SALUD
Parásitos intestinales: la semilla que ayuda a eliminarlos
Los niños son la población más vulnerable al desarrollo de parásitos.
Los parásitos son organismos que se alimentan de nutrientes que obtienen de otros. Pueden vivir en el aparato digestivo, causar enfermedades y afectan a millones de personas en todo el mundo, según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Es una afección que normalmente se presenta por ingerir agua contaminada o al consumir alimentos que contienen bacterias. Los niños están más expuestos a obtener parásitos, pues es posible que se infecten tocando una superficie infectada y llevándose los dedos o las manos a la boca.
Los especialistas aseguran que muchas de las infecciones parasitarias desaparecen solas o son fáciles de tratar. Sin embargo, no sucede lo mismo cuando se presenta esta problemática en personas con sistemas inmunológicos débiles, pues es posible que cause complicaciones graves.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), indican que las infecciones parasitarias tienen la posibilidad de generar diversas enfermedades y en los climas de trópico o templados, las personas son más susceptibles. Según la citada fuente, de todas las enfermedades parasitarias, la malaria es la que produce más muertes en el mundo.
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Dado que en muchos casos estas afecciones pueden tratarse de manera casera, hay algunos remedios naturales que ayudan a hacerle frente a este padecimiento. Uno de ellos es la semilla de calabaza. Una publicación del diario El Universal, de México, cita un estudio publicado en la revista especializada International Journal of Molecular Sciences, el cual demostró que este producto tiene propiedades antiparasitarias.
De acuerdo con la revista Mejor con Salud, en un artículo escrito por Elena Martínez Blasco, las mejores formas de aprovechar esas propiedades y beneficios es tomarlas crudas, sin tostar, y preferiblemente en ayunas.
De igual forma, es posible preparar una bebida vegetal triturando 50 gramos de semillas de calabaza junto con 250 mililitros de agua. Se puede endulzar con un poco de estevia o con miel. Asimismo, se pueden moler y añadir como condimento a diversas preparaciones gastronómicas.
Más remedios para los parásitos
Otro de los remedios naturales para combatir los parásitos es el ajo. Este alimento es considerado uno de los mejores antibióticos naturales, gracias a que ataca los patógenos y eleva las defensas del organismo.
Al ajo se le atribuyen al menos 60 compuestos con propiedades antimicrobianas, que lo convierten en un remedio que ataca infecciones bacterianas, virales o por hongos. Un análisis realizado por científicos de la Universidad de Alejandría ratificó sus propiedades antiparasitarias.
“El ajo contiene aminoácidos, minerales y vitaminas, con ello, este alimento es capaz de reducir notablemente la cantidad de parásitos que se encuentren alojados en el cuerpo”, indica la publicación de El Universal.
Una opción de remedio casero más es el té de artemisa, una planta con propiedades antiparasitarias, según el portal de bienestar y salud Tua Saúde. Para prepararlo se requiere de 20 gramos de hojas de artemisia y un litro de agua hirviendo. Se agregan las hojas al agua caliente y se deja reposar, luego se cuela y se toma. La recomendación es ingerirla tres veces al día.
Síntomas de parásitos
La Biblioteca de Medicina indica que las principales señales de que se tienen parásitos son las siguientes:
- Diarrea que dura más de unos pocos días.
- Dolor abdominal.
- Sangre o moco en las heces.
- Náuseas y vómitos.
- Gases.
- Fiebre.
- Pérdida de peso.
¿Cómo prevenirlos?
El portal Cinfasalud, de España, plantea las siguientes recomendaciones para prevenir el desarrollo de parásitos intestinales, controlar la propagación de los huevos y evitar la transmisión de la infección:
- Lavarse las manos. Es importante que a los niños se les laven también, especialmente después de ir al baño y antes de comer.
- No a las manos al rostro. Cuando las manos están sucias, es importante no acercarlas a la boca y a la nariz.
- Tener las uñas cortas y limpias. Con esto se evita que los huevos se alojen en ellas. Es clave mantener muy aseadas las de los niños.
- Desinfectar la ropa. Lavar a temperaturas superiores a 55º y aplicar desinfectantes. Tanto la ropa de cama, como el pijama, la ropa interior o toallas que hayan estado en contacto con el paciente, deben ser lavadas con frecuencia y a temperaturas elevadas.
- Limpiar las frutas y verduras. Con ello se previene el riesgo de infección a través de este tipo de productos frescos que puedan haberse contaminado con aguas residuales.