Vida Moderna
¿Qué es el manto ácido de la piel y por qué debería cuidarse?
Debido a que la piel es el órgano externo más grande del cuerpo humano y tiene una función protectora, es preciso mantenerla en buen estado para contribuir con su correcto funcionamiento.
El manto ácido es una película muy fina y ligeramente ácida que actúa como una barrera natural de la piel humana ante bacterias, virus y agentes que pueden llegar a ser contaminantes potenciales, contribuye con la hidratación y además mantiene el pH adecuado.
Esta película es responsable de activar las enzimas que producen la grasa o los lípidos epidérmicos esenciales que determinan el tipo de piel. Los factores externos más comunes que alteran su correcto funcionamiento son los cambios bruscos de temperatura, el uso incorrecto de productos cosméticos, el contacto frecuente con agua muy caliente, la polución y algunos procedimientos médicos y/o medicamentos.
Por otro lado, según el doctor Jaime Bonilla, asesor médico de Bayer, “también existen factores internos que pueden afectar el correcto estado de la piel, como la edad, predisposiciones genéticas, estrés, cambios hormonales y el estado de embarazo”.
A pesar de que mujeres y hombres tienen pieles diferentes, y que cada tipo de piel es tan diferente como cada persona en el mundo, existen algunas recomendaciones generales que se pueden seguir para mantener este órgano tan importante en las mejores condiciones.
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Por lo anterior, Bonilla comparte algunos consejos básicos de autocuidado que ayudan a tener un óptimo mantenimiento del manto ácido:
- Proteger la piel de los rayos solares.
- Usar jabones suaves para la piel.
- Cuando sea necesario, secar con suavidad la piel.
- Hidratar la piel a diario, usando productos que no contengan fragancias ni perfumes.
- Cubrirse del frío.
- Beber mucha agua.
- Comer de manera saludable y equilibrada.
- Dormir bien.
- Evitar hábitos nocivos como el consumo de tabaco.
Las personas pueden identificar una piel dañada por características como una apariencia seca, áspera, agrietada o la pérdida de humedad y elasticidad. Además, una piel que no está en condiciones óptimas será más sensible a influencias externas como el sol, cambios de temperatura y más propensa a infecciones.
Por esto, entre las recomendaciones básicas de autocuidado de la piel, Bonilla también sugiere hacer un correcto uso de los productos de venta libre para el cuidado dérmico y buscar aquellos que tengan funciones protectoras, humectantes, astringentes y que no sean irritantes.
Un estudio realizado por la Fundación Universitaria del Área Andina de Colombia señala que este tipo de productos tienen la función de “restablecer la homeostasis de la piel, aportando lípidos y humectación con sustancias oclusivas, evitando la pérdida de agua y dando buena apariencia a la piel”.
Adicionalmente, indica que los productos humectantes “son sustancias higroscópicas que tienen la propiedad de atraer humedad de la atmósfera e integrarla a la piel ayudando a recuperar el agua”. De esta manera, se puede ayudar a la piel a mantener sus propiedades, evitando su deshidratación y manteniéndola naturalmente bella.
Por otro lado, en un artículo publicado por la revista Folia Dermatológica Peruana, se recomienda eliminar “la suciedad como sebo, sudor, descamación, bacterias, residuos ambientales y cosméticos de la superficie cutánea”.
Este proceso también debe ser efectuado con productos amigables con el manto ácido, ya que el uso de jabones corrientes “puede dañar la película hidrolipídica y resecar la superficie de la piel al extraer lípidos, alterando también el pH normal. Estos efectos serán más dañinos si la temperatura del agua empleada es muy elevada”.
De acuerdo con el experto, siguiendo estas sencillas recomendaciones, las personas pueden proteger el manto ácido de su piel y mantener o recuperar todas las propiedades que tiene este órgano, que debe ser cuidado diariamente, ya que se ve afectado por diferentes factores en las rutinas cotidianas.
Finalmente, Bonilla hace un llamado a practicar el autocuidado como clave para mejorar la calidad de vida individual y de la sociedad en su conjunto.
“El autocuidado de la salud de la piel evita el riesgo de padecer enfermedades que, a la larga, desgastan no solo la vida de cada persona, sino que puede llegar a tener un impacto significativo en los sistemas de salud, que deben atender graves casos que pudieron haberse prevenido con consejos simples como los mencionados”, puntualizó.