Foto de referencia de la vacuna contra poliomielitis
Una de las mejores formas de prevenir y evitar la poliomielitis es vacunándose contra el virus. | Foto: Getty Images/iStockphoto

SALUD

¿Qué es la poliomielitis y cómo se puede prevenir naturalmente?

Cuando se presentan síntomas, los más comunes son: dolor de garganta, fiebre, cansancio, náuseas, debilidad, dolor de cabeza o de estómago.

11 de marzo de 2022

La poliomielitis es una enfermedad viral contagiosa que cuando se presenta de manera grave provoca lesiones a los nervios que causan parálisis, dificultad para respirar y, en algunos casos, hasta la muerte.

La mayoría de las personas infectadas con el virus del polio no presentan síntomas y muchas se recuperan sin complicaciones. Es más, muchas no se enteran que tuvieron el virus. Sin embargo, según la biblioteca médica Medlineplus, puede que algunos individuos experimenten dolor de garganta, fiebre, cansancio, náuseas, debilidad, dolor de cabeza o dolor de estómago, aunque el virus pronto desaparece.

También pueden presentarse casos graves, que es cuando se afecta el cerebro y la médula ósea. Estos pacientes pueden presentar parestesia, que es la sensación de tener alfileres y agujas en las piernas; meningitis, que se refleja en la infección del recubrimiento de la médula ósea o el cerebro o parálisis con una incapacidad para mover partes del cuerpo, además de debilidad en los brazos, las piernas o en ambos.

La parálisis es el síntoma más grave asociado con la polio debido a que puede llevar a discapacidad permanente, e incluso hasta la muerte. En algunos casos, dicen los expertos, puede haber mejoras en la parálisis de las extremidades, pero en algunas personas se puede desarrollar dolor muscular nuevo y debilidad de 15 a 40 años más tarde. Esto se denomina “síndrome postpolio”.

Medicina
La poliomielitis puede generar incapacidad y limitar los movimientos. | Foto: Getty Images

El instituto de investigaciones Mayo Clinic indica que cuando esto sucede se pueden presentar signos y síntomas incapacitantes tales como debilidad o dolor progresivos en músculos y articulaciones, fatiga, desgaste muscular (atrofia), problemas de deglución o respiración, trastornos respiratorios relacionados con el sueño, como apnea del sueño y disminución de la tolerancia a las bajas temperaturas.

Los especialistas aseguran que la mejor forma de protegerse y prevenir la enfermedad es vacunándose. Medlineplus indica que los niños usualmente deben recibir cuatro dosis de la vacuna contra la polio, a las edades de dos y cuatro mese; una tercera entre los seis y 18 meses, y la última, entre los cuatro y seis años.

La mayoría de los adultos no necesitan la vacuna contra la polio porque ya fueron vacunados cuando eran niños. Sin embargo, se debe considerar la posibilidad de aplicarla cuando las personas viajan a ciertas partes del mundo en donde se presenta la enfermedad, los trabajadores de laboratorios que podrían manipular el poliovirus, quienes trabajan en atención médica y atienden a pacientes que podrían tener polio y personas que no tienen la vacuna.

Además de la vacuna existen algunos remedios caseros recomendados para fortalecer el sistema inmunológico y que podrían ayudar a prevenir esta enfermedad.

Bebida alcalinizante

Según el portal Mejor con Salud, muchas enfermedades están relacionadas con un organismo acidificado. Tanto la mala alimentación como los hábitos tóxicos o las emociones negativas suelen aumentar la acidez.

Por esta razón, es fundamental que las personas se alcalinicen para prevenir y tratar la poliomielitis y cualquier otra enfermedad. Para ello se puede preparar una bebida para la que se requiere una cucharada de hojas de té verde, una cucharadita de jengibre en polvo, cuatro tazas de agua, el jugo de un limón y estevia.

Se elabora una infusión de té verde y jengibre. Las plantas no deben hervir, sino solamente reposar en el agua caliente durante cinco minutos. Luego se añade el jugo del limón y, finalmente, se puede endulzar si la persona lo desea y está lista para ser consumida.

Tomar probióticos

Después de padecer cualquier enfermedad, de tomar antibióticos o de cualquier trastorno intestinal las personas deberían tomar siempre probióticos. Estos microorganismos ayudan a repoblar la flora intestinal, la cual es fundamental para subir las defensas naturales y, de este modo, evitar la adopción de virus desde el interior.

Los probióticos se deben tomar siempre en ayunas, con el estómago vacío, por lo menos una hora antes de consumir un alimento. También se pueden tomar por la noche esperando dos horas después de haber cenado. Se pueden consumir por temporadas, en diferentes épocas del año.

Infusiones antivíricas

Algunas de las plantas con propiedades antivíricas son: equinácea, lapacho, uña de gato, orégano, hoja de olivo, romero, tomillo y cúrcuma. Se pueden consumir preparando infusiones que se pueden beber en cualquier momento del día; sin embargo, la recomendación es no tomarse durante mucho tiempo seguido.

Por este motivo, se sugiere combinarlas o alternarlas, y hacer descansos para no sobreestimular el sistema inmune. Mejor con Salud indica que esto es algo que se debe tener en cuenta especialmente con la equinácea, el lapacho y la uña de gato.