Salud
¿Qué tipo de grasas y alimentos son los peores para el hígado?
Algunos alimentos ricos en cierto tipo de grasas resultan perjudiciales para el hígado.
El hígado graso tiende a relacionarse con el consumo elevado de alcohol. Sin embargo, con el paso de los años, los expertos han coincidido en que esta patología está más relacionada con el estilo de vida de las personas, el aumento de la obesidad y con una gran acumulación de ácidos grasos y triglicéridos, precisa un artículo de la revista Muy Saludable de Sanitas.
Esto resulta preocupante, al punto de que el hígado graso, que ahora se le conoce como hígado graso no alcohólico, es una patología frecuente en los niños. Se trata de una enfermedad que afecta a cerca del 25 % de las personas a nivel global, indica el portal especializado Healthline.
Generalmente, se trata de una enfermedad que no causa signos ni síntomas. Cuando lo hace, pueden incluir fatiga y dolor o molestia en la parte superior derecha del abdomen. Sin embargo, si avanza, las señales pueden ser más graves, como hinchazón, vasos sanguíneos agrandados justo debajo de la superficie de la piel, bazo agrandado, palmas rojas y color amarillento en la piel y en los ojos, según Mayo Clinic.
El alcohol no es la única sustancia que causa daño a este órgano, pues a la lista de comidas dañinas se le pueden incluir bebidas energéticas, algunos quesos grasos e, incluso, alimentos con altos niveles de azúcar. De acuerdo al portal web OkSalud, estos son algunos de los alimentos que causan daño al hígado:
Tendencias
- Azúcar: determinados alimentos y bebidas, como los refrescos ricos en gas y azúcar, son altamente perjudiciales. A la larga, conllevan el riesgo de desarrollar enfermedades hepáticas.
- Alimentos de origen animal: aunque no todos los alimentos de origen animal son perjudiciales, es importante hacer un uso moderado de ellos. Algunas carnes tienen un alto contenido en grasas dañinas para el organismo, que a posteriori puede dañar al hígado.
- Embutidos: son restos de carnes rojas junto con grasa, que por lo general están mezclados con los desperdicios de la industria cárnica. El exceso en el consumo de estos alimentos puede causar problemas al sistema digestivo y en el hígado.
- La sal: este mineral es necesario para el correcto funcionamiento del cuerpo, aunque su uso excesivo en la dieta puede conllevar problemas de salud, especialmente a nivel hepático. Hay muchos alimentos con alto contenido en sal, por lo que su consumo debe ser moderado. Entre estos se encuentran los embutidos, las carnes procesadas, salsas, fritos (paquetes de papas, por ejemplo).
- Alcohol: de todos, es sabido que el alcohol ofrece toda clase de problemas para la salud en general, pero afecta, sobre todo, al hígado que puede no acabar funcionando correctamente. Cuando se tiene este mal hábito, se perjudican las células del hígado y no pudiendo sintetizar correctamente los alimentos.
- Algunos quesos: ciertos productos lácteos, como los quesos muy madurados llevan una alta cantidad de sodio, algo que no beneficia a cuidar el hígado en absoluto.
- Bebidas energéticas: no solamente son dañinas por sus contenido en azúcar, sino también por su componentes químicos nocivos para el sistema nervioso central. Su consumo excesivo puede derivar en insuficiencia hepática.
- Salsa de soya: una cucharada de esta salsa contiene 1.000 miligramos de sodio, cantidad que puede variar dependiendo de la marca; sin embargo, su consumo frecuente puede resultar dañino.
Diagnóstico
Ya que esta enfermedad es en la mayoría de casos silenciosa, es importante realizar periódicamente exámenes de diagnóstico.
Las pruebas que se hacen para precisar el diagnóstico y la gravedad de la enfermedad son:
- Hemograma completo.
- Examen de glucemia en ayuno.
- Análisis de función hepática y de la enzima hepática.
- Análisis para detectar hepatitis viral crónica (hepatitis A, hepatitis C y otras).
- Análisis para detección de enfermedad celíaca.
- Perfil lipídico que mide las grasas en la sangre, como el colesterol y los triglicéridos.