SALUD
¡Pilas! Estos son algunos alimentos que no deben comer los gatos
La salud de estas mascotas puede afectarse por el consumo de chocolate, leche y café, entre otros alimentos.
La salud de una mascota está estrechamente relacionada con la alimentación, pues constituye uno de los factores más relevantes a la hora de evitar la aparición de patologías futuras que van desde problemas digestivos hasta anemias u otras dolencias que pueden resultar graves.
Uno de los aspectos que también sugieren los expertos es que a lo largo de los años los requerimientos nutricionales del gato cambian en función de la edad, su estilo de vida y su condición física. Pero también existen otros condicionantes que deben tenerse en cuenta para que los gatos gocen de buena salud.
Algunos sitios especializados destacan los alimentos que no se les deben dar a los felinos domésticos para evitar posibles complicaciones en su organismo. Estos son algunos de ellos:
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Atún
Este es uno de los alimentos que les fascina a los gatos; sin embargo, esto no quiere decir que estén recibiendo una dieta balanceada, ya que falta incorporar otros nutrientes como la fibra, vitaminas y minerales, precisa el sitio web de la marca de alimentos para animales Purina Latam.
Leche y sus derivados
La leche de vaca contiene un azúcar denominado lactosa en una mayor concentración que la leche de la gata. La lactasa, que es la enzima que desdobla este azúcar, en el gato no se encuentra en cantidades suficientes, lo que puede ocasionar diarreas. Lo mismo puede suceder con el queso debido a su mayor cantidad de grasa.
Café o chocolate
En ambos alimentos se encuentra una metilxantina que es la cafeína y la teobromina, si por alguna razón el gato se come todo, puede intoxicarse, mostrarse muy nervioso o incluso tener convulsiones. Si pasa esto, la recomendación es llevarlo de urgencia al médico veterinario, aconseja el mencionado portal.
Huevo
Cuando está crudo, el huevo contiene una enzima llamada avidina, que tiene la capacidad de destruir la biotina, una vitamina del complejo B, y provocar problemas en la piel de los gatos.
Pescado o carne cruda
Por otro lado, el portal Affinity-petcare precisa que aunque los gatos están adaptados a digerir y extraer los nutrientes de los alimentos animales crudos, se debe evitar que los de compañía consuman estos alimentos porque pueden adquirir parásitos peligrosos. “La carne cruda puede estar infestada por toxoplasma (la ingestión de carne cruda es la única vía de contagio para el gato) y el pescado puede ser portador de anisakis.
Aguacate
El peligro del consumo de esta fruta radica en su alto contenido en grasas, las cuales son muy difíciles de digerir por el gato, lo que puede causar patologías graves como la pancreatitis. Asimismo, contiene persina una sustancia que puede provocarles alteraciones cardíacas, indica el sitio web Vet plan de España.
Cebolla y ajo
El problema con estas hortalizas reside en que contienen tiosulfato, una sustancia que destruye los glóbulos rojos del animal, pudiendo causarle anemias.
Comida para perros
Aunque no se podría decir que su consumo es perjudicial para la salud del felino, no es recomendable alimentarlo con la comida para perros, ya que esta no contiene los nutrientes y vitaminas necesarias para el desarrollo y correcto funcionamiento del organismo de su organismo, al tener ambos animales necesidades distintas en cuanto a proteínas, vitaminas y nutrientes.
Uvas pasas
Huesos y espinas
Los huesos y espinas pueden causar heridas, desgarros y úlceras en el esófago y el intestino del gato, especialmente en el caso de los huesos de aves, los cuales se astillan con facilidad.
Alcohol
La mayoría de animales, incluyendo al gato, son incapaces de metabolizar el alcohol. Las bebidas con alcohol y otros alimentos fermentados son muy tóxicos para ellos y pueden fácilmente ocasionarles la muerte.
Embutidos, conservas de carnes y pescados
Estos alimentos elaborados para personas y otros productos con sal pueden afectar la salud de los felinos. Estos animales tienen un aparato renal muy delicado y no gestionan bien los excesos de sal. Pueden padecer hipertensión, daños renales y otros problemas sistémicos.