¿Qué efectos tiene el consumo de mandarina en la sangre?

La mandarina es una fruta tropical que destaca en el portafolio de alternativas que aportan al buen funcionamiento del organismo y cuyos componentes ayudarían a la prevención de algunas enfermedades.

Tal como ocurre con otros frutos cítricos, como la naranja, el pomelo y el limón, su pulpa está formada por numerosas vesículas llenas de jugo rico en vitamina C, flavonoides, betacaroteno y aceites esenciales, precisa el portal Cuerpo Mente.

Un par de mandarinas cubren aproximadamente la mitad de las necesidades diarias de vitamina C y el 10 % del betacaroteno o provitamina A, un nutriente muy favorable para la salud visual. Según información de la revista Mejor con Salud, la cantidad de vitamina C en una mandarina es de 35 miligramos por cada 100 gramos de la fruta.

Consumir esta fruta diariamente contribuye a prevenir los signos del envejecimiento, a mejorar el proceso digestivo, a fortalecer el sistema inmunológico y a absorber el hierro que requiere el cuerpo para su adecuado funcionamiento.

Favorece la condición de la sangre

Una de las bondades que se le atribuyen es que es una aliada de la salud de la sangre. Su alto contenido en potasio provoca que esta fluya con la velocidad adecuada por el cuerpo, con lo que se previene la aparición de problemas coronarios, vasculares y neurológicos.

Adicionalmente, se dice que esta fruta actúa sobre el colesterol HDL, conocido como “bueno” y también en el LDL o “malo”, en beneficio del organismo. “Mientras que baja el malo, ayuda a producir el otro. Esto se traduce en una mejor circulación, ya que la calidad de la sangre es mejor”, precisa la publicación de Mejor con Salud escrita por Ángela Aragón. Cuando los niveles de colesterol se elevan se corre el riesgo de la formación de placas en las paredes de los vasos sanguíneos dificultando el paso de la sangre.

Cuerpo Mente indica que el potasio actúa como diurético natural, mientras que flavonoides como la hesperidina protegen las paredes de los vasos sanguíneos, y la pectina, que es una fibra contenida en este fruto, ayuda a reducir el colesterol perjudicial, por lo que se disminuye el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Además, por tener alto contenido de antioxidantes, la mandarina también ayuda a combatir los radicales libres, mejorando la salud arterial, evitando el surgimiento de la hipertensión, precisa el portal de bienestar y salud Tua Saúde. De igual forma, debido a su fibra tiene un bajo índice glucémico, ayudando a equilibrar los niveles de glucosa en la sangre, evitando la resistencia a la insulina y la diabetes.

Rica en antioxidantes

De otra parte, al ser fuente de vitaminas A y C, el consumo de mandarina ayuda a estimular la producción de colágeno, proteína responsable de la firmeza y elasticidad de los tejidos que forman el organismo, entre ellos, la piel.

Esta vitamina C es un antioxidante poderoso capaz de neutralizar radicales libres que pueden dañar y envejecer el cuerpo. De igual forma, este nutriente es favorable para prevenir ciertas inflamaciones crónicas y enfermedades de carácter infeccioso.

Esta fruta es fuente de calcio, fósforo y magnesio que actúan en beneficio de los huesos. “Una taza de gajos de mandarina aporta entre un 2 % y un 4 % de la ingesta diaria recomendada de estos tres minerales”, indica Mejor con Salud.

Otras de las propiedades con las que cuenta esta fruta es que es diurética, por lo que aporta en la reducción del ácido en el organismo. Se dice que su alto contenido en agua, potasio y ácido cítrico tiene un efecto diurético, facilitando la eliminación del ácido úrico y las sales. También permite alcalinizar la orina y contribuir al buen estado de las vías urinarias, según el portal Tu Huerta Online.

Control del peso

Por último, la mandarina ayuda en el control del peso. En 100 gramos se pueden encontrar alrededor de 53 calorías, 0,3 gramos de grasa, casi dos gramos de fibra y 37 miligramos de calcio. Estas propiedades hacen que esta sea una fruta muy habitual en las dietas para adelgazar.

La fibra mejora la saciedad del cuerpo y ayuda a equilibrar el nivel de azúcar en la sangre. Así mismo, sus vitaminas reducen la producción de cortisol, la hormona del estrés, que puede influir en el almacenamiento de grasas. En esta línea, al ser un alimento con bajo contenido en grasas y calorías, la mandarina es una buena aliada para dietas balanceadas y saludables, indica un artículo publicado en el portal Come Fruta.