

La EM tiene varios tipos. La mayoría de los casos son de EM remitente-recurrente. Otro tipo de esclerosis es la primaria progresiva, que padece cerca del 12 % de los pacientes. La EM secundaria progresiva es un tipo más avanzado y la experimenta cerca del 25 % de los pacientes a los que la remitente recurrente se les agravó. Y, finalmente, está la progresiva recurrente, que la sufre sólo el 3 % de los pacientes.

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De esa manera, el 73 % de los participantes del estudio que padecían la EM remitente recurrente no experimentaron empeoramiento de los síntomas luego de cinco años de tratamiento; de hecho, una parte mostró mejoría. Uno de cada tres de los que presentaban formas más avanzadas de esclerosis no empeoró cinco años después del tratamiento.

Por su parte, de los 281 pacientes tratados con este procedimiento, ocho murieron 100 días después de empezar, por complicaciones relacionadas con infecciones que pescaron y que no fueron combatidas porque el sistema inmune no se activó. Los pacientes mayores y con formas más graves de la enfermedad fueron los más propensos a morir.

Consciente de estos riesgos, Paolo Muraro, autor principal del estudio, aseguró que hay que sopesar los beneficios que ha demostrado el tratamiento. "Hemos demostrado que podemos ‘congelar‘ la enfermedad de un paciente y evitar que empeore en un período superior a cinco años. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el tratamiento conlleva un pequeño riesgo de muerte”, dijo. Así mismo, aseguró que el paso a seguir es la realización de un gran estudio para obtener resultados más concluyentes de este tratamiento

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