Salud
Piedras en los riñones: ¿Cómo prevenir su aparición?
Por lo general, los adolescentes que tienen cálculos renales padecen una afección médica que incrementa el riesgo a desarrollarlas.
Las piedras en los riñones, también conocidas como cálculos renales, son piezas sólidas que se forman en cada riñón debido a sustancias presentes en la orina. Estas piedras se forman cuando las sales y los minerales de la orina tienen una concentración alta y se cristalizan. Según Medline Plus, por lo general estas piedras renales se eliminan sin ayuda médica; sin embargo, alguna de estas piedras no siempre son fáciles de expulsar, por lo que se requiere ir al médico.
Cuando esta afección se presenta, es común presenciar un dolor punzante e intenso tanto en los costados del cuerpo como en la espalda, dolor abdominal y en la ingle, y ardor en la orina. De acuerdo con Mayo Clinic, también se puede presentar una alteración en la orina con color rosado, rojo o marrón, orina turbia, vómito, náuseas, fiebre y escalofríos.
Los cálculos en los riñones, por lo general, suelen aparecer con mayor frecuencia en los adultos; no obstante, muchas veces los bebés prematuros, los niños y los adolescentes se ven afectados por esta afección que se debe a diferentes factores como la deshidratación, una alimentación y estilo de vida inadecuados, defectos en el tracto urinario, un trastorno metabólico y otras enfermedades como la gota.
Una de las causas de los cálculos en los riñones en las mujeres es la disminución de estrógenos que se da con los años, ya que se descalcifica el organismo. Según el portal web Saber Vivir Tv, un estudio realizado a más de 24.000 mujeres posmenopáusicas reveló que “las que tomaron hormonas corrieron un riesgo de un 21 % mayor de sufrir cálculos renales en un periodo de cinco años que las que solo ingerían placebo”.
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De este modo, es importante prevenir y tener unos buenos hábitos de salud para evitar esta afección, por lo que el portal web Saber Vivir Tv da a conocer algunos tips esenciales para cuidar los riñones y evitar formar cálculos en los riñones:
- Beber agua: Cuando se deja de consumir agua, es probable que se formen los cálculos en los riñones. Es por ello que los expertos aconsejan beber dos litros de agua al día, con el fin de aumentar el volumen de orina y así facilitar la rápida eliminación de esos pequeños cristales que se forman en los riñones. Adicional a ello, también se aconseja beber infusiones, pero no el té, ya que estos contienen ácido oxálico, una sustancia que incrementa la formación de los cálculos renales.
- Controlar la presión arterial: Anteriormente, no se relacionaba el azúcar con el bienestar de los riñones; sin embargo, con la revisión de varios estudios que sugieren que los azúcares añadidos pueden aumentar la presión arterial y la frecuencia cardíaca, también pueden deteriorar los riñones y así formar pequeños cálculos.
- Evitar el consumo de espinacas: Las personas que son más propensas a formar cálculos en los riñones no deben consumir espinacas. De este modo, se pueden reemplazar por alimentos ricos en calcio, porque este nutriente al combinarse con el ácido oxálico permite la eliminación rápida de las heces.
- Precaución con los suplementos de vitamina C: No es aconsejable consumir estos suplementos, ya que la vitamina C tiende a transformarse en oxalato en el cuerpo, lo cual aumenta las posibilidades de formar cálculos renales. Lo ideal es consumir a diario fruta rica en vitamina C, porque proporcionan citratos, una sustancia que impide que se una el calcio y el ácido oxálico.
- No abusar de los analgésicos: Por lo general, tanto los analgésicos como los antibióticos son fármacos nefrotóxicos que afectan directamente al riñón. Además, tomar antiinflamatorios proporciona la formación de las piedras en los riñones.
- Evite permanecer sentado: De acuerdo con un estudio de la Universidad de Leicester, permanecer mucho tiempo sentado, en especial las mujeres, afecta no solo los riñones, sino también otros órganos vitales. Dicha investigación relaciona que las personas que permanecían sentadas menos de tres horas al día tenían un riesgo menor de desarrollar una enfermedad renal crónica.