Salud
¿Qué frutas inflaman el estómago y se deben comer en menor cantidad?
El consumo por persona de frutas y verduras debe ser de mínimo cinco porciones por día.
El estómago es un órgano que forma parte del aparato digestivo y ayuda a digerir los alimentos al mezclarlos con jugos digestivos convirtiéndolos en líquido diluido, de acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer de los Institutos Nacionales de la Salud de Estado Unidos.
Sin embargo, este por lo general se inflama o distensiona y esto con frecuencia es provocado por comer en exceso más que por una enfermedad grave, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados.
Pero, el problema también puede ser causado por: deglución de aire (un hábito nervioso), acumulación de líquidos en el abdomen (esto puede ser un signo de un problema grave de salud), síndrome del intestino irritable, intolerancia a la lactosa, quistes ováricos, oclusión intestinal parcial, embarazo, síndrome premenstrual (SPM), miomas uterinos, aumento de peso, gases en el intestino por comer alimentos ricos en fibra (como frutas y verduras), entre otros.
Por ejemplo, las manzanas, los plátanos, las uvas, los higos o los melocotones son las frutas que inflan el estómago, según el portal Telva.
Asimismo, entre las causas frecuentes de la indigestión se incluyen las siguientes: comer en exceso o demasiado rápido; alimentos grasosos o picantes; cantidad excesiva de cafeína, bebidas alcohólicas, chocolate o bebidas carbonatadas; tabaquismo; ansiedad; ciertos antibióticos; analgésicos y suplementos de hierro.
Además, las personas suelen describir los síntomas abdominales como hinchazón, especialmente si esos síntomas no parecen aliviarse con eructos, evacuación de gases o defecación, según Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
Por su parte, Mayo Clinic reveló que los cambios en el estilo de vida pueden ayudar a aliviar la indigestión y podría funcionar:
- Evitar los alimentos que desencadenan la indigestión.
- Comer de cuatro a seis comidas pequeñas al día en lugar de tres comidas grandes.
- Reducir o eliminar el uso de alcohol y cafeína.
- Evitar ciertos analgésicos, como la aspirina, el ibuprofeno (Advil, Motrin IB u otros) y el naproxeno sódico (Aleve).
- Encontrar alternativas a los medicamentos que desencadenan la indigestión.
- Controlar el estrés y la ansiedad.
Adicionalmente, existen trucos caseros que ayudan con la afección, según el portal Mejor con Salud, como la infusión de diente de león y manzanilla, ya que son antiinflamatorias. Para realizarla, en una taza de agua hirviendo se debe agregar una cucharadita de diente de león y una cucharadita de flores de manzanilla. Después se deja reposar y se consume hasta tres veces al día.
La segunda recomendación es tomar agua con linaza. En una taza de agua de agrega una cucharada de linaza y se deja reposar toda la noche y se bebe en las mañanas durante siete días.
Otra recomendación es tomar agua tibia con limón y bicarbonato, pues un estudio publicado en International Journal of Pharmaceutical and Life Sciences explica que esta mezcla ayuda a reducir los gases y la indigestión.
En otra oportunidad recomendó la infusión de semillas de hinojo, pues las semillas tienen propiedades antiinflamatorias y calmantes, según BioMed Research International. Además, contienen vitaminas y minerales.
Otro remedio natural es la infusión de canela, ya que este alimento tiene efectos antiinflamatorios, antimicrobianos, antioxidantes, antiespasmódico, según el estudio publicado en Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine.
Otra sugerencia es una bebida de anís, hierbaluisa y toronjil, ya que sus compuestos ayudan a disminuir la pesadez y evitan la formación de gases. De hecho, el anís tiene propiedades carminativas y antiinflamatorias, según el ISRN Pharmaceutics y el toronjil es antiespasmódico, digestivo y carminativo.
No obstante, hay que señalar que para evitar la inflación abdominal por comer en exceso es importante tener una alimentación variada, equilibrada y saludable y esta estará determinada por las características de cada persona (edad, sexo, hábitos de vida y grado de actividad física), el contexto cultural, los alimentos disponibles en el lugar y los hábitos alimentarios, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).