Belleza
¿Qué efectos tiene el té blanco en la piel?
Esta variedad de té es la que le aporta mayor cantidad de antioxidantes al organismo.
La exposición a la luz solar, los cambios en el clima y la contaminación ambiental son agentes nocivos que afectan la salud de la piel, que con el paso de los años comienza a reflejar las consecuencias de estos factores.
A medida que la edad avanza, este órgano se vuelve más susceptible y va perdiendo sus características de firmeza, lozanía y elasticidad, producto precisamente de esos factores externos, pero también de los cambios naturales que se dan en el cuerpo y los malos hábitos de vida.
Una de las mejores formas de cuidar la piel es bebiendo suficiente agua, pues el cuerpo necesita reponer los líquidos que pierde. Este líquido no solo ayuda a mantener la piel hidratada, sino a que el organismo funcione bien, elimine toxinas y mejore procesos digestivos, lo que al final termina reflejándose en la salud de la piel.
De igual manera, la dieta diaria es clave para nutrir e hidratar este órgano. Las proteínas, vitaminas y minerales que aportan los alimentos permiten cuidarlo desde adentro; mientras que externamente se debe recurrir a otras estrategias como el uso de protección solar para evitar inconvenientes dérmicos y retrasar los signos de envejecimiento.
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De acuerdo con análisis de científicos de la Universidad de Kingston en Gran Bretaña, este té contiene la mayor cantidad de polifenoles, que son componentes antioxidantes, y por lo tanto es favorable para frenar y prevenir el proceso de envejecimiento de la piel al combatir la acción de los radicales libres en el organismo, según información del portal de información de estilo de vida unCOMO.
Es de recordar que los radicales libres son los principales responsables de la oxidación de las células que conforman la piel y de que esta envejezca y muestre signos prematuros del avance de la edad.
Así mismo, se ha determinado que la ingesta de este alimento ayuda en la producción de colágeno y elastina, que son las proteínas encargadas de mantener la piel en condiciones saludables. Por un lado, el colágeno está presente en los tejidos conectores y es esencial para que la piel se mantenga resistente y firme y, por otro, la elastina le proporciona flexibilidad y elasticidad a la dermis y se encuentra en los tejidos conjuntivos, óseos y cartilaginosos.
Otros beneficios
Dado que el té blanco posee mayor cantidad de antioxidantes que el verde o el negro, la evidencia científica ha relacionado la ingesta a largo plazo de polifenoles con una mayor protección frente a enfermedades como el cáncer, las patologías cardiovasculares, la diabetes y los problemas neurodegenerativos, precisa una publicación de la revista Mejor con Salud, escrita por Valeria Sabater.
De igual forma, el té blanco contiene L-teanina, un aminoácido presente en las distintas variedades de té, que ayuda a mejorar los estados de ansiedad y los síntomas asociados al estrés. Asimismo, puede potenciar los efectos de la cafeína en el estado de alerta, atención y memoria de trabajo.
Un beneficio más de este alimento es que es saludable para la boca. El té blanco contiene fluoruro, catequinas y taninos capaces de proteger el esmalte dental frente a la acción dañina de los ácidos.
“Su acción conjunta podría fortalecer los dientes, combatir la presencia de bacterias y el daño causado por el azúcar. De este modo se podría prevenir la aparición de caries dental y el crecimiento de placa bacteriana”, asegura Mejor con Salud.
Por último, el portal de bienestar y salud Tua Saúde, asegura que esta bebida ayuda a prevenir la aterosclerosis (formación de placas en las arterias), puesto que ayuda a limpiar el colesterol de los vasos sanguíneos. De igual forma, contribuye en el control de la presión arterial, ya que posee propiedades vasodilatadoras.
¿Cómo se prepara?
Los expertos recomiendan elaborar este té a partir de las hojas secas de la planta en vez de usar los sobres listos para infusionar.
Para prepararlo se pone a hervir una taza de agua. Cuando llegue al punto de ebullición, apagar y dejar reposar por dos minutos. Si se usa el agua hirviendo puede afectar el sabor del té. Se pone una cucharada sopera rasa de té en un recipiente y se agrega el agua caliente, se tapa y se deja reposar entre 5 y 8 minutos. Después se cuela y ya está listo para tomar.