Nutrición
Por qué no le conviene almorzar en el escritorio, sobre todo si trabaja en casa
Lo que comemos y cómo lo hacemos impacta nuestra nutrición y psicología, advierten los especialistas.
Una de las imágenes típicas de la vida contemporánea es la del atareado trabajador engullendo su almuerzo en el puesto, mientras sigue con sus labores.
Sin embargo, los expertos han confirmado múltiples veces que es necesario hacer una verdadera pausa en medio de la jornada, en un sitio diferente y comiendo con todas las de la ley, pues así mejora la productividad cuando las funciones exigen estar frente a la pantalla del computador por largo tiempo.
Eso es tan cierto, que en Francia existe una ley que les prohíbe a los empleados almorzar en el escritorio, so pena de ganarse una multa.
La cuestión no es solo tomarse un descanso, sino que lo que comemos y cómo lo hacemos tiene implicaciones no solo nutricionales sino además de orden psicológico, según un reciente artículo de Huffpost.com.
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En estos tiempos en que un gran cúmulo de personas está trabajando en casa, no hay que bajar la guardia al respecto, de acuerdo con nutricionistas y expertos en comportamiento, quienes manifiestan que hay que estar alerta con la proximidad de la comida que viene con ello.
La facilidad de ir a la cocina y servirse algo puede llevar a lo que los especialistas llaman “comida inconsciente” y es preciso evitarla, porque es ingerir alimentos sin poner mucha atención a las pistas que sí se siguen cuando se está sentado a la mesa, explica Leanne Redman, directora ejecutiva del instituto de educación científica Pennington Biomedical Research Center de Baton Rouge, Louisiana. “No nos fijamos en la sensación de saciedad, porque comemos más rápido que de costumbre y no nos sentimos llenos”, comenta.
Con las restricciones de la pandemia, la gente se está aprovisionando de grandes cantidades de víveres, lo cual sumado a lo anterior se traduce en un mayor consumo de calorías en el día. El resultado de ello puede ser un aumento descontrolado del peso.
Otra conocedora del tema, Brooke Scheller, doctora en nutrición clínica, explica por qué una pausa de 30 minutos a una hora durante el almuerzo previene el agotamiento y reactiva la creatividad.
La prolongada exposición a la luz azul, cuenta, propia de las pantallas de los aparatos electrónicos, incrementa la producción de cortisol, conocida como la hormona del estrés, mucho más ahora, dada la presión a que las personas han estado expuestas por las limitaciones por el nuevo coronavirus.
Así, alejarse del puesto de trabajo no es más que una manera de prevenir que los efectos del cortisol sigan disparándose en el cuerpo y se eleven los niveles de estrés.
El primer paso que recomiendan los especialistas para crear una disciplina a este respecto es programar todos los días el momento del almuerzo. “Es una práctica que ayuda a tomar decisiones más conscientes al momento de comer”, explica Leanne Redman.
Quienes trabajan desde el hogar y no pueden salir a almorzar, pueden sencillamente cambiar de ambiente, sentarse en un área diferente de la casa. Lo importante es apartarse del lugar en que se trabaja.
Es recomendable además crear la atmósfera para el almuerzo, como le dijo a HuffPost la psicóloga clínica Sam Von Reiche, quien explica que eso abarca poner la mesa o elegir algún tipo de música.
Algo que puede favorecer adquirir disciplina en cuanto a hábitos de comida en estos tiempos de pandemia y trabajo en casa es comportarse como si en realidad se estuviera yendo a la oficina.
“Ello significa empacar las comidas como lo haríamos si saliéramos de casa para el trabajo. También podemos programar qué vamos a tener para el almuerzo y las otras pausas durante la jornada”, aconseja la doctora Redman.
Muchos seguramente encontrarán difícil seguir estas recomendaciones con solo leerlas y eso no es nada raro. El Pennington Biomedical Research Center realizó una encuesta entre 7754 personas de todo el mundo, de las cuales el 30 por ciento contestó que se les estaba haciendo muy difícil vencer la tentación de picar a deshoras sin pensar (la comida inconsciente), debido a la tensión producida por las nuevas realidades que ha traído la actual crisis de salud.
Un estímulo para adoptar buenas prácticas y volver a sentarse a almorzar tranquilamente a la mesa es que esa característica imagen del workaholic comiendo frente a la pantalla está directamente asociada con los más bajos niveles de felicidad, explicó la doctora Von Reiche.