SALUD
Pie diabético: ¿cuáles son los niveles de las lesiones y cómo detectar los síntomas?
Las úlceras en los pies se generan por altos niveles de azúcar en la sangre. La falta de tratamiento adecuado puede generar amputaciones.
La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la que produce. El efecto de presentar diabetes no controlada es la hiperglucemia, que es precisamente el aumento de azúcar en la sangre.
La Diabetes Mellitus, como se le conoce médicamente, se clasifica en tipo 1 y 2, aunque existen otras formas como la diabetes gestacional.
Según la Organización Mundial de la Salud, la tipo 1 se produce por la destrucción de las células productoras de insulina, lo que conduce a la necesidad de un tratamiento con esta hormona; mientras que la 2 se presenta tanto por una disminución de la sensibilidad a la acción de la insulina en diferentes tejidos, como por la insuficiente secreción de la misma por parte de las células pancreáticas.
Una de las consecuencias que puede traer esta enfermedad crónica en el organismo es el pie diabético, el cual se da cuando existen niveles inadecuados de glucosa en sangre, además de otros factores que concurren con frecuencia en personas con diabetes como la hipertensión arterial.
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Estas enfermedades pueden provocar un daño en los vasos y nervios que se traducirán en complicaciones a largo plazo.
Riesgos
Dos de los riesgos que pueden presentar estos pacientes son la disminución de la sensibilidad y la mala circulación del pie, que pueden derivar en la formación de una úlcera, algunas veces graves, y que es la principal causa de una posible amputación, precisa la Clínica Universidad de Navarra.
La mayoría de las heridas son causadas por una disminución de la sensibilidad del pie y surgen en la planta o en las zonas cercanas al hueso, como los nudillos de los dedos.
El daño a los nervios que produce la diabetes puede hacer que una persona no sienta una cortadura, una ampolla o una llaga, indica la biblioteca médica MedlinePlus. Este tipo de lesiones en los pies pueden causar úlceras e infecciones.
“Los casos graves pueden inclusive causar una amputación. El daño en los vasos sanguíneos también puede significar que los pies no reciben suficiente sangre y oxígeno. Es más difícil que el pie pueda curarse si tiene una llaga o una infección”, precisa este sitio web especializado.
Existen varias clasificaciones del pie diabético. Una de las más conocidas es la clasificación Wagner, que establece diversos grados. En el grado cero se presentan callos o fisuras, pero no hay lesiones; en el 1 es cuando hay una úlcera superficial; en el grado dos se puede presentar una úlcera profunda con afección de tendones, ligamentos y músculos, pero sin afectación ósea. En el grado 3, se presenta una úlcera profunda acompañada de absceso; en el grado 4 se evidencia una gangrena localizada y en el 5, una gangrena extensa que afecta todo el pie.
Los principales síntomas que indican que una persona puede tener pie diabético son: la pérdida de la percepción ante estímulos dolorosos, presiones excesivas y cambios de temperatura; atrofia y debilidad de la musculatura de la extremidad inferior, lo que produce deformidades de los pies y aumento de las presiones en determinadas zonas del pie, sequedad de los pies, dejando la piel más frágil y con tendencia a agrietarse y edemas y distensiones vasculares, precisa el Instituto de Rehabilitación Funcional La Salle.
Según esta institución, existen algunos factores de riesgo para que una persona pueda desarrollar una úlcera diabética y entre ellos están: úlcera o amputación previa, neuropatías diabéticas, traumatismos como el uso de un calzado inadecuado, caminar descalzo, objetos en el interior del calzado, caídas o accidentes; alteraciones biomecánicas; diabetes de más de 10 años de evolución, mal control de la glucemia y edad avanzada, entre otros.
¿Cómo prevenir el pie diabético?
De acuerdo con MedlinePlus, una persona puede ayudar a evitar los problemas en los pies controlando los niveles de azúcar en la sangre, pero también con otras prácticas sencillas a las que se les debe hacer seguimiento diario.
De acuerdo con los expertos, en caso de que un paciente observe una úlcera, deberá acudir lo antes posible al especialista. No únicamente para curarla, sino para diagnosticarla y diseñar un tratamiento personalizado que permita hacerle seguimiento y superar las dificultades que esta situación puede generar.