Vida moderna
¡Ojo! Estos son los factores que pueden elevar el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular
Las jornadas laborales extensas es una de las causas que aumenta el riesgo de sufrir esta enfermedad.
Un accidente cerebrovascular sucede cuando se interrumpe repentinamente el suministro de sangre a una parte del cerebro o cuando algún vaso sanguíneo en el cerebro se estalla. Esto ocasiona que la sangre se derrame en espacios donde se encuentran las células cerebrales.
Existen dos tipos de accidente cerebrovascular. Uno es el isquémico (bloqueo de un vaso sanguíneo que abastece al cerebro), y el otro el hemorrágico (sangrado dentro o alrededor del cerebro), explica el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de Estados Unidos.
Síntomas
- Adormecimiento o entumecimiento repentino o debilidad en un lado del cuerpo (cara, brazo o pierna, especialmente).
- Confusión repentina para hablar.
- Dificultad para hablar.
- Dificultad repentina para ver en uno o ambos ojos.
- Problemas repentinos para caminar.
- Mareos.
- Pérdida del equilibrio.
- Pérdida de la coordinación.
- Dolor de cabeza repentino, sin causa.
Si se llegan a presentar síntomas de un accidente cerebrovascular se debe acudir de forma urgente a un centro médico. Algunas personas consideran que se debe esperar a que los síntomas desaparezcan, pero cada minuto que transcurra es crucial para la salud de la persona. Si aumenta el tiempo de espera y de intervención médica, es directamente proporcional al daño cerebral, de discapacidad y de otras complicaciones. Por esto, una atención inmediata y oportuna es importante para prevenir mayores afectaciones en la salud.
Factores de riesgo
Existen diferentes factores de riesgo que incrementan la probabilidad de sufrir de un accidente cerebrovascular. La edad, la raza y el sexo son algunos de ellos. Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, explica que los afroamericanos, los hombres (más que las mujeres) y las personas mayores de 55 años tienen mayores probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular. En el caso de las mujeres, sufren de esta enfermedad cuando son mayores y cuando la padecen, tienen más riesgo de morir que los hombres.
- Presión arterial alta.
- Colesterol alto.
- Aumento de edad, en especial de los 55 años en adelante.
- Diabetes.
- Obesidad
- Familiares que hayan padecido accidentes cerebrovasculares.
- Personas que padecen enfermedades cardíacas.
- Durante el embarazo, las mujeres tienen mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.
- Tener frecuencia cardíaca irregular.
- Fumar cigarrillo o estar expuesto al humo del cigarrillo.
- Padecer enfermedad cardiovascular.
- Uso de píldoras anticonceptivas o terapias hormonales que incluyan estrógenos.
Jornadas laborales extensas
En la actualidad, las personas dedican gran parte de su vida al trabajo. En el mundo, el 9% trabaja demasiadas horas al día. Las jornadas largas de trabajo es una de las causas de accidentes cerebrovasculares en el mundo.
Los horarios extendidos provocaron “745 000 defunciones por accidente cerebrovascular y cardiopatía isquémica en 2016, una cifra un 29% superior a la de 2000″, señala La Organización Mundial de la Salud y la Organización Internacional del Trabajo. Un estudio de ambas organizaciones arrojó como resultado que trabajar a la semana 55 horas o más aumenta en un 35% el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular e incrementa en un 17% el peligro de morir, debido a una cardiopatía isquémica, si se trabaja una jornada laboral de 35 a 40 horas en la semana.
Aunque la pandemia causada por la covid-19 ha modificado las dinámicas laborales y ha convertido el teletrabajo en una de las formas más comunes de practicar los oficios, es importante poner un límite a la jornada laboral. La salud de los empleados debe ser la prioridad de las empresas, explica el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS: “ningún trabajo justifica exponerse al riesgo de sufrir un accidente cardiovascular o una cardiopatía isquémica. Los gobiernos, los empleadores y los trabajadores deben colaborar para poner límites a esta situación y proteger así la salud de los trabajadores”.