Salud
¿Qué vitamina es buena para evitar perder la audición?
Este poderoso nutriente se puede obtener por medio de alimentos como el atún, las sardinas o el aceite de hígado de bacalao.
Es natural que con el paso de los años algunos sentidos empiecen a deteriorarse; sin embargo, uno de los más afectados es la audición. De hecho, a las malas prácticas que se tiene hoy en día, la Organización Mundial de la Salud estima que para 2050 está previsto que haya casi 2500 millones de personas con algún grado de pérdida de audición y que al menos 700 millones requieran rehabilitación.
De acuerdo con información de Mayo Clinic, existen tres tipos de pérdida auditiva, la conductiva que afecta al oído externo o medio, la neurosensorial que afecta al oído interno y el mixto que es una mezcla de las dos. Entre los síntomas que se pueden presentar están:
- Amortiguación del habla y de otros sonidos.
- Dificultad para entender las palabras, especialmente cuando se está en una multitud o en un lugar ruidoso.
- Dificultad para escuchar las letras del alfabeto que no son vocales.
- Pedirles con frecuencia a los demás que hablen más lento, con mayor claridad y más alto.
- Necesidad de subir el volumen de la televisión o la radio.
- Evitar algunos entornos sociales.
- Sentir molestias por el ruido de fondo.
- Zumbido en los oídos, lo que se conoce como tinnitus.
Cuando se presenta algunas de estas señales, es importante acudir al médico para determinar la causa y el tratamiento a seguir. No obstante, una forma de mitigar la pérdida auditiva es consumiendo una dieta balanceada y teniendo buenos hábitos de vida desde temprana edad.
Adicional a ello, los expertos en salud aconsejan una implementación de vitaminas, un grupo de sustancias que son necesarias para el funcionamiento celular, el crecimiento y el desarrollo normales. Por su parte, el portal web Widez Especialistas en Audición destacan que el consumo de vitamina D es fundamental para tener unos oídos saludables.
Según explican, en el oído medio hay tres huesos diminutos que son cruciales para su audición, por lo que si no se tiene buenos niveles de esta vitamina, evidentemente los huesos podrían debilitarse y eso podría afectar tu audición. Del mismo modo, cabe resaltar que la vitamina D se metaboliza principalmente cuando la luz del sol toca la piel, pero a menudo no obtenemos suficiente luz solar, por lo que se deben consumir alimentos ricos en este nutriente, tales como el salmón, el atún enlatado, las sardinas o el aceite de hígado de bacalao.
Cabe mencionar que el consumo de este nutriente se debe hacer con mucha moderación y en cantidades aconsejadas por un profesional de la salud, porque de lo contrario se podría alterar la salud del paciente y aumentar el riesgo de otro tipo de patologías de difícil manejo.
¿Qué pasa si se consume en exceso la vitamina D?
Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) revelaron que las concentraciones demasiado elevadas de vitamina D en la sangre (superiores a 375 nmol/L o 150 ng/mL) pueden causar náuseas, vómitos, debilidad muscular, confusión, dolor, pérdida del apetito, deshidratación, micción y sed excesivas y cálculos renales.
Asimismo, puntualizaron que las concentraciones sumamente elevadas de vitamina D pueden causar insuficiencia real, arritmia y hasta la muerte.
Adicional, indicaron que los niveles elevados de vitamina D se deben casi siempre a su consumo en cantidades excesivas a través de suplementos dietéticos, pues nunca se recibirá demasiada vitamina D del sol, porque la piel limita la cantidad de esta vitamina que puede producir.
De hecho, los NIH señalaron que las dos formas de vitamina D disponibles en suplementos son D2 (ergocalciferol) y D3 (colecalciferol) y ambas aumentan la concentración de vitamina D en la sangre, aunque la D3 podría elevarla más y por más tiempo que la D2.