infección inguinal
Los probióticos se usan para mejorar la flora vaginal | Foto: Getty Images/iStockphoto

Vida Moderna

Probióticos vaginales: ¿qué son?, ¿para qué se usan? y ¿realmente funcionan?

Así como existe la flora intestinal, existe la flora bacteriana vaginal.

17 de junio de 2022

El cuerpo humano requiere de bacterias y microorganismos para funcionar de manera óptima. En el caso del cuerpo femenino, en ocasiones y por distintos factores pueden aparecer infecciones que causan molestias.

Esto ocurre ya que los genitales de ellas suelen estar más expuestos debido a que su funcionamiento requiere de muchas células y fluidos que los defiendan de posibles enfermedades infecciosas, alergias (por algún material de la ropa interior), enfermedades de transmisión sexual (ETS), entre otras.

Las mujeres pueden enfermar por entrar a un baño público, por resequedad, mala alimentación, irresponsabilidad en la salud y vida sexual, falta de cuidado consigo misma, adquirir algún tipo de organismo en una piscina y un sinnúmero de situaciones. Por eso se ha hecho muy común el uso de los llamados “probióticos vaginales”, que pueden ser consumidos como una pastilla o introducidos en la vagina como óvulos.

Pero, ¿qué son los probióticos vaginales? “Son microorganismos vivos que, administrados en las cantidades adecuadas, son beneficiosos cuando se toman. Es decir, cuando se tiene una microbiota con menos microorganismos de los que se debería, los probióticos pueden ayudar a restablecerla añadiendo los microorganismos beneficiosos que le faltan. Hay probióticos para la microbiota vaginal y para la intestinal”, según informa Kernpharma.

¿A qué se refiere el término “microbiota”? Conforme lo registra el sitio, las paredes de la vagina tienen algo llamado “flora bacteriana vaginal”, que actúa como “una barrera natural contra los patógenos que intentan infectarnos. Aunque está compuesta de muchas bacterias que son beneficiosas, las más abundantes son los lactobacilos”.

Así las cosas, los probióticos vaginales fungen un rol que permite “frenar el crecimiento de bacterias nocivas y hongos, causas principales de las infecciones vaginales, además de metabolizar la glucosa y producir ácido láctico, sustancia que mantiene el pH vaginal ácido. Su administración puede ser tanto oral (ya sea como comprimidos, cápsulas o viales) como tópica, siendo más rápida su eficacia al administrarse directamente en el lugar de la infección y requerir tratamientos más cortos”, conforme registra Bayer en su sitio web.

Sin embargo, de acuerdo con varios expertos consultados por The New York Times en su edición en español, aunque estos circulan y su venta es libre, es decir, no necesitan una fórmula médica para su adquisición, realmente se necesitan más estudios que demuestren con altos porcentajes su efectividad.

Muchos de esos probióticos que se comercializan “contienen especies bacterianas cultivadas a partir del intestino o de alimentos fermentados, los cuales no son habitantes naturales de la vagina. A nivel biológico, no creo que tenga mucha lógica”, afirmó Catriona Bradshaw, quien es experta en salud sexual de la Universidad de Monash en Melbourne, Australia, y que cuenta con una investigación centrada en la vaginosis bacteriana, registró el NYT.

La experta agregó que “la mayoría de estos productos no tienen el control de calidad que se requiere para los productos farmacéuticos reales. Así que no se sabe qué es en verdad lo que te estás poniendo en la boca… o en la vagina, según sea el caso”.