Vida moderna
¿Qué le hace al hígado el consumo de manzana?
Los hábitos alimenticios sanos son claves para mantener un hígado sano.
El hígado es el órgano más grande dentro del cuerpo humano. Sus acciones son claves para el buen funcionamiento del cuerpo humano, como la digestión de los alimentos y la distribución de los nutrientes. Tener un estilo de vida saludable es clave para evitar daños hepáticos y enfermedades que pongan en riesgo su estado.
Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, señala algunas enfermedades hepáticas:
- Enfermedades causadas por virus, como la hepatitis A, la hepatitis B y la hepatitis C
- Enfermedades causadas por drogas, venenos o toxinas o por ingerir demasiado alcohol. Los ejemplos incluyen enfermedad por hígado graso y cirrosis
- Cáncer de hígado
- Enfermedades hereditarias, como hemocromatosis y la enfermedad de Wilson
Una alimentación balanceada es uno de los factores relevantes para evitar este tipo de afecciones. La Organización Mundial de la Salud recomienda incluir al menos 400 gramos de frutas diariamente en la dieta.
Existe una gran lista de frutas que pueden consumirse a diario. La manzana es una de ellas. Es conocida por sus colores verde y rojo y por su particular sabor. Este alimento es una opción saludable para quienes desean cuidar su salud, especialmente la del hígado.
Tendencias
En su sección de Salud el portal web Mundo Deportivo señala que “las mejores frutas para limpiar el hígado son aquellas que cuentan con un alto grado de antioxidantes, pues favorecen mucho más la eliminación de radicales libres y grasas retenidas. En este sentido, la manzana es un excelente antioxidante natural. Su elevado contenido en ácido málico permite prevenir la aparición de piedras en el hígado y riñones, y, gracias a la gran cantidad de péptica que la compone, es posible eliminar los metales pesados de nuestro organismo. Puedes tomar una manzana al día, eso sí, en caso de padecer estreñimiento has de tener que cuenta que se trata de un alimento astringente”.
La manzana puede incluirse en la preparación de ensaladas, de comidas principales y también puede ingerirse como merienda. Para recibir mayor información y recibir asesoría profesional adecuada se recomienda consultar a un nutricionista.
Enfermedades hepáticas
Hepatitis tóxica
La hepatitis tóxica es la inflamación del hígado por la exposición a algunas sustancias como el alcohol, químicas o medicamentos. “El hígado ayuda al cuerpo a descomponer algunos de ellos”, detalla Medline Plus y a su vez, menciona algunos que pueden causar un daño hepático:
- Amiodarona.
- Esteroides anabólicos.
- Píldoras anticonceptivas.
- Clorpromazina.
- Eritromicina.
- Halotano (un tipo de anestesia).
- Metildopa.
- Isoniazida.
- Metotrexato.
- Estatinas.
- Sulfamidas
- Tetraciclinas.
- Amoxicilina-clavulanato.
- Algunos medicamentos antiepilépticos.
Cuando la hepatitis tóxica es leve puede que no se evidencien síntomas y que solo se identifique a través de un análisis de sangre. No obstante, a continuación algunos de los signos que pueden indicar que se tiene esta afección:
- Color amarillento de la piel y en la parte blanca de los ojos (ictericia).
- Picazón.
- Dolor abdominal en la parte superior derecha del abdomen.
- Cansancio.
- Pérdida de apetito.
- Náuseas y vómitos.
- Erupción cutánea.
- Fiebre.
- Pérdida de peso.
- Orina de color oscuro o color parecido al té.
Cáncer de hígado
Síntomas
Generalmente, al inicio de esta enfermedad, las personas no presentan síntomas. Luego, con el paso del tiempo algunas de las señales pueden ser:
- Pérdida de peso sin motivo alguno.
- Pérdida de apetito.
- Dolor en la parte alta del abdomen.
- Náuseas y vómitos.
- Debilidad y fatiga general.
- Hinchazón abdominal.
- Decoloración amarillenta de la piel y la parte blanca de los ojos (ictericia).
- Heces blancas o blanquecinas.
Causas
Existen algunos afecciones o hábitos poco saludables que incrementan el factor de riesgo de padecer cáncer de hígado. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) los mencionan:
- Tener sobrepeso o estar obeso.
- Tener una infección duradera del virus de la hepatitis B o virus de la hepatitis C.
- Fumar cigarrillos.
- Beber alcohol.
- Tener cirrosis (cicatrización del hígado, la cual también puede ser causada por la hepatitis y el consumo de alcohol).
- Tener enfermedad del hígado graso no alcohólico (grasa adicional en el hígado que no es causada por el alcohol).
- Tener diabetes o enfermedad del hígado graso no alcohólico.
- Tener hemocromatosis, una afección en la que el cuerpo absorbe y almacena más hierro del que necesita.
- Consumir alimentos que tienen aflatoxina (un hongo que puede crecer en productos como los granos y las nueces que no se almacenan adecuadamente).