Vida Moderna
Piedras en los riñones: el alimento que ayuda a prevenirlas y combatir la inflamación
Las piedras en los riñones pueden ser tan pequeñas como un grano de arena o tan grandes como una perla.
Las piedras en los riñones son trozos de un material sólido, que se forman en uno o ambos riñones cuando hay niveles altos de ciertos minerales en la orina, de acuerdo con el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales que hace parte de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos.
De hecho, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, explicó que los tipos de cálculos renales son:
- Cálculos de calcio. La mayoría de los cálculos renales son cálculos de calcio, suelen producirse en forma de oxalato de calcio. El oxalato es una sustancia que produce el hígado diariamente o que se obtiene en la alimentación, pues ciertas frutas y verduras, así como los frutos secos y el chocolate, tienen un alto contenido de oxalato. Además, los factores alimenticios, las altas dosis de vitamina D, la cirugía de baipás intestinal y varios trastornos metabólicos pueden aumentar la concentración de calcio u oxalato en la orina. Asimismo, los cálculos de calcio también se pueden producir en forma de fosfato de calcio. Este tipo de cálculo es más común en trastornos metabólicos, como la acidosis tubular renal. También puede estar asociado con ciertos medicamentos utilizados para tratar las migrañas o las convulsiones, como el topiramato (Topamax, Trokendi XR, Qudexy XR).
- Cálculos de estruvita. Los cálculos de estruvita se forman a partir de una infección de las vías urinarias y estos cálculos pueden crecer rápidamente y volverse bastante grandes, a veces, con muy pocos síntomas o pequeñas advertencias.
- Cálculos de ácido úrico. Los cálculos de ácido úrico se pueden formar en personas que pierden demasiado líquido debido a la diarrea crónica o a la malabsorción, en aquellos que llevan una dieta rica en proteínas y en aquellos con diabetes o síndrome metabólico. Ciertos factores genéticos también pueden aumentar el riesgo de presentar cálculos de ácido úrico.
- Cálculos de cistina. Estos cálculos se forman en personas con un trastorno hereditario llamado cistinuria que hace que los riñones excreten un aminoácido específico en grandes cantidades.
Dicho lo anterior, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar ‘Tua Saúde’ reveló que el apio es ideal para prevenir la afección, ya que “es rico en agua y potasio, por lo que ejerce propiedades diuréticas que ayudan a prevenir el surgimiento de infecciones urinarias y la formación de piedras en los riñones”.
Asimismo, señaló que otras propiedades del apio incluyen que “es rico en vitamina A y vitaminas del complejo B, y posee propiedades, antioxidantes, hepatoprotectoras, hipoglucemiantes, antiinflamatorias, analgésicas, digestivas, antiespasmódicas, inmunológicas, hipolipemiantes, hipotensoras y diuréticas”.
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Respecto al consumo, indicó que este “es un vegetal muy versátil, utilizándose de diversas maneras, se puede comer crudo, cocido al vapor o al horno y para hacer diferentes recetas, como salsas, sopas, ensaladas, cremas, en forma de palitos como snacks con queso blanco y hierbas e incluso para preparar jugos, licuados o té”.
Información nutricional por 100 gramos de apio
- Energía: 15 calorías
- Agua: 94,4 g
- Proteína: 1,1 g
- Grasa: 0,1 g
- Carbohidratos: 1,5 g
- Fibra: 2,0 g
- Vitamina B1: 0,05 mg
- Vitamina B2: 0,04 mg
- Vitamina B3: 0,3 mg
- Vitamina C: 8 mg
- Vitamina B9: 16 mcg
- Potasio: 300 mg
- Calcio: 55 mg
- Fósforo: 32 mg
- Magnesio: 13 mg
- Hierro: 0,6 mg
De todos modos, antes de consumir algún alimento, lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.