SALUD

¿Cómo vamos con Mipres?

Ocho meses después de aparecer Mipres, médicos y pacientes hablan de su experiencia. Unos se quejan de que llenar el aplicativo les toma el tiempo de una cita médica y los otros de las demoras en la aprobación de los medicamentos.

2 de noviembre de 2017
Mipres es el aplicativo mediante el cual se hace la prescripción de los medicamentos | Foto: Foto: Archivo Particular

Doña Amanda tiene 65 años y sufre de diabetes hace 15, tiempo que lleva tomando los dos medicamentos disponibles en el Plan Obligatorio de Salud, POS, para esta enfermedad. En el mes de agosto de 2016, sus niveles de glucosa en la sangre comenzaron a elevarse a pesar de los ajustes que su médico le hacía a su tratamiento. Una vez llegó a las dosis máximas de ambas pastillas, no solo continuó mal controlada de su diabetes, sino que comenzó a presentar síntomas de hipoglicemia en las madrugadas, efecto comúnmente asociado a la glibenclamida y por lo cual su médico tuvo que reducirle la dosis.

El doctor le propuso iniciar insulina a una dosis baja, pero doña Amanda vive sola y se queja de mala memoria y, temiendo pasarse del horario de una dosis y las posibles crisis de híper o hipoglicemia que estos olvidos pudiesen significar, le preguntó sobre algún otro medicamento que se administre por vía oral. Así que le formuló sitagliptina –un estimulante de la producción de insulina por el páncreas– por medio de una solicitud no POS al comité técnico científico (CTC) de su EPS, que lo aprobó y entregó mensualmente hasta marzo de 2017.

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Para cuando necesitaba renovar su prescripción, había cambiado el sistema. En efecto, el pasado mes de febrero, el Ministerio de Salud comunicó a los medios que, acorde con la Ley Estatutaria de Salud del año 2015, todos los usuarios del sistema tendrían acceso a los medicamentos y procedimientos solicitados por sus médicos tratantes, sin tener que acogerse a los límites impuestos por el POS, con la promesa de acabar con los CTC encargados de aprobar o negar dichas solicitudes. Titulares como “se acabó el POS” y “el POS deja de existir” circularon por los medios de comunicación nacionales. Lo que el Ministerio no mencionó es que, tras el fin del POS, nacería el Plan Básico de Beneficios, o PBS, definido, según la página web de la cartera, como “el conjunto de servicios para la atención en salud que todo afiliado al Sistema General de Seguridad Social en Salud tiene derecho (sic)”, es decir, una lista de medicamentos, insumos y procedimientos, tanto médicos como quirúrgicos, definida, en su última actualización, por la Resolución 6408 de 2016 del Ministerio de Salud.

Con el fin de acabar con los ‘carteles’ de medicamentos que desfalcan al sistema de salud por miles de millones de pesos cada año, el Gobierno presentó, en reemplazo de los CTC de las EPS, una nueva figura que denominó MiPres, (mi prescripción), aplicativo al que los médicos acceden a través de internet, para solicitarle directamente al ministerio medicamentos, exámenes, insumos, procedimientos, entre otros, no contemplados dentro del PBS, lo cual evita recobros millonarios por parte de las aseguradoras al Fondo de Salud y Garantía, Fosyga, como sucedió en los casos del cartel de la hemofilia y el cartel de los enfermos mentales, solo por mencionar un par.

Lo que el Gobierno no reveló a los medios es que el proceso es tan dispendioso que algunos aseguran que su objetivo es desestimular la formulación de tecnologías no contempladas dentro del Plan. “Hacer una solicitud de un medicamento no POS en el sistema de la EPS tardaba unos minutos. Bastaba con justificarlo muy bien en la historia (clínica) y hacer la fórmula, que era casi como la de cualquier otro medicamento”, dice el médico de doña Amanda, quien solicita se guarde su identidad, y hace la salvedad de que cada EPS tiene su propio sistema de historia clínica, por lo cual el tiempo que tomaban dichas solicitudes era variable. “Desde marzo, hacer un solo MiPres se lleva una cita completa. Sumándole a eso que algunos pacientes no toman solo un medicamento que está por fuera del POS o no consultan solamente para renovar la orden”, lo cual, en la experiencia del médico, genera múltiples retrasos.

