LINGÜÍSTICA

¿Por qué se nos pegan los acentos?

Es una de las formas más fáciles de detectar el origen de una persona. A veces, las personas lo imitan sin darse cuenta.

3 de junio de 2016
El Instituto Cervantes calcula que alrededor de 559 millones de personas en el mundo hablan español. | Foto: AP

Cuando una persona cambia de acento se convierte en blanco de críticas. Esto le sucedió a Shakira porque su acento parecía más argentino mientras estaba de novia de Antonio de la Rúa. También la molestaron porque su acento parecía más español que costeño desde que empezó a salir con el jugador del Barcelona Gerard Pique. Así mismo, el acento de Madonna ha sido objeto de burlas ya que hace muchos años vive en Reino Unido y su pronunciación suena más británica que estadounidense.

Existen varios factores que influyen para que a las personas adquieran un acento más rápido que otras. Javier Cuétara Priede, profesor de lingüística de la Facultad de Filosofía y letras de la UNAM, explicó a Verne que "si se busca pertenecer a una comunidad (o dejar de pertenecer a una comunidad), se adopta un acento determinado, de manera voluntaria".

El profesor agregó que para que una persona pueda hacerse entender adoptaba formas lingüísticas de la población en la que se encuentra: “Si estoy en España, por ejemplo, y me quiero dar a entender, pido un ‘culín’ para un vaso de vino, o un cortado por un café espresso con leche”.

También puede suceder que se adquiera un acento involuntariamente cuando se trata de la lengua materna – comentó el académico- ya que son respuestas del sistema lingüístico para mejorar la interacción con otros".

Al respecto un estudio de 2006 realizado en Barnard College (Nueva York) concluyó que durante una conversación personas con diferentes acentos pueden llegar a mimetizar algunas palabras. “Esto contribuye a una comprensión mutua y disminuye la distancia social”, dice el estudio.

Otra investigación de la Facultad de psicología de la Universidad de Columbia encontró que los estudiantes compartían similitudes en su forma de habar aunque provinieran de ciudades o países distintos. Cuando se tiene una relación con otras personas, las probabilidades de que se empiece a hablar como ellas aumentan.

Adicionalmente, hay personas que deciden adoptar un acento que no es el suyo por que buscan esconder su origen o no quieren que los asocien con ideas preconcebidas sobre su lugar de procedencia. De hecho, algunos lo hacen por cuestiones de trabajo. Por ejemplo, a algunos periodistas de radio o televisión les piden que neutralicen su acento para que tengan una mejor conexión con la audiencia.

Esto se debe a que entre los países hay preconceptos sobre quién habla mejor el idioma. Los británicos por ejemplo consideran que los estadounidenses no hablan muy bien el inglés. Los españoles por su parte podrían pensar que hablan mejor el castellano que los puertorriqueños. Incluso, dentro de un mismo país puede haber prejuicios acerca de la pronunciación. En Colombia por ejemplo, los bogotanos piensan que hablan mejor que los costeños o los paisas.   

Con todo, aunque se tenga el deseo de cambiar de acento, aun cuando se viva en otros lugares distintos al país natal, o se comparta con personas de otros países, es difícil que se pierda el acento original por completo.

Cuétara Priede afirmó además a Verne que "Con los años, muchos años, se pueden perder rasgos de la lengua materna, pero en el fondo siempre habrá algún elemento que acuse la procedencia".