SALUD
¿Qué vitaminas le faltan al cuerpo cuando se padece anemia?
Esta enfermedad puede generar fatiga, casancio, dolor de cabeza y pérdida de peso.
La anemia se presenta cuando hay una disminución en el número de glóbulos rojos en la sangre, los cuales se encargan de transportar el oxígeno y liberarlo en los distintos tejidos.
La Clínica Universidad de Navarra indica que esta afección puede ser la manifestación de una enfermedad hematológica o una evidencia secundaria de muchas otras enfermedades. “Ciertos tipos de anemia pueden ser graves, de larga duración e incluso potencialmente mortales si no se diagnostican y tratan”, precisa la mencionada institución.
Los especialistas aseguran que la anemia puede instaurarse de forma aguda o crónica y los síntomas son distintos en función, precisamente, de la rapidez con que aparezca.
Cuando se presenta una anemia ligera, esta empieza a manifestarse como una disminución de la resistencia al ejercicio físico, que se acompaña de taquicardia y dificultad respiratoria. Si la afección se hace más intensa, estos síntomas se acentúan y aparecen con mínimos esfuerzos o incluso en reposo, asociándose a cansancio extremo.
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El paciente puede ponerse pálido, con una baja coloración de la piel y de las mucosas. Puede aparecer dolor de cabeza y, en personas con enfermedad cardiovascular, es posible que se desencadene una angina de pecho.
En muchas oportunidades, esta enfermedad se puede presentar por la deficiencia de vitaminas, especialmente de la B12 y de folato.
Esto puede ocurrir si la persona no consume suficientes alimentos que las contengan o si tiene problemas para absorber o procesar estas vitaminas. “Sin estos nutrientes, el cuerpo produce glóbulos rojos que son demasiado grandes y que no funcionan adecuadamente. Esto reduce su capacidad de llevar oxígeno”, precisa el instituto de investigación clínica Mayo Clinic.
Cuando la anemia se presenta por falta de vitaminas, se desarrolla lentamente durante varios meses o años. Los signos y síntomas pueden ser sutiles en un principio, pero suelen aumentar a medida que la deficiencia empeora. Estos pueden incluir: fatiga, falta de aire, mareos, piel pálida o amarillenta, latidos del corazón irregulares y pérdida de peso.
De igual forma, se puede presentar entumecimiento u hormigueo en las manos y los pies, debilidad muscular, cambios en la personalidad, movimientos inestables y confusión mental u olvido.
Causas de la deficiencia de vitamina B-12
Hay varias razones por las cuales una persona presenta deficiencia de vitamina B12. La primera es que no se incluyan en la dieta los alimentos que la contienen, los cuales son, principalmente, la carne, los huevos y la leche. Si no se ingieren estos alimentos, es posible que se requiera de suplementos de esta vitamina.
También puede haber deficiencia por una anemia perniciosa, que se presenta cuando el sistema inmunológico del organismo ataca las células del estómago que producen una sustancia que se llama factor intrínseco. Sin esta sustancia, la vitamina B-12 no puede absorberse en los intestinos.
Otra de las razones de la falta de esta vitamina pueden ser las cirugías gástricas. Si a un paciente le extirparon quirúrgicamente partes del estómago o de los intestinos, esto puede reducir la cantidad de factor intrínseco producido y la cantidad de espacio disponible para que se absorba la vitamina B-12.
De igual forma, puede ocurrir por problemas intestinales. La enfermedad de Crohn y la enfermedad celíaca pueden interferir con la absorción de la vitamina B-12, al igual que las tenias, que pueden ingerirse por comer pescado contaminado.
Deficiencia de folato
En el caso del folato, al que también se le conoce como vitamina B9, su deficiencia puede presentarse cuando las personas no ingieren alimentos que lo contengan o cuando el cuerpo no puede absorberlo de los alimentos.
Los problemas de absorción pueden estar asociados a enfermedades intestinales como enfermedad celíaca, extirpación quirúrgica, consumo excesivo de alcohol y medicamentos anticonvulsivos. Según Mayo Clinic, las mujeres embarazadas y las que amamantan tienen una mayor necesidad de folato, al igual que las personas que se someten a diálisis por una enfermedad renal.
Este nutriente se encuentra, principalmente, en alimentos como brócoli, espinaca, espárragos y fríjol de lima; naranjas, limones amarillos, bananos, fresas y melones; productos de granos enriquecidos como pan, cereales, fideos y arroz, y en hígado, riñones, levadura, hongos y cacahuates.