¿Qué personas no deben hacer la dieta cetogénica?

Las dietas son una de las estrategias más comunes a las que se recurre para bajar de peso. Sin embargo, no siempre funcionan y tampoco son una alternativa para todo el mundo.

De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), para que una persona logre control de su peso, lo más importante es cuidar su alimentación, reduciendo el consumo de grasas, particularmente las saturadas y trans y adicionando muchas frutas y verduras.

Una de las dietas que ha tomado protagonismo en los últimos tiempos es la cetogénica, que hace hincapié en los alimentos ricos en grasas y restringe drásticamente los carbohidratos. De hecho, entre el 60 y el 80 % de las calorías deben provenir de la grasa, según Jason Ewoldt, RDN, LD, dietista de bienestar del Programa para Vida Sana de la Clínica Mayo.

Según el experto, una verdadera dieta cetogénica también incluye solo cantidades moderadas de proteínas y menos de 50 gramos de carbohidratos al día. En la misma pueden incluirse las nueces, las semillas, el queso y otros productos lácteos altos en grasas, el yogur griego natural, las verduras sin almidón y fibrosas y los aceites, junto con cantidades más pequeñas de carnes, huevos y pescado.

En esta dieta se limitan drásticamente los carbohidratos, incluidos el pan y los productos horneados, los dulces, los fideos, los cereales de desayuno, las verduras con almidón como las papas, el maíz y los guisantes, los fríjoles, la fruta y la cerveza.

En el propósito de bajar de peso, según Ewoldt, la dieta tarda de dos a tres semanas en empezar a quemar grasa (cetosis) en el cuerpo. Por lo tanto, las personas no deben esperar resultados instantáneos. Algunos estudios han demostrado que las dietas cetogénicas bajas o muy bajas en carbohidratos ayudan a reducir los kilos de más. Sin embargo, a largo plazo, hay poca diferencia entre una dieta cetogénica y una dieta con mayores niveles de carbohidratos.

¿Quiénes no deben hacerla?

Pero como no todas las dietas son para todo el mundo, hay personas que deberían evitar recurrir a esta alternativa. Una revisión de análisis sobre sus riesgos, en particular en determinadas personas, publicada en la revista Frontiers in Nutrition, indica que existen efectos adversos para la salud, sobre todo en mujeres embarazadas y personas que padecen de enfermedad renal.

“La dieta cetogénica típica es un desastre que promueve enfermedades”, asegura el autor principal de la revisión, Lee Crosby, gerente del programa de educación nutricional en el Comité de Médicos para una Medicina Responsable, una organización sin fines de lucro que promueve la medicina preventiva y, realiza investigaciones clínicas, según cita el diario La Vanguardia, de España.

“Consumir carnes rojas, carnes procesadas y grasas saturadas y restringir las verduras, frutas, legumbres y cereales integrales ricos en carbohidratos es una receta para la mala salud”, agrega.

En general, el análisis indica que las personas que más podrían salir perjudicadas llevando a cabo este tipo de dietas son las mujeres embarazadas o que puedan quedar en este estado, ya que estas formas de alimentación que restringen los carbohidratos están relacionadas con un mayor riesgo de defectos del tubo neural en el bebé, así la madre gestante consuma ácido fólico. La investigación también sugiere que habría mayor riesgo de defectos congénitos y diabetes gestacional.

Otro grupo para el que no es aconsejable esta dieta, de acuerdo con los mencionados estudios, es para aquellos que tienen problemas renales. Las dietas cetogénicas ricas en proteínas podrían acelerar este padecimiento. “Un alto consumo de proteínas facilita la hiperfiltración, un fenómeno de aumento del flujo sanguíneo al glomérulo, que se cree que conduce a daños a largo plazo en personas con enfermedades renales crónicas (ERC)”, precisan los científicos responsables de la revisión.

Los investigadores también alertan que la ingesta de grasas saturadas, que normalmente aumenta con una dieta cetogénica, está muy asociada con el riesgo de la enfermedad de Alzheimer. En su análisis precisan que los alimentos vegetales ricos en polifenoles, como las frutas y verduras, se asocian con un menor riesgo de padecer este mal.

La investigación fue realizada, según La Vanguardia, por científicos de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York; Salud y Hospital de la Ciudad de Nueva York en Bellevue; Universidad de Pennsylvania; Universidad de Loma Linda; y la Facultad de Medicina de la Universidad George Washington.