VIDA MODERNA
¿Qué le sucede al cuerpo cuando se practica una dieta rápida?
La falta de un acompañamiento profesional es uno de los principales errores que se comenten a la hora de seguir una dieta.
Bajar de peso: ese es el objetivo común de miles de personas en el mundo; las razones son varias, desde una cuestión estética hasta una condición de salud que demanda perder algunos kilos.
Independientemente de cuál sea el motivo por el que los individuos persigan este objetivo, lo cierto es que tienen un abanico de posibilidades para lograrlo. En ese sentido, los profesionales entregan planes de alimentación, rutinas de ejercicio y un listado de recomendaciones para que el proceso sea viable.
Sin embargo, a percepción de algunos, en ocasiones parece ser una estrategia bastante lenta y que no permite conseguir los resultados deseados. Ello los lleva a recurrir a otras opciones que están expuestas en sitios de internet y redes sociales, como las dietas rápidas o milagrosas, las cuales prometen resultados ‘de ataque’ en menos de lo que se creería.
Se les conoce por ese nombre debido a que se trata de planes de alimentación que ofrecen resultados en cuestión de pocas semanas, inclusive sin mayor desgaste de parte de las personas que la siguen, indica el Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas, citado por la Asociación de Diabetes de Madrid.
De acuerdo con esta entidad, cada vez son más los defensores de este tipo de regímenes alimenticios, en especial en cara de reconocidos influenciadores, que muestran los aparentes beneficios de ‘evitar’ el consumo de ciertos compuestos para tener la figura y el peso deseados.
“Estas dietas promueven una alimentación desequilibrada al excluir o reducir la ingesta de algunos alimentos o grupos de alimentos”, añaden. La principal consecuencia de esta práctica es que con la selección restrictiva de ingredientes, se quedan por fuera muchos componentes que garantizan el bienestar del organismo como los nutrientes esenciales (vitaminas, minerales, carbohidratos, grasas, proteínas y agua).
Entre las problemáticas más frecuentes de este tipo de dietas se encuentra el llamado ‘efecto rebote’, el cual se produce debido a que el organismo se acostumbra a las características de la alimentación, por lo que se ralentiza el metabolismo. Toda vez que se recupere, entonces, el menú normal que consumía la persona es probable que se mantenga el ritmo lento del metabolismo y, por ende, termine ganando más peso al final, explican desde la sección salud del diario ABC de Paraguay.
“Tientan más, porque proponen resultados a corto plazo, en vez de resultados a medio y largo plazo que conlleven cambios de estilo de vida en cuanto a dieta y actividad física”, explica la Asociación de Diabetes de Madrid.
Entre los síntomas y malestares que derivan de seguir este tipo de prácticas se listan, de acuerdo con el Instituto Tomás Pascual Sanz:
- Estreñimiento o problemas con la digestión.
- Náuseas, mareos, fatiga y debilidad en general.
- Reducción de las funciones cerebrales como la concentración y la atención.
- Anemia.
- Deficiencia de nutrientes esenciales.
Frente a esta situación, se insiste en el llamado a consultar a los profesionales de la salud como el primer referente para conocer el plan adecuado de alimentación si se quiere perder peso. Además, en caso de optar por hacer un cambio drástico en la dieta es preferible siempre hacerlo bajo la supervisión de un profesional.
La manera más idónea para perder peso no solo se remite a la selección de ingredientes saludables, sino también a la práctica de buenos hábitos para la salud para el organismo, tales como la realización de actividad física y reducir el tabaquismo y el consumo de alcohol, de acuerdo con lo que recomiendan desde la organización sin ánimo de lucro Kids Health.
“Las mejores estrategias para controlar el peso son las que se pueden mantener de por vida”, concluyen.