Salud
¿Qué es lo primero que siente una mujer con depresión?
Las mujeres sufren de tipos específicos de depresión por los diferentes ciclos biológicos.
La depresión es un trastorno del estado de ánimo que puede llega a aparecer en cualquier persona, de cualquier edad, sin embargo, hay ciertos patrones que tienden a tener las personas que sufren de este padecimiento, la Organización Panamericana de Salud (OPS), resaltó que además de la fuerte sensación de tristeza, también puede ir acompañado de sentimientos que desencadenen otras afecciones.
“Las personas con depresión suelen presentar varios de los siguientes síntomas: pérdida de energía; cambios en el apetito; necesidad de dormir más o menos de lo normal; ansiedad; disminución de la concentración; indecisión; inquietud; sentimiento de inutilidad, culpabilidad o desesperanza; y pensamientos de autolesión o suicidio”, puntualizó.
Entre tanto, también se indicó que las mujeres suelen ser un blanco constante de este tipo de trastornos, incluso, existen unos tipo de depresión que solo están presentes en esta población. “El embarazo, el período posparto, la perimenopausia y el ciclo menstrual están relacionados con cambios físicos y hormonales drásticos. Ciertos tipos de depresión pueden ocurrir durante las diferentes etapas de la vida de la mujer”, indicó el National Institute of Mental Health (NIH) de Estados Unidos.
Y agregó: “No todas las mujeres que tienen depresión experimentan todos los síntomas. Algunas mujeres tienen solo algunos, mientras que otras tienen muchos síntomas. La gravedad y la frecuencia de estos, así como su duración, variarán según cada persona y la gravedad de la enfermedad”, indicando que los tratamientos dependen del diagnóstico y de cada caso en particular.
Lo más leído
Pues bien, sobre los síntomas que se presentan al inicio del trastorno el NIH resaltó que, además de la tristeza que puede presentarse en cualquier momento de la vida, sin que esto signifique se sufra de depresión, si esta viene acompañada de cansancio frecuente, dificultades para dormir o despertarse.
Además se añadió una lista de situaciones que pueden llevar a tener un claro diagnóstico del trastorno, si persisten por al menos dos semanas:
- estado de ánimo triste, ansioso o “vacío” persistente;
- sentimientos de desesperanza o pesimismo;
- irritabilidad;
- sentimientos de culpa, nulidad, falta de esperanza o impotencia;
- fatiga o disminución de energía;
- dificultad para dormir, despertarse temprano en la mañana o dormir demasiado;
- pérdida de interés o de placer en pasatiempos y actividades;
- moverse o hablar más despacio;
- sentirse inquieto o tener problemas para quedarse quieto;
- dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones;
- cambios en el apetito o de peso;
- pensamientos sobre la muerte, el suicidio, o intentos de suicidarse;
- molestias o dolores corporales, dolores de cabeza, calambres o problemas digestivos sin una causa física clara o que no se alivian aun con el tratamiento.
Estudio revela el factor de riesgo
Las personas que tienen una madre, padre, hermana, hermano, hermanastra o hermanastro con depresión mayor tienen un riesgo más elevado de padecerla, según una investigación de la Universidad de Copenhague, Dinamarca.
De acuerdo con un estudio basado en los datos de 2,9 millones de personas en Dinamarca y publicado en la revista científica Jama Psychiatry, el riesgo de padecer depresión aumenta con el número de parientes afectados y cuando la exposición a la depresión tiene lugar en la infancia y adolescencia, pero no varía según el sexo o el tipo de parentesco.
En declaraciones a SMC España, Natalia Martín María, profesora en el departamento de Psicología Biológica y de la Salud de la Facultad de Psicología en la Universidad Autónoma de Madrid, resalta que se trata de un estudio “de elevada calidad científica, de corte longitudinal, lo cual respalda la fortaleza de las asociaciones encontradas”.
En concreto, han conseguido seguir durante 21 años a una muestra de casi 3 millones de personas (el primero y único de estas características) y registrar la incidencia de depresión, no solo en ellos, sino en sus madres, padres, hermanos o hermanastros.
En consonancia con las cifras de prevalencia global, la presencia de depresión mayor en las mujeres de la muestra sigue siendo de casi el doble frente a la de los hombres. Sin embargo, el estudio muestra que no hay diferencias entre ambos, hombres y mujeres, en cuanto a la exposición familiar a la misma.
En el estudio se observa cómo las cifras de incidencia de depresión aumentan exponencialmente con el paso de los años. Además, la exposición familiar a la depresión mayor durante la infancia y la adolescencia se asocia con un mayor riesgo de presentarla.
“Por tanto, estas etapas vitales se establecen como periodos sensibles en los que la prevención, detección e intervención precoz son aspectos clave a los que nuestra sociedad tiene que dar respuesta”, resalta la experta.