Vida moderna
Quiste en el cerebro: los síntomas silenciosos a los que se deben prestar atención
En caso de presentar signos, se debe consultar inmediatamente con un especialista.
Los quistes pueden formarse dentro de cualquier tejido del cuerpo humano. Es una bolsa de tejido cerrada que puede estar llena de pus, aire, líquido u otro componente. Según explica Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, los quistes se pueden drenar o extirpar con cirugía, dependiendo el tipo y la ubicación.
En el cerebro pueden aparecer quistes. En la mayoría de los casos, las personas suelen nacer con este tipo de quistes; sin embargo, también pueden desarrollarse con el paso del tiempo.
Los quistes suelen no presentar síntomas y las personas que los padecen no se dan cuenta hasta realizar exámenes de chequeo. “Estos tumores suelen ser asintomáticos y se desarrollan silenciosamente, identificándose en algún examen de rutina, como una tomografía computarizada, por otros motivos. Sin embargo, también existen casos en los que el quiste termina por presionar regiones del cerebro, haciendo que surjan síntomas como alteraciones en la vista, dolor de cabeza o mareos, por ejemplo”, explica el portal especializado en salud Tua Saúde.
Otros de los síntomas que se pueden presentar incluyen:
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- Crisis convulsivas.
- Mareos.
- Náuseas o vómitos.
- Alteraciones del sueño.
- Pérdida de la fuerza.
- Desequilibrio.
- Cambios en la visión.
- Confusión mental.
Es importante que al presentar un dolor o malestar en la cabeza se consulte a un médico para hacer exámenes y descartar diferentes afecciones. “Cuando el quiste es pequeño, no aumenta de tamaño y no causa síntomas o molestias, el neurólogo sólo hace un seguimiento, repitiendo los exámenes anualmente para verificar su evolución”, señala Tua Saúde.
Tumor cerebral
Hay algunos tumores que no provocan síntomas en las personas, debido a que su tamaño es demasiado grande. En otros casos, se pueden presentar paulatinamente. Los signos de un tumor cerebral se manifiestan dependiendo de su tamaño, la ubicación y si se ha diseminado.
En palabras de Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, a continuación los diferentes síntomas que se pueden desarrollar:
- “Cambios en las funciones mentales de la persona.
- Dolores de cabeza.
- Convulsiones (especialmente en los adultos mayores).
- Debilidad en una parte del cuerpo.
Los dolores de cabeza causados por tumores cerebrales se caracterizan por:
- Ser peores cuando la persona se despierta por la mañana y se alivian en unas pocas horas.
- Ocurrir durante el sueño.
- Ocurrir con vómitos, confusión, visión doble, debilidad o entumecimiento.
- Empeorar con la tos o el ejercicio o con un cambio en la posición del cuerpo.
Otros síntomas que se pueden manifestar son:
- Cambio en la lucidez mental (incluso somnolencia, inconsciencia y coma).
- Cambios en los sentidos del oído, gusto o el olfato.
- Cambios que afectan el tacto y la capacidad para sentir dolor, presión, temperaturas diferentes u otros estímulos.
- Confusión o pérdida de la memoria.
- Dificultad para deglutir.
- Dificultad para escribir o leer.
- Mareo o sensación anormal de movimiento (vértigo).
- Problemas en los ojos como párpado caído, pupilas de diferente tamaño, movimientos incontrolables de los ojos, dificultades de visión (incluso disminución de la visión, visión doble o pérdida total de la visión).
- Temblor de manos.
- Falta de control de esfínteres.
- Pérdida del equilibrio, pérdida de la coordinación, torpeza, problemas para caminar.
- Debilidad muscular en la cara, el brazo o la pierna (por lo general solo en un lado).
- Entumecimiento u hormigueo en un lado del cuerpo.
- Cambios de personalidad, estado de ánimo, comportamiento o emociones.
- Dificultad para hablar o entender a otros que estén hablando.
Otros signos que pueden aparecer con un tumor hipofisario son:
- Secreción anormal del pezón.
- Ausencia de la menstruación (periodos)
- Desarrollo de mamas en los hombres.
- Manos y pies agrandados.
- Vello corporal excesivo.
- Cambios faciales.
- Presión arterial baja.
- Obesidad.
- Sensibilidad al calor o al frío”.