VIDA MODERNA
¿Qué tipo de alimentación se necesita para mantener estabilidad y salud mental?
Existen teorías que relacionan algunos alimentos como el detonante de la depresión y la ansiedad.
La depresión y la ansiedad son patologías diferentes, pero es frecuente que algunos pacientes desarrollen las dos al tiempo. Mayo Clinic menciona que es normal sentirse triste o abrumado ocasionalmente, ya que todas las personas se enfrentan a momentos de estrés en las diversas etapas de la vida. Sin embargo, el portal de medicina menciona que “los sentimientos constantes e intensos de ansiedad y depresión pueden ser un signo de un trastorno de salud mental de fondo”.
Cabe mencionar, que algunos expertos mencionan que la salud mental puede estar relacionada con el tipo de alimentación que lleva una persona. El portal web de la Fundación Mapfre aseguró que, por lo general, cuando las personas se encuentran en un estado de ánimo bajo optan por consumir algo que los estabilice; sin embargo, este tipo de productos son ricos en azúcares y grasas, lo que puede empeorar el estado de ansiedad o depresión.
Según el medio, algunos nutricionistas afirman que no hay ninguna dieta que cure estas enfermedades; sin embargo, un plan de alimentación sano y equilibrado podría ayudar a disminuir sus síntomas. Algunos de esos alimentos son frutas, hortalizas, legumbres, frutos secos, granos integrales, lácteos fermentados, huevos y pescados.
Los especialistas aseguran que llevar una dieta sana traerá grandes beneficios para la salud en general y además mencionan que no hay un plan de alimentación específico para este tipo de enfermedades, pero algunas recomendaciones como seguir una dieta mediterránea, mantener un peso saludable, evitar el alcohol y el tabaco, y realizar actividad física son factores que pueden prevenir la depresión y la ansiedad o pueden ayudar a disminuir sus síntomas.
¿Qué es una dieta mediterránea?
Esta dieta incluye muchos vegetales, frutas, legumbres, cereales y productos ricos en carbohidratos saludables como el pan integral, la pasta y el arroz integral. También contiene cantidades moderadas de pescado, carnes magras blancas y algunos productos lácteos. En esta dieta se usa para cocinar el aceite de oliva extravirgen.
Según Mayo Clinic las personas incrementaron el interés por esta dieta en el año 1950 cuando se observó que las enfermedades cardíacas eran más comunes en la población de Estados Unidos y no en los habitantes de los países mediterráneos. Este tipo de alimentación está basada en las cocinas tradicionales de Grecia, Italia y otros países que bordean el mar Mediterráneo.
Los alimentos de origen vegetal, como los cereales integrales, las verduras, las legumbres, las frutas, los frutos secos, las semillas, las hierbas y especias, son la base de la dieta. Además, se incluyen con moderación el pescado, los mariscos, los lácteos y la carne de aves. Por el contrario, la carne roja y los dulces solo se consumen de manera ocasional e incluso en algunos casos se evitan en su totalidad.
El aceite de oliva es la principal fuente de grasa agregada en esta dieta. Este producto aporta grasas monoinsaturadas que reducen el colesterol total y los niveles de lipoproteínas de baja densidad (o colesterol malo). Los frutos secos y las semillas también contienen grasa monoinsaturada.
Los pescados grasos, como la caballa, el arenque, las sardinas, el atún blanco y el salmón, son ricos en ácidos grasos omega 3. Estas grasas poliinsaturadas ayudan a combatir la inflamación en el cuerpo.
Recomendaciones
- Preparar comidas en base a vegetales, frijoles (alubias, porotos) y cereales integrales.
- Comer pescado al menos dos veces por semana.
- Usar aceite de oliva en lugar de mantequilla para preparar las comidas.
- Servir fruta fresca de postre. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir cinco porciones del fruta al día.