CIENCIA
“Prueba el poder de la ciencia”: el pulso político entre Biden y Trump por SpaceX
El presidente electo aseguró que el lanzamiento del cohete muestra lo que “podemos lograr combinando innovación, ingenio y determinación”. Trump asegura que la Nasa era un desastre antes de que él llegara al poder.
Este domingo, el mundo se pegó a las pantallas de sus celulares para ver despegar al Falcon 9. El viaje de tres astronautas estadounidenses y un japonés rumbo a la Estación Espacial Internacional (ISS) a bordo de un cohete de la empresa SpaceX, el nuevo sistema de transporte espacial de la Nasa, generó euforia. Se trataba de un giro en la política espacial del país, después de nueve años de dependencia de Rusia. “Es un gran día para Estados Unidos y para Japón”, dijo el jefe de la agencia, Jim Bridenstine, en una conferencia de prensa.
Vea el lanzamiento de la misión de SpaceX:
Detrás de ese viaje había una apuesta. La estrategia estadounidense, intensificada durante el mandato de Donald Trump, fue la de privatizar el acceso a los alrededores de la Tierra, impulsando la actividad de compañías como SpaceX y Boeing con millones de dólares en contratos para convertirlas en proveedoras de servicios para la Nasa y para cualquier persona o empresa privada. “La Nasa era un completo desastre cuando asumimos. Ahora es de nuevo el centro espacial más ‘candente’ y avanzado del mundo, ¡de lejos!”, escribió el presidente saliente.
A great launch! @NASA was a closed up disaster when we took over. Now it is again the “hottest”, most advanced, space center in the world, by far! https://t.co/CDCGdO74Yb
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) November 16, 2020
Joe Biden, quien reemplazará a Trump en enero, también elogió a la Nasa y a SpaceX, pero desde otro ángulo. “Es una prueba del poder de la ciencia y de lo que podemos lograr combinando innovación, ingenio y determinación”, tuiteó el presidente electo.
Tendencias
Congratulations to NASA and SpaceX on today's launch. It’s a testament to the power of science and what we can accomplish by harnessing our innovation, ingenuity, and determination. I join all Americans and the people of Japan in wishing the astronauts Godspeed on their journey.
— Joe Biden (@JoeBiden) November 16, 2020
Pero el cambio político en Washington es un momento complejo para la agenda espacial, que todavía no recibió del Congreso las decenas de miles de millones de dólares necesarios para finalizar el programa Artemisa de regreso a la Luna en 2024. Bridenstine anunció que dejará su puesto para permitir a Biden que fije sus propios objetivos espaciales. A día de hoy, el demócrata todavía no se ha referido a la fecha de 2024 para caminar de nuevo sobre la Luna.
Four astronauts are now on their way to the International Space Station following a spectacular launch aboard the SpaceX...
Posted by NASA - National Aeronautics and Space Administration on Sunday, November 15, 2020
Este fin de semana, el cohete Falcon 9 de SpaceX despegó sin fallas y a la hora prevista desde del Centro Espacial Kennedy, en Florida, iluminando el paisaje nocturno de la costa. A bordo de la cápsula acoplada a la parte superior iban los astronautas estadounidenses Michael Hopkins, Victor Glover y Shannon Walker, y el japonés Soichi Noguchi. “Fue un lanzamiento increíble”, dijo el capitán Hopkins, una vez en órbita.
Menos de tres minutos después del despegue, a una altitud de 90 km y mientras el cohete viajaba a 7.000 km/h, el primer nivel de la nave se desprendió sin incidentes para volver a la Tierra, pues será reutilizado en una misión prevista para 2021 que conducirá a cuatro astronautas a la ISS.
En tanto, el segundo nivel, con la cápsula, siguió su curso y su trayectoria era correcta, según anunció SpaceX. Este viaje durará 27 horas y media, y la cápsula Dragón debería acoplarse alrededor de las 04H00 GMT del martes a la ISS, donde se encuentran dos rusos y un estadounidense. La tripulación permanecerá allí durante seis meses. Este vuelo “operacional” da continuidad a la exitosa misión de demostración realizada de mayo a agosto, en la que dos astronautas estadounidenses fueron conducidos a la ISS y después traídos a la Tierra de forma segura por SpaceX.
El vicepresidente de Estados unidos, Mike Pence, acudió al centro espacial para asistir al lanzamiento. “Bienvenidos a la continuación de una nueva era de exploración espacial tripulada en Estados Unidos”, dijo poco antes.
La cápsula Dragon de SpaceX es el segundo dispositivo capaz de llegar en la actualidad hasta la ISS, junto al muy fiable Soyouz ruso, que desde 2011 ha conducido a todos los visitantes de la estación, después de que Estados Unidos interrumpiera sus vuelos tripulados hace nueve años. Un segundo transbordador, fabricado por Boeing, podría estar operativo en un año.
La Nasa espera, sin embargo, continuar cooperando con Rusia. Para ello, propuso facilitar plazas para sus cosmonautas en futuras misiones y pretende que los estadounidenses continúen usando regularmente los Soyouz.
Pero las negociaciones se prolongan. “Queremos un intercambio de lugares”, afirmó el jefe de la NASA el viernes durante una conferencia de prensa. “Las conversaciones están en curso”, se limitó a decir, tal y como viene haciendo desde hace meses.
La realidad es que los lazos entre Washington y Moscú en el ámbito espacial, uno de los raros sectores donde seguían siendo buenos, se están debilitando. Rompiendo con más de 20 años de cooperación para la ISS, Rusia no participará en la próxima miniestación ideada por la NASA alrededor de la Luna, la Gateway.
El jefe de la agencia espacial rusa Roskosmos, Dmitri Rogozine, ironizó en 2014 sobre la necesidad de Estados Unidos de usar un “trampolín” para alcanzar la ISS. Y Elon Musk, el controvertido patrón de SpaceX, no olvidó la provocación y replicó en mayo: “El trampolín funciona”.
SpaceX se ha convertido en la bestia negra de Rogozine. Además de pasar a ser el transportista preferido de la NASA, la empresa de Musk es líder también en el mercado de los lanzamientos de satélites privados, lo que acabó forzando a Rusia a revisar su envejecido programa espacial.
Este verano boreal, Roskosmos anunció un proyecto para construir un nuevo cohete reutilizable, “no semireutilizable como SpaceX”, quiso puntualizar Rogozine. “Nuestros ingenieros (...) no quieren repetir lo que hacen sus colegas de SpaceX, sino superarlos”.
Pero el simple hecho de que Roskosmos se compare a una empresa privada sirve para ilustrar la nueva era en la que el mundo entró desde los años 2010: el espacio ya no es un monopolio de los Estados.
*Con información de AFP