Vida Moderna
¿Qué alimentos no se deben mezclar con leche?
La leche es considerada uno de los lácteos más importante en el desarrollo del cuerpo humano.
Por años se ha hablado sobre los beneficios de la leche para el cuerpo, aunque hay personas que son intolerantes y deben consumirla deslactosada, a quienes no les molesta, realmente puede hacerles mucho bien incluirla en la dieta diaria.
La Organización Interprofesional Láctea de España recalca que los lácteos constituyen un grupo de alimentos completo y equilibrado, debido a que proporcionan un elevado contenido de nutrientes en relación con el contenido calórico, según informó Cope.
No obstante, el portal Mejor con salud dio a conocer algunos alimentos que no se deben combinar con esta bebida, ni con productos lácteos:
Espinacas y el queso: Estas verduras tienen una sustancias llamadas oxalatos, que impiden al organismo absorber bien el calcio. No obstante, sí se recomienda combinarlos con alimentos que cuenten con una cantidad significativa de vitamina D, pues este nutriente ha demostrado potenciar la absorción del mineral y de incrementar la densidad ósea.
Lácteos y las lentejas: En primer lugar, el hierro que contienen las lentejas se puede afectar, porque el calcio que contienen los lácteos disminuye su biodisponibilidad al competir en su absorción intestinal.
Según Miriam Cubas, profesora e investigadora de la Universidad de Oviedo, investigó sobre la dieta de los llamados ancestros prehistóricos y encontró varias sorpresas. Entre ellas, que 7.000 años antes, según revelan los restos hallados en cerámicas de la época, se consumían leche y lácteos en la costa atlántica europea.
“De los restos que hemos hallado en las cerámicas identificamos que están consumiendo leches y derivados, yogur, algún requesón”, aseguró Miriam Cubas, firmante principal el estudio, según lo registró El Comercio.
Se conocen beneficios del consumo de leche, pues se dice que ayuda a fortalecer los huesos y dientes y reduce el riesgo de osteoporosis o debilidad de los huesos en la edad adulta. Además, aporta nutrientes como proteínas, calcio, vitaminas A, B1, B2, B12 y D, según registró mspbs.
En cuanto a la etapa de la vejez, se ve alterada en gran medida la flora intestinal. Su diversidad se reduce y su funcionalidad disminuye. Para ayudar en este proceso es fundamental el consumo regular de yogur y leches fermentadas, con el propósito de aportar al organismo una buena cantidad de probióticos, los cuales se encargarán de poblar el tracto gastrointestinal, así lo registró Mejorconsalud.
Además, destacan que las necesidades de productos lácteos dependen de los requerimientos de calcio, por lo que las porciones variarán según edades, así: en la población escolar (de 2 a 9 años) y en adultos, de tres a cuatro porciones al día brindan un buen aporte a la nutrición, mientras que durante el periodo de adolescencia (de 10 a 18 años), embarazo y lactancia se deben alcanzar cuatro porciones, para evitar desbalances.
Por otro lado, expertos señalan que el consumo de yogures también es importante, pues aporta nutrientes que la leche no. Así las cosas, una ración de leche equivaldría a 200-250 mililitros (una taza o vaso), mientras que la ración de yogur serían 250 gramos (2 yogures). La porción de queso semicurado o curado rondaría los 30 gramos y, la de queso fresco, sobre 60 gramos. Con estas pautas, serían fácilmente alcanzables las tres raciones al día, de media, según Cope.
En caso de que las personas sean intolerantes a la lactosa, existen múltiples opciones para suplir la leche, pues se puede optar por productos de origen vegetal.
De acuerdo al portal Menshealth, la leche de avena es rica en betaglucanos, también contiene fibras que reducen el colesterol. “750 ml al día reducen los niveles en un 6 % en cinco semanas”, explican en el mencionado sitio web.
En Menshealth también destacan que la leche de avena estimula la longevidad. Por otra parte, esta bebida es rica en vitamina B12 y su sabor la hace diferente ante otras opciones de leches de origen vegetal, pues es cremosa y no contiene alérgenos de frutos secos.
Por ello, en caso de que las personas no puedan acceder a la leche de origen animal, pueden seguir cuidando su salud con productos vegetales que serán igual de eficientes.