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Cuando el doctor del programa de riesgo cardiovascular hizo por primera vez la solicitud de la sitagliptina a través de MiPres, le informó a doña Amanda que debía esperar cinco días hábiles durante los cuales le llegaría un mensaje de texto o un correo electrónico notificándole la autorización o negación del medicamento por parte del Ministerio. Si en el lapso de ese tiempo no recibía respuesta, debía llamar a la línea telefónica consignada en la fórmula. Dos semanas después, doña Amanda volvió donde su médico: quería saber por qué el medicamento le había sido negado. Al indagar en la historia clínica de su paciente, el profesional se encontró con un párrafo que describía que la mujer llevaba tres años sin asistir a citas de nutrición y era sedentaria, lo cual influye en la obesidad que ya padece y en el mal control de sus cifras de glicemia. Además, en historias anteriores, al indagar por los hábitos dietarios de Doña Amanda, como es rutinario en todas las consultas médicas por hipertensión y diabetes, otros médicos consignaron que la paciente aún consumía alimentos ricos en calorías y carbohidratos, a pesar de que el control dietario es el pilar fundamental en el manejo de enfermedades como esta.

“Uno queda entre la espada y la pared”, dice el doctor de doña Amanda, que trabaja para una EPS en Medellín. “El paciente le reclama a uno que un médico en Bogotá no autorizó el medicamento que uno solicitó. La única opción ahora es poner una tutela, excepto que, con este sistema, no sería contra las EPS sino contra el ministerio”, aclara.

“El MiPres o el paciente”

En enero de 2017, un médico le formuló a doña Rosa, una mujer de 58 años que padece asma desde hace 20 años, Salmeterol con Fluticasona, un inhalador que se encuentra por fuera del POS, ya que padecía de crisis de asma que la despertaban todas las noches y limitaban sus actividades diarias, a pesar de usar los tres inhaladores disponibles en el POS hasta cuatro veces al día. La mujer utilizó el nuevo medicamento durante tres meses, mostrando una mejoría marcada: ya podía dormir toda la noche casi todos los días y no se sentía asfixiada al subir las escalas al segundo piso donde vive. En marzo, después de que su médica le formulara el inhalador a través de la nueva plataforma MiPres, doña Rosa se encontró con que no le fue aprobado.

“Si uno decidiera que no se va a atrasar en la consulta, le tocaría elegir entre hacer el MiPres o hacerle el examen físico al paciente”, dice la médica de doña Rocío, En el programa de la historia clínica de la EPS donde la médica labora, las solicitudes no POS estaban vinculadas a la historia de cada paciente. Ahora, con el nuevo aplicativo, el médico debe seguir una serie de pasos que, según la doctora, consumen un tiempo que ya es limitado.

¿Cambiar de EPS?

”Cuando me fijé en la parte de la historia que registra las autorizaciones de cada paciente”, cuenta la médica, “decía que no había una ‘justificación técnica ni científica’ para el medicamento. Uno formula la gran mayoría de tratamientos por fuera del POS porque el paciente no presenta mejoría con los del POS, como en este caso, cosa que registré detalladamente en la historia: las dosis diaria que se aplicaba de cada inhalador, el tiempo que los usó, la frecuencia y la intensidad de los síntomas y la clasificación del asma”. La segunda vez le negaron el medicamento porque “no estaba aprobado para el diagnóstico que estaba en la historia clínica, a pesar de que es análogo de los inhaladores que están en el POS para esta enfermedad”. La médica comenta que en la tercera consulta, doña Rosa, frustrada, le dijo que se cambiaría de EPS. “No hay diferencia. Las EPS ahora solo entregan lo que el Ministerio autorice. Si el ministerio niega algo, ninguna EPS o prepagada va a despacharlo”.

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A pesar de las promesas del Gobierno de garantizar un mejor acceso a los servicios de salud, a ocho meses de implementado el MiPres, la doctora de doña Rosa no es optimista: “formular algo que no esté en el POS volvió a ser igual tan dispendioso como antes de que las historias clínicas se digitalizaran. En mi experiencia, algunos pacientes y todos los médicos tenemos más ‘trabas’ ahora. No sé si es que al ministerio le pareció que las EPS estaban dando muchas cosas”, se pregunta la doctora, con algo de sarcasmo.

Después de dos décadas, el sistema de salud colombiano ha sido sometido a actualizaciones como la inclusión en el POS de algunos medicamentos, el intento por regular el precio de ciertos fármacos cuyo costo aún es exponencialmente mayor en Colombia en comparación con otros países suramericanos, amenazando así la sostenibilidad del sistema, el hecho de que las desprestigiadas y algunas saqueadas EPS parezca ofrecer menor tramitología y más garantías en la prestación de ciertos servicios en comparación con el Estado, hace que la esperanza de que las tutelas se conviertan en recursos excepcionales e ilusión de la autonomía médica se hacen más lejanas.