Vida Moderna
Pilas: estos son los riesgos de usar el celular todas las noches antes de dormir
Los expertos ahondaron en este tema y revelaron las consecuencias de emplear el dispositivo en la cama.
En los tiempos modernos el celular se ha convertido en un accesorio vital para las personas, a tal punto de ser calificado como otra articulación. Por ello, la gente tiende a usarlo a cada momento, inclusive antes de dormirse en plena oscuridad.
Los dispositivos electrónicos son una necesidad. En un inicio, cumplían la función exclusiva de lograr la comunicación entre las personas sin importar las distancias. Pero con el paso de los años y gracias a la innovación, los celulares ahora son más que eso, por el hecho que permiten mensajear, manejar cuentas bancarias, entretenerse, editar, trabajar, analizar bases de datos, entre otras miles de funciones proporcionadas por los dispositivos.
Es por ello que la era digital se centra en el uso permanente del celular por ser indispensable en cualquier momento del día. Culminada la jornada del día y antes de dormir, las personas siguen usando el dispositivo cuando tienen todas las luces están apagadas. Una proporción de la gente asegura que esta práctica es perjudicial, dado que daña la vista y no permite conciliar correctamente el sueño. ¿Será verdad? La ciencia ahondó en este tema y dio con la respuesta.
Los autores del informe ‘Químicas de UT descubren cómo la luz azul acelera la ceguera’ presentado por la Universidad de Toledo afirman que el celular daña los ojos durante la oscuridad, debido a que el dispositivo emite una luz azul, la cual si se prolonga muy cerca al rostro y con el brillo a tope, genera una sobrecarga en la retina. Es por ello que recomiendan no usarlo en esas condiciones o contar con algo de iluminación alrededor, para que el ojo no sea vea perjudicado.
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El uso excesivo del teléfono celular también puede causar fatiga visual. El estudio ‘Fatiga ocular inducida por teléfonos inteligentes en individuos jóvenes y sanos’ indica que quienes utilizan el teléfono celular durante más de una hora seguida padecen cansancio ocular, dolor de ojos y somnolencia. En el estudio se descubrió que los síntomas empeoran con el aumento del uso del teléfono celular.
Bajo ese contexto, los expertos recomiendan seguir los consejos de la American Academy of Ophthalmology. Por un lado, se sugiere hacer pausas regulares con el teléfono para evitar la fatiga visual y dolores de cabeza, tomando en cuenta la regla 20-20-20. Esta consta en observar un objeto en un punto fijo alejado a 20 pies de uno por unos 20 segundos durante cada 20 minutos como descanso del uso del teléfono.
Además de que usar el celular en la oscuridad daña los ojos, también interrumpe el descanso en la noche, por el hecho que los trastornos de sueño aumentan con la edad y el uso nocturno de dispositivos intensifica sus efectos. El estudio ‘El uso nocturno de lectores electrónicos emisores de luz afecta negativamente el sueño, el ritmo circadiano y el estado de alerta a la mañana siguiente’ señala que el uso nocturno de dispositivos emisores de luz, como los teléfonos y los lectores electrónicos, dificulta la capacidad para conciliar el sueño y permanecer dormido, afectando el estado de alerta en la mañana.
Otra consecuencia del uso prolongado del celular en la noche tiene que ver con los daños ocasionados en el cuello, hombros y espalda. Los expertos sostienen que una persona en promedio dura de dos a cuatro horas al día con la cabeza inclinada, consecuente a leer y enviar mensajes.
La cabeza del adulto promedio pesa entre 10 a 12 libras, por lo que mantenerla inclinada en la noche aumenta las dolencias en la columna vertebral, debido a que se le hace presión prolongada por la presión. Esta situación sobre el cuello, los hombros y las articulaciones puede causar lo que algunos llaman cuello de texto.
Doblar el cuello hacia delante sobre huesos ya debilitados por la osteoporosis puede hacer avanzar la degeneración, las microfracturas y las fracturas por compresión de estos huesos ya debilitados por la osteoporosis. Esto puede provocar dolor, reducción de la movilidad e incluso la necesidad de intervención quirúrgica.