SALUD

¿Qué fruta es buena para el hígado graso?

Una de las recomendaciones por parte de los especialistas a la hora de tratar esta enfermedad consiste en mejorar la alimentación y perder peso.

8 de febrero de 2022
Frutas y verduras
El consumo de frutas es ideal para personas que sufren de hígado graso. | Foto: Getty Images

Tal y como su nombre lo indica, la enfermedad del hígado graso se presenta cuando se acumula grasa en este órgano, el cual es determinante para el organismo, pues ayuda a digerir los alimentos, almacenar energía y eliminar las toxinas.

Si bien existen determinadas causas por las que se desarrolla este problema, se desconoce la razón exacta por la que algunas personas tienden a acumular grasa en el hígado y otras no. También existe una comprensión limitada del motivo por el que algunos hígados grasos desarrollan inflamación que puede llegar a progresar hasta la cirrosis.

Una de las recomendaciones por parte de los especialistas a la hora de tratar esta enfermedad consiste en mejorar la alimentación y perder peso, indica el portal Mejor con Salud. De este modo, se puede reducir la grasa, la inflamación y la fibrosis en el hígado.

De acuerdo con información de la biblioteca médica MedlinePlus, no hay medicamentos que hayan sido aprobados para tratar el problema. Las investigaciones sugieren que ciertas afecciones de salud, los genes, la dieta y el aparato digestivo podrían hacer a la persona más propensa a desarrollar enfermedad del hígado graso, cuando no está relacionada con el alcohol.

El Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales, que hace parte de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, indica que es más probable que una persona desarrolle enfermedad del hígado graso, no alcohólica, si tiene problemas de sobrepeso u obesidad, resistencia a la insulina o diabetes tipo 2, concentraciones anormales de grasas en la sangre o síndrome metabólico, el cual se caracteriza por ser un grupo de rasgos y afecciones médicas relacionadas con el sobrepeso y la obesidad.

La dieta es clave para mantener un hígado saludable. Expertos e instituciones de todo el mundo, incluyendo la Organización Mundial de la Salud, hacen hincapié en la importancia de llevar una alimentación saludable para mantener el peso bajo control y de esta manera evitar otros padecimientos relacionados.

En el día a día para hacerle frente a esta enfermedad una persona debe consumir frutas, las cuales son una alternativa ideal frente a productos procesados que en cambio de aportar nutrientes esenciales al organismo, generan el incremento de azúcar, grasas y altas cantidades de sal.

Manzana verde

Una de ellas es la manzana verde. El portal Mejor con Salud indica que los profesionales suelen recomendar el consumo diario de al menos una manzana verde. Esta fruta posee la capacidad de ayudar a reducir el nivel de azúcar en la sangre. Asimismo, puede aportar en la limpieza del hígado.

Es importante tener en cuenta que estas frutas disponen de ácido málico, que según algunas hipótesis permite prevenir la aparición de piedras en el hígado y los riñones. Además, la piel de esta fruta resulta muy beneficiosa, pues aporta más minerales capaces de atacar la grasa y eliminar los metales pesados del organismo.

Sin embargo, la manzana no es el única. Otras frutas que son indicadas para incluir en la alimentación de una persona que padece de hígado graso son los cítricos, que son reconocidos porque favorecen la depuración de este órgano y fortalecen el sistema inmunológico gracias a sus propiedades antioxidantes, además de constituir una de las mejores fuentes de vitamina C.

Otra alternativa es el aguacate, fruta cuyas virtudes radican en el ácido oleico, un tipo de ácido graso monoinsaturado que ayuda a reducir los niveles de colesterol. Además, el aguacate dispone de fibra, que ayuda a saciar el apetito y que, además, reduce el nivel de glucosa en sangre.

El tamarindo también tiene propiedades antioxidantes, lo cual es importante ya que las células pueden dañarse cuando los nutrientes no se descomponen de manera adecuada, contribuyendo así a la acumulación de grasa en el hígado. Justamente, los antioxidantes pueden ayudar a proteger a las células de dicho daño.