Vida Moderna
¿Qué pasa si se le deja el collar puesto a un perro todo el día?
Hay dueños que prefieren hacerlo por seguridad, pero expertos revelan lo que implicaría en la mascota de hacerlo.
Dentro de los cuidados que una persona puede brindarle a su mascota está la importancia de tener un collar, lo que puede evitar que se pierda o como modo de identificación al portar una placa. Sin embargo, surge un interrogante sobre qué tan bueno y saludable es que los perros o gatos conserven el collar durante todo el día, aun estando en casa.
Pese a las muchas razones por las que una persona le deja el collar a su mascota, expertos del portal de Europet, aseguran que el uso continuo de este objeto en estos animales puede representar un peligro.
Entre los riesgos más comunes por el mal uso del collar o por un descuido cuando el perro lleva puesto por varias horas es la asfixia.
“Cuando el cachorro lleva puesto el collar no siempre está siendo supervisado por el dueño, es ahí donde él pueda estar jugando y de la nada se enganche en una valla o cortina y de desesperación intente jalar con fuerza terminando estrangulado o asfixiado por la propia presión”, precisó la entidad citada.
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Otro de los problemas que puede llegar a tener la mascota por el uso frecuente del collar son lesiones en la boca, ya que suelen rascarse detrás de las orejas con las patas “y si el collar está demasiado flojo pueden terminar enganchado o enredado provocando de esta manera dolor o lesión en la boca”, señaló la plataforma.
Estas lesiones también pueden presentarse en el cuello, columna o patas generando, incluso, picazón o molestias. Hay que recordar que el área del cuello de los perros es extremadamente sensible y de no prestar atención a tiempo, puede sufrir un percance grave que le causará daños permanentes a la mascota.
El uso frecuente del collar en los perros también puede provocar problemas en la piel, ya sea por el material de la correa que le genera irritación o la pérdida de pelaje por el rozamiento constante. De por sí, la piel de los animales es sensible, por lo que “no podrá soportar cualquier herida o rozadura, generando una infección que perjudique” a la mascota.
“Los problemas o situaciones que se mencionaron son casos que ya han pasado algunos perritos y que por suerte han podido librarse y otros no tuvieron la misma suerte, sin embargo, la última palabra la tiene el dueño en querer o no usar el collar todo el día en casa”, advirtió el sitio web.
Pero, ¿qué es mejor para un perro, un collar o una pechera?
En el mundo de la crianza de mascotas, la elección entre un collar y una pechera para perros ha sido un tema de debate constante entre los dueños responsables. La discusión gira en torno a cuál de estas opciones es más adecuada para brindar comodidad, seguridad y control a los peludos amigos de cuatro patas. Con opiniones diversas y argumentos sólidos de ambos lados, no hay una respuesta definitiva, ya que la elección depende en última instancia de las necesidades individuales de cada perro y de su dueño.
Los defensores de los collares argumentan que son una opción clásica y efectiva para controlar a los perros. Permiten la fácil sujeción de la correa, brindando al dueño un control directo sobre el movimiento del animal. Además, los collares con placas de identificación son una forma eficiente de llevar información de contacto en caso de que el perro se extravíe.
Pese a esto, detractores de los collares señalan que pueden ejercer presión sobre el cuello y la tráquea, especialmente si el perro tiende a jalar fuertemente durante los paseos. Esto puede ser incómodo e incluso peligroso para perros pequeños o de razas con problemas respiratorios.
La elección entre collar y pechera debe basarse en varios factores, incluida la personalidad y el comportamiento del perro. Si un perro es tranquilo y bien entrenado para caminar junto a su dueño, un collar podría ser adecuado; sin embargo, si un perro es enérgico, tira con fuerza o tiene problemas de salud específicos, una pechera podría ser más conveniente. Es fundamental que los dueños se tomen el tiempo para observar y entender las necesidades individuales de su perro antes de tomar una decisión.