SALUD
Omega 3: estos son sus beneficios para combatir enfermedades cardiovasculares
Ayuda a reducir los triglicéridos y la presión arterial, que pueden incidir en los problemas cardíacos.
La enfermedad cardiovascular está relacionada con los problemas del corazón y los vasos sanguíneos. Con frecuencia estos inconvenientes de salud tienen que ver con la aterosclerosis, una afección que se presenta cuando la grasa y el colesterol se acumulan en las paredes de las arterias, según explica la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la enfermedad cardíaca es la principal causa de muerte en Estados Unidos, al punto que una de cada cuatro muertes se presenta por esta problemática.
En el listado de afecciones relacionadas con el corazón se encuentran: la cardiopatía coronaria, que es el tipo más común de enfermedad cardíaca y sucede cuando se acumula placa en las arterias que conducen al corazón; la insuficiencia cardíaca que ocurre cuando el miocardio se vuelve rígido o débil y no puede bombear suficiente sangre oxigenada, lo cual causa síntomas en todo el cuerpo.
También están las arritmias, que son problemas con la frecuencia cardíaca (pulso) o el ritmo cardíaco. Esto ocurre cuando el sistema eléctrico del corazón no funciona correctamente.
A estos padecimientos se suman las enfermedades de las válvulas cardíacas, que ocurren cuando una de las cuatro válvulas en el corazón no funciona correctamente y la arteriopatía periférica, que se presenta cuando las arterias de las piernas y los pies se estrechan debido a la acumulación de placa.
La presión arterial alta también es una enfermedad cardiovascular que puede conducir a otros problemas, tales como ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular.
Una persona también puede padecer un accidente cerebrovascular que es causado por la falta de flujo sanguíneo al cerebro. Esto puede suceder debido a un coágulo de sangre que viaja a los vasos sanguíneos en el cerebro o un sangrado en éste.
Por último, y no menos importante, está la cardiopatía congénita, que es un problema con la estructura y funcionamiento del corazón que está presente al nacer, precisa la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos.
Dada la importancia que cobran todos estos padecimientos, los cuáles pueden generar graves afectaciones a la salud, el Instituto Mayo Clinic recomienda consumir productos que contengan omega 3, los cuales podrían reducir el riesgo de tener enfermedades cardíacas.
A algunas personas les preocupan el mercurio u otros contaminantes presentes en los mariscos. Sin embargo, según esta institución, los beneficios de comer pescado como parte de una dieta saludable generalmente superan los posibles riesgos de exposición a los contaminantes.
¿Por qué estos ácidos son buenos para el corazón?
Según los expertos, estos ácidos pueden ayudar a reducir la inflamación en todo el cuerpo, la cual puede dañar los vasos sanguíneos y provocar enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Los ácidos grasos omega 3 pueden beneficiar la salud del corazón al disminuir los triglicéridos, reducir ligeramente la presión arterial, mermar la coagulación de la sangre, disminuir el riesgo de derrames cerebrales y de insuficiencia cardíaca y controlar los latidos irregulares del corazón.
Si bien muchos tipos de mariscos contienen pequeñas cantidades de ácidos grasos omega 3, los pescados grasos contienen la mayor cantidad y parecen ser los más beneficiosos para la salud del corazón. En este grupo se encuentran el salmón, la sardina, el bacalao, el arenque, la trucha de lago y el atún enlatado en agua.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos recomienda el pescado como parte de una dieta saludable para la mayoría de las personas. Las mujeres embarazadas, que planean quedar embarazadas o que están amamantando y los niños pequeños deben evitarlo debido a la posibilidad de contaminación por mercurio.
Por su parte, según esta entidad, los adultos deben comer por lo menos ocho onzas (226,80 g) o dos porciones de pescado rico en omega 3 a la semana. Los niños también deben consumir aquellos pescados que tienen menos probabilidades de contaminación con mercurio una o dos veces por semana.
Además del pescado, otros alimentos que proporcionan omega 3 son las nueces y semillas como la linaza, de chía y nueces negras; los aceites de plantas como el de linaza, el de soya y canola y alimentos fortificados como ciertas marcas de huevos, yogur, jugos, leche y bebidas de soya, según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.