Vida Moderna
Pasos para cambiar de hábitos y empezar a hacer ejercicio
Emprender nuevos hábitos saludables no es fácil, esto solo es posible si se visualiza el proceso.
Un propósito que se repite todos los años es cambiar el estilo de vida y empezar a adquirir hábitos saludables. Sin embargo, para la mayoría de personas este propósito queda solo en palabras, ya que las dificultades aparecen en el proceso de iniciar una nueva vida.
El proceso de plantearse un cambio y ponerlo en marcha ha sido foco de estudio para la psicología. En ese sentido, existe una magnitud de modelos que buscan explicar las fases por las que la persona atraviesa desde el planteamiento deseado hasta el logro del objetivo. Dichos modelos y prácticas no solo ayudan a clarificar el proceder de la persona, también permite situarse en cada etapa del proceso.
Motivarse
El primer paso para iniciar una rutina de ejercicio es tener clara la motivación inicial, bien sea pasa despejar la mente, ganar músculo, perder peso, estar en forma, lucir algunas prendas que están guardadas o aprender un deporte de interés.
La motivación personal puede ser alguna de las mencionadas con anterioridad, lo ideal es encontrarla. De ello dependerá que la persona sea constante en su rutina.
Tendencias
Desarrollar un plan realista
Una vez la persona encuentre el factor que lo motiva a ejercitarse, debe desarrollar un plan realista para mantener el interés y no desistir.
Para ello es aconsejable buscar asesoría de un profesional y crear un plan de ejercicios semanal combinado con una dieta saludable que genere un avance progresivo, según la condición física de cada persona. De esta forma, el principiante podrá desglosar el entrenamiento en pequeños pasos que lo llevarán a lograr el objetivo.
Es importante que, al principio, sobre todo si no se ha practicado algún deporte con anterioridad, se sigan los consejos de un entrenador personal, respecto a la frecuencia con la que se debe hacer ejercicio y qué tipo de ejercicio es mejor de acuerdo al estado físico en que se encuentre.
Escoger el mejor método
Los primeros días del entrenamiento son los más difíciles y, seguramente, dolerá alguna parte del cuerpo. La meta en un inicio parecerá muy lejana y en ocasiones los principiantes serán más susceptibles a abandonar la práctica. Para evitar que esto ocurra, se debe recordar el motivo por el cual se está entrenando.
Adicionalmente, es aconsejable elegir el método que más se adapte a cada persona. Algunos tips consisten en verse al espejo e imaginar el cambio físico al pasar de los meses. También es ideal dejar mensajes motivadores en lugares visibles y activar recordatorios en el teléfono para recordar cuándo ir a entrenar.
Evitar los falsos mitos deportivos
Es importante no creer en “mitos, hipótesis y leyendas urbanas de los gimnasios”, muchas personas que se autodenominan instructores no conocen las bases científicas de la actividad física y enseñan de acuerdo a su ciencia personal, las cuales en muchas ocasiones carecen de fundamentos y no están basadas en estudios.
Conceptos como que la actividad física endurece la grasa, correr sin hidratarse ayuda a adelgazar, que es necesario comer solo proteínas para aumentar masa muscular, se debe hacer abdominales hasta estar delgados o que entre más se sude más se pierde peso, entre otros, son totalmente errados y pueden llevar a realizar una mala práctica del deporte.
Dejar los malos hábitos
Muchas personas asisten al gimnasio para bajar de peso, tonificar o reducir medidas. Sin embargo, en su rutina diaria siguen fumando, tomando licor o comiendo en cantidades absurdas.
La idea de asumir un estilo de vida sano, es comprometerse realmente con lo que se está buscando. Por lo tanto, es fundamental dormir bien y manejar de manera adecuada los niveles de estrés, esto ayudará a que la actividad física tenga mejores resultados.
Hacer deporte de manera inteligente genera calidad de vida e influencia de forma positiva a quien se comprometa con cada rutina.