Vida moderna
¿Qué pasa a su salud si toma café y luego duerme una siesta?
Hay tiempos indicados para beber café y así aprovechar sus propiedades energizantes.
Colombia es un país cafetero y la mayoría de sus habitantes disfruta de esta bebida que es consumida al levantarse, después del desayuno, antes del almuerzo, a las onces o para antes de acostarse a dormir en la noche. Su gran variedad hace que existan un sinnúmero de referencias que buscan satisfacer a los millones de paladares; a este producto también se le atribuyen propiedades para mantener despiertos a quienes el sueño intenta vencerlos.
Son muchos los usos que se le dan al café, como también sus variadas presentaciones; sin embargo, hay algunas dudas sobre sus poderes energizantes y su interferencia en las rutinas de descanso durante el día y la noche.
Toda esta preocupación radica sobre la cafeína, uno de los principales elementos del café y que sirve como estimulante, razón por la que esta bebida es tan popular en las oficinas y las universidades. Ante esto, hay muchas preguntas para saber cuál es la hora indicada para beberlo.
Algunos estudios coinciden en indicar que no recomendable su consumo justo después de despertarse y de empezar un nuevo día, pues allí es cuando el organismo libera gran cantidad de cortisol, la famosa hormona del estrés; si se le entrega cafeína al cuerpo en ese momento, se podría privar al organismo de los poderes energizantes del café, por lo que la recomendación es ingerirlo una hora después de despertar.
Sobre la taza de café que muchos optan por tomar luego del almuerzo o la cena, algunos análisis aseguran que esta bebida no interferirá en el sueño o en el tiempo de descanso; eso sí, recomiendan tomarlo e intentar hacer una siesta, esto para que las propiedades energizantes de este se activen.
Sobre las siestas, los especialistas recomiendan que sean de entre 15 y 20 minutos, esto con el fin de aprovechar sus efectos reparadores. Según el médico experto en endrocrinología Antelm Pujol, las siestas cortas son clave para aumentar el rendimiento, y el café ayudará a que estas no lleven más tiempo que el indicado.
“La ciencia apunta a que una siesta de 15-20 minutos puede aumentar el rendimiento cognitivo y deportivo. Para evitar que caigamos en un sueño profundo y nos despertemos al ponerse el sol, el café será nuestro aliado perfecto”, indicó Pujol.
La siesta: cuándo se recomienda hacerla, por cuánto tiempo y en qué momento es perjudicial para la salud
La palabra siesta deriva del vocablo latino sexta: los romanos paraban a comer y descansar en la hora sexta del día, dentro de las doce horas en que dividían el periodo de luz. En Hispania, empezaría a las 13.00 en Tarraco (hoy Tarragona) y a las 13.30 en Caesaraugusta (Zaragoza) cuando era invierno. En verano daría comienzo a las 14.30 en Lucus Augusti (Lugo). Esta siesta romana de la hora sexta, tras haber cumplido con las obligaciones y después de haber comido, se llamaba meridiatum.
Hacer la siesta o sestear es un hábito muy arraigado en los países mediterráneos. Los hablantes anglosajones han adoptado la palabra en castellano “siesta” para referirse al periodo de sueño establecido a mediodía, después del almuerzo, mientras que las siestas breves a otras horas del día se denominan naps.
Los especialistas en sueño utilizan el anglicismo nap o napping para referirnos a esos ratos breves de sueño que suceden a horas diferentes de la siesta, lo que en lenguaje coloquial sería “echar una cabezada”.
1. Cuándo se recomienda y cuándo está contraindicada
Siesta y trabajo. Dormir breves siestas en el trabajo se ha considerado tradicionalmente como una provocación. Hoy, sin embargo, es normal que los trabajadores se echen cabezadas dentro o fuera del lugar donde desarrollan su jornada laboral cuando hacen turnos.
En las últimas décadas, las siestas cortas han encontrado su espacio como estrategia de prevención para luchar contra la privación de sueño en trabajadores a turnos o con horario nocturno y para abordar el desfase horario (jet lag).
Foto de una mujer joven durmiendo plácidamente en su cama - Foto: Getty Images
Siesta y escuela. Salvo en casos individuales, los niños escolarizados de más de tres años no necesitan echársela. Reduce el tiempo que pasan en la cama y la duración de su descanso nocturno, e incrementa la latencia de sueño (el tiempo que tarda el niño en quedarse dormido). El sueño de la noche es más crucial para el desarrollo de las funciones cognitivas que el diurno.
Siesta y conducción. Echar cabezadas es una de las principales recomendaciones de los expertos para luchar contra la somnolencia al volante y prevenir accidentes de tráfico. Durante una campaña en 2013, la European Sleep Research Society resaltó la importancia de hacer breves paradas y siestas al conducir. En muchos sitios del mundo ya se distingue entre conducir fatigado y conducir con somnolencia.
2. Beneficios en la salud
Riesgo cardiovascular. En general, la corta duración del sueño y su restricción durante muchos años está claramente asociada con un mayor riesgo de obesidad, hipertensión arterial y diabetes, y con una mayor incidencia de eventos cardiovasculares.
Algunos estudios demuestran que echarse una siesta de 30 minutos por la tarde de forma rutinaria (tres o más días por semana) reduce un 30 % los accidentes cardiovasculares en individuos sanos. También disminuye la posibilidad de sufrir una enfermedad coronaria entre hombres trabajadores con deuda de sueño durante la semana.