Vida Moderna
¿Qué no se debe comer cuando se tiene cálculos en los riñones?
Diversos estudios han revelado que el sobrepeso incrementa la probabilidad de padecer cálculos renales.
Es crucial ingerir suficientes líquidos, especialmente agua, como medida fundamental para prevenir la formación de piedras en los riñones. A menos que exista una condición de insuficiencia renal, muchos profesionales de la salud recomiendan consumir entre seis y ocho vasos de 8 onzas diarios. Se aconseja hablar con un profesional de la salud para determinar la cantidad de líquido adecuada para cada persona.
Investigaciones han demostrado que seguir el plan de alimentación DASH puede reducir el riesgo de desarrollar piedras en los riñones. DASH, que significa “Dietary Approaches to Stop Hypertension” (Enfoques Dietéticos para Detener la Hipertensión en inglés), ha mostrado ser efectivo en este sentido. Para obtener más detalles sobre la dieta DASH, es recomendable consultar fuentes especializadas.
Además, diversos estudios han revelado que el sobrepeso incrementa la probabilidad de padecer cálculos renales. En este contexto, la orientación de un dietista o nutricionista puede ser invaluable para diseñar un plan de comidas que facilite la pérdida de peso y, por ende, disminuya el riesgo de formación de piedras en los riñones.
Alimentos que no deben ser consumidos
Reducir el oxalato
Si una persona ha experimentado la formación de cálculos renales de oxalato de calcio, es posible que deba evitar ciertos alimentos para reducir la concentración de oxalato en la orina. Estos alimentos incluyen nueces y productos derivados de nueces, así como también cacahuetes (o maníes), que, a pesar de ser legumbres, contienen un alto nivel de oxalato. Otros alimentos a evitar son el ruibarbo, las espinacas y el salvado de trigo, todos conocidos por su alto contenido de oxalato.
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Es fundamental consultar a un profesional de la salud para obtener orientación específica sobre otras fuentes de oxalato y conocer la cantidad segura de este compuesto en la dieta diaria. La asesoría personalizada garantiza que se tomen decisiones alimenticias adecuadas y se reduzca el riesgo de formación de piedras en los riñones.
Reducir el sodio
La probabilidad de desarrollar piedras en los riñones aumenta significativamente con el consumo excesivo de sodio, que es un componente presente en la sal común. Muchos alimentos enlatados, productos empacados y comidas rápidas contienen altas cantidades de sodio. Además, condimentos, aderezos y ciertos tipos de carne también son ricos en este mineral.
Es vital consultar a un profesional de la salud para determinar la cantidad adecuada de sodio que debe ingerir diariamente. Recibir orientación específica puede ayudar a reducir la ingesta de sodio y, por ende, disminuir el riesgo de desarrollar piedras en los riñones. Adoptar prácticas alimenticias saludables es esencial para mantener una buena salud renal.
Limitar la proteína animal
Limitar el consumo de proteínas de origen animal puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar piedras en los riñones. Esto incluye restricciones en el consumo de carnes rojas, pollo, cerdo, huevos, pescados, mariscos y productos lácteos, especialmente vísceras.
Es crucial mantener una adecuada ingesta de proteínas, incluso si se limita la cantidad proveniente de fuentes animales. Una alternativa saludable es incorporar en la dieta alimentos vegetales ricos en proteínas y bajos en oxalato, como frijoles, guisantes secos y lentejas. Estos productos son excelentes sustitutos, proporcionando la proteína necesaria sin aumentar el riesgo de formación de piedras en los riñones.
Es fundamental consultar a un profesional de la salud para determinar la cantidad total de proteínas que se debe consumir y qué porcentaje debe provenir de alimentos de origen animal o vegetal. Recibir orientación individualizada puede ayudar a mantener un equilibrio adecuado en la dieta y proteger la salud renal.
Mantener una adecuada hidratación, especialmente con agua, es esencial para prevenir la formación de piedras de cistina. Consultar a un profesional de la salud es fundamental para determinar la cantidad exacta de líquido que se debe consumir diariamente. Esta simple práctica puede marcar una gran diferencia en la prevención de las piedras de cistina, asegurando un funcionamiento renal óptimo y reduciendo significativamente el riesgo de desarrollar este tipo de problemas de salud.