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¿Qué órgano es el más afectado por la diabetes?
Esta enfermedad se presenta por niveles elevados de azúcar en la sangre.
La diabetes es considerada una enfermedad crónica que, si bien puede controlarse, no tiene cura y se presenta cuando el nivel de glucosa (azúcar) en la sangre es demasiado alta. Esta sustancia es la principal fuente de energía y proviene de los alimentos.
La glucosa es un componente que el cuerpo requiere para funcionar de manera adecuada y para su control existe la insulina, una hormona que produce el páncreas, la cual que ayuda a que el azúcar ingrese en las células para usarse como energía. Algunas veces, el cuerpo no produce suficiente o no usa la insulina de manera adecuada y allí es posible que la glucosa se quede en la sangre, acumulándose y causando inconvenientes de salud.
La diabetes más común es la tipo 2 y se genera específicamente por dos situaciones. Por un lado, el páncreas no produce suficiente insulina, y, por otro, las células no responden de manera adecuada a esta hormona y consumen menos azúcar, según el instituto de investigación Mayo Clinic.
Las personas que tienen mayor probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2 son las mayores de 45 años, que tienen antecedentes familiares de diabetes o sobrepeso y las que son sedentarias, pues la inactividad física juega un papel determinante en el desarrollo de esta afección.
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De igual forma, la raza y ciertos problemas de salud, como la presión arterial alta, también inciden en la probabilidad de tener diabetes tipo 2. Además, la posibilidad de tener este padecimiento es mayor si se tiene prediabetes o si la persona tuvo diabetes gestacional, indica información del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de los Estados Unidos.
Los órganos que se afectan con esta enfermedad
Uno de los órganos que más se afecta con el desarrollo de esta enfermedad es el corazón. Con el paso del tiempo, los niveles elevados de glucosa en la sangre pueden dañar los vasos sanguíneos y los nervios que controla el corazón.
Adicionalmente, las personas que padecen de diabetes también tienen más probabilidades de tener otras afecciones que aumentan su riesgo de presentar enfermedad cardíaca. Por ejemplo, la presión arterial alta que aumenta la fuerza con que la sangre se mueve por las arterias y puede dañarlas. Tener tanto presión arterial alta como diabetes puede incrementar considerablemente el riesgo de enfermedad cardíaca.
La diabetes también ocasiona riesgo de tener un nivel muy alto de colesterol LDL, conocido como malo, el cual en muchas oportunidades lleva a la formación de placa y daña las paredes arteriales. Una situación similar se presenta con los triglicéridos elevados, otro tipo de lípido que en exceso genera afectaciones negativas en la salud.
Los efectos en ojos, nervios y riñones
Sin embargo, el corazón no es el único órgano que se afecta cuando una persona padece diabetes. El daño en los vasos sanguíneos se puede extender a los ojos, los nervios, pies y riñones. Los ojos tienen vasos sanguíneos diminutos y tener niveles altos de azúcar en la sangre durante mucho tiempo puede dañarlos. Algunos de ellos pueden inflamarse y debilitarse; otros taparse e impedir que pase suficiente sangre, lo que deriva en problemas de visión.
En el caso de los nervios, estos transmiten mensajes entre el cerebro y otras partes del cuerpo y tener azúcar elevado puede dañar los vasos sanguíneos que llevan oxígeno a algunos nervios, por lo que es posible que dejen de enviar mensajes o los manden lentamente.
En los riñones, en ocasiones la glucosa alta hace que los vasos sanguíneos se estrechen y se tapen. A medida que estos órganos reciben menos sangre, salen menos desechos y líquido adicional del cuerpo, provocando enfermedad renal.
Referencias: