SALUD
¿Qué le pasa al cuerpo cuando se consume mucha fibra?
La fibra ayuda a prevenir el estreñimiento, mantener un peso saludable y a controlar el colesterol y el azúcar en la sangre.
La fibra dietética o alimentaria, que se encuentra principalmente en frutas, verduras, granos enteros y legumbres, es determinante para la salud del organismo.
Normalmente, se le conoce por su capacidad para prevenir o aliviar el estreñimiento. Sin embargo, los alimentos que contienen fibra también pueden brindar otros beneficios para la salud, como ayudar a mantener un peso saludable y reducir el riesgo de sufrir diabetes, enfermedades cardíacas y algunos tipos de cáncer, precisa el instituto de investigación clínica Mayo Clinic.
La fibra incluye las partes de los alimentos vegetales que el cuerpo no puede digerir o absorber. A diferencia de otros componentes de los alimentos, como las grasas, las proteínas o los carbohidratos, que el organismo descompone y absorbe, la fibra no es digerida por el cuerpo, por lo que pasa relativamente intacta a través del estómago, el intestino delgado y el colon, para luego salir, explica la mencionada fuente.
Consumir alimentos ricos en fibra brinda diversos beneficios. Por ejemplo, aumenta el peso y el tamaño de las heces y las ablanda. Una materia fecal voluminosa es más fácil de evacuar, lo que disminuye la probabilidad de que la persona presente estreñimiento.
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También sirve para mantener la salud intestinal, gracias a que puede evitar el riesgo de desarrollar hemorroides y bolsas pequeñas en el colon; reduce el colesterol, controla la presión arterial y la inflamación. De igual forma, ayudar a mantener los niveles de azúcar en la sangre. En las personas con diabetes, la fibra, particularmente la soluble, puede retardar la absorción del azúcar y ayudar a mejorar los niveles de glucosa.
Adicionalmente, según Mayo Clinic, este nutriente ayuda a lograr un peso saludable. Los alimentos con alto contenido de fibra tienden a llenar más que aquellos que no la tienen, por lo que la persona puede sentirse más satisfecha, precisan los especialistas del mencionado instituto.
No al exceso
Sin embargo, como ocurre con muchas otras sustancias que se ingieren, el exceso de fibra puede resultar perjudicial para la salud. La ingesta recomendada es de 27 a 40 gramos diarios. Consumir más de 70 gramos puede traer problemas al organismo, según información del portal Mejor con Salud.
Algunos de los síntomas que indican que se puede estar comiendo mucha fibra son, por ejemplo, exceso de gases e inflamación, diarrea, deshidratación, estreñimiento y aumento de peso.
En el primer caso, comer la cantidad adecuada de fibra ayuda a eliminar los gases y a reducir la inflamación. Pero si se come más de la cantidad debida puede ocasionar lo contrario, según afirma un estudio realizado por un equipo del Hospital La Fuenfría (Madrid), citado por Mejor con Salud.
Otra de las señales que advierte sobre el alto consumo de fibra es la diarrea. Cuando se ingiere demasiada cantidad, se pueden presentar heces sueltas. Esto se presenta porque la comida no permanece el tiempo suficiente en el tracto digestivo y es claro que los alimentos necesitan un cierto proceso de descomposición en el estómago, para la eliminación de toxinas y la correcta absorción de los nutrientes, dicen los especialistas.
Estreñimiento
Aunque parece extraño, consumir mucha fibra también puede provocar estreñimiento. Esto se debe a que se puede taponar el tracto digestivo. Este problema es muy común cuando la fibra no está acompañada de la suficiente cantidad de agua. Por eso, es recomendable la ingesta diaria de entre dos y tres litros al día. Este líquido debe ser natural, sin azúcares ni aditivos.
Si el cuerpo no recibe la cantidad necesaria de agua, tomará las reservas y cuando las agote, la persona puede sentirse muy sedienta y la piel se verá reseca.
Por último, comer fibra en demasía puede generar un aumento de peso. Si se trata de perder kilos, la fibra debe acelerar el metabolismo. Una mala estrategia, por ejemplo, es comer un gran plato de cereal rico en fibra antes de dormir. La actividad física será nula durante la noche y el tracto digestivo no digerirá correctamente esta sustancia, generando incremento en el peso.