Vida Moderna
Esto es lo que pasa si se toma jugo de tomate de árbol todos los días
El tomate de árbol aporta vitaminas y minerales.
El tomate de árbol, cuyo nombre científico es solanum betaceu, es un fruto originario de América del Sur y, de acuerdo con la Cámara de Comercio de Bogotá, se cree que su centro de origen está ubicado en los bosques de la reserva de Tucumano entre Bolivia y el norte de Argentina, ya que en dicha zona se ha encontrado una alta diversidad genética.
Además, el cultivo de tomate de árbol se desarrolla más eficientemente en clima frío moderado, con temperaturas que oscilan entre los 13 °C a 20 °C (grados centígrados); temperaturas superiores a los 25 °C, e inferiores a los 10 °C durante el período de floración generan caída de la flor y afectan el cuajado del fruto.
Respecto a sus propiedades, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde reveló que “es rico en compuestos fenólicos, flavonoides, antocianinas y carotenoides, así como en vitaminas y minerales que le otorgan sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, antimicrobianas, hipolipemiantes, quimioprotectoras e hipoglucémicas”.
Para ser más específicos, este fruto tiene diferentes propiedades y beneficios como: Vitamina A, Vitamina B6, Vitamina C y Vitamina E y minerales como el calcio, el hierro, el fósforo y el magnesio.
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Además, señaló que el consumo de tomate de árbol tiene varias propiedades como, por ejemplo:
1. Cuidar la salud del corazón por poseer propiedades antioxidantes que ayudan a disminuir el colesterol LDL “malo”.
2. Regular el azúcar en la sangre por la fibra soluble que ayuda a retardar la absorción del azúcar proveniente de los alimentos a nivel intestinal.
3. Fortalecer el sistema inmune por el contenido de vitamina C y vitamina A que el tomate de árbol aporta ayuda a fortalecer el sistema inmune.
4. Cuidar la salud visual por la vitamina A que posee y que ayuda a cuidar los ojos.
5. Favorecer la pérdida de peso porque aumenta la sensación de saciedad, disminuyendo así el consumo de alimentos.
6. Prevenir el estreñimiento por la fibra que posee, lo cual es ideal para aumentar e hidratar el bolo fecal y mantener la flora bacteriana saludable.
7. Prevenir el envejecimiento prematuro por la vitamina C y A y polifenoles que ayudan a neutralizar el daño que causan los radicales libres a las células.
8. Prevenir el cáncer por sus potentes propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que ayudan a prevenir la formación de tumores.
¿Cómo se prepara el jugo de tomate de árbol?
Según el portal portugués, “para preparar un vaso de jugo de tomate de árbol se debe retirar la cáscara, que se puede hacer con un cuchillo o hirviéndolos durante unos minutos para ablandar la cáscara. Después, hay que licuar una unidad y media, que equivale a 100 g aproximadamente, en 200 ml de agua. Posteriormente, se cuela, se agrega un poco de hielo y se bebe”.
Ahora, es importante señalar que el tomate de árbol también puede consumirse entero, en conservas o en mermeladas, por ejemplo.
Este es el valor nutricional del tomate de árbol por cada 100 gramos
- Calorías: 58 calorías
- Proteínas: 1,7 g
- Lípidos: 0,1 g
- Carbohidratos: 12,5 g
- Fibras: 2 g
- Vitamina B1: 0,06 mg
- Vitamina B2: 0,03 mg
- Vitamina B3: 0,3 mg
- Vitamina C: 23 mg
- Vitamina A: 155 ER
- Calcio: 10 mg
- Hierro: 0,8 mg
- Sodio: 1 mg
- Fósforo: 43 mg
- Zinc: 0,1 mg
- Magnesio: 19 mg
- Potasio: 300 mg
De todos modos, antes de consumir algún alimento, lo primero que se debe hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista, para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.
Alimentación saludable
- Al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día, excepto papas, batatas, mandioca y otros tubérculos feculentos.
- Menos del 10 % de la ingesta calórica total de azúcares libres, que equivale a 50 gramos (o unas 12 cucharaditas rasas) en el caso de una persona con un peso corporal saludable que consuma aproximadamente 2.000 calorías al día, aunque para obtener beneficios de salud adicionales lo ideal sería un consumo inferior al 5 % de la ingesta calórica total. Los azúcares libres son todos aquellos que los fabricantes, cocineros o consumidores añaden a los alimentos o las bebidas, así como los azúcares naturalmente presentes en la miel, los jarabes y los zumos y concentrados de frutas.
- Menos del 30 % de la ingesta calórica diaria procedente de grasas. Las no saturadas (presentes en pescados, aguacates, frutos secos y en los aceites de girasol, soja, canola y oliva) son preferibles a las saturadas (presentes en la carne grasa, la mantequilla, el aceite de palma y de coco, la nata, el queso, la mantequilla clarificada y la manteca de cerdo), y las grasas trans de todos los tipos, en particular las producidas industrialmente (presentes en pizzas congeladas, tartas, galletas, pasteles, obleas, aceites de cocina y pastas untables) y de rumiantes (presentes en la carne y los productos lácteos de rumiantes como vacas, ovejas, cabras y camellos). La OMS sugirió reducir la ingesta de grasas saturadas a menos del 10 % de la ingesta total de calorías, y la de grasas trans a menos del 1 %. En particular, las grasas trans producidas industrialmente no forman parte de una dieta saludable y se deberían evitar.
- Menos de cinco gramos de sal (aproximadamente una cucharadita) al día. La sal debería ser yodada.