REDES
Seis pautas para el manejo de las redes sociales de los hijos
El riesgo no es la tecnología sino la falta de acompañamiento y orientación de los padres. ¿Qué pueden hacer ellos para proteger a sus hijos? ¿Es válido espiarles el celular y las redes sociales de los mismos para protegerlos? Varios expertos respondieron estas y otras preguntas para SEMANA.
Cuando los niños y adolescentes navegan por internet están expuestos a una serie de riesgos sobre los cuales los padres de familia no tienen un control directo. Los riesgos son varios y están asociados tanto a los contenidos que puedan encontrar, ya sean de carácter pornográfico, abuso sexual infantil o publicaciones que promueven las autolesiones, como también a los contactos que establezcan en línea. Como ellos a veces no saben realmente quien está al otro lado de la pantalla, pueden ser víctimas de grooming, sextorsión, ciberacoso y sexting, que son modalidades de chantaje, robo o acoso sexual.
Los padres se preguntan ¿Qué ven? ¿Con quién se están relacionando en el mundo digital? ¿Los están chantajeando? ¿Envían contenidos íntimos? ¿Les demandan favores sexuales? ¿Alguien les está haciendo daño? A pesar de tantas inquietudes no saben qué hacer al respecto y si es válido espiarlos en las redes para protegerlos o si hay otras alternativas. De acuerdo con varios expertos consultados por SEMANA, hablar de redes sociales es una práctica de crianza que deben incorporar los padres en la casa y los profesores en el colegio. El acompañamiento es clave para prevenir los riesgos a los que están expuestos los jóvenes y adolescentes en el mundo digital.
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Cuando un padre de familia respeta las edades de aproximación a la tecnología de sus hijos, los acompaña en el uso de las mismas y establece conversaciones con ellos sobre su vida cibernética, estará ayudándoles a desarrollar una autonomía digital que les enseñará a navegar solos, a distinguir contenidos veraces de contenidos falsos y a entender que, en efecto, las redes ofrecen una nueva forma de relacionamiento. Para eso, los adultos deben tener claro que desde que ponen en las manos de sus hijos el primer dispositivo tecnológico asumen la responsabilidad de acompañarlos en el uso de las redes. A continuación SEMANA enumera seis claves para abordar el tema.
- Acompañamiento
De acuerdo con María Lucía Algarra, rectora del colegio Gimnasio Iragua, antes de llegar a la adolescencia hay unas etapas previas de desarrollo en las que los padres tienen que estar presente desde el principio. Si tiene dudas sobre lo que está haciendo su hijo lo mejor que un padre puede hacer es abordarlo abiertamente. “A la fuerza nada es bueno y efectivamente hablar sí es el camino más largo, pero también el más sostenible y efectivo antes de esculcarle las redes sociales a nuestros hijos”, agregó.
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Afirma que ese acompañamiento debe ser siempre porque “el papá que llega de improviso como en paracaídas a la adolescencia del hijo a pedirle cuentas, está perdido”. Es importante construir una relación con el hijo desde que nace y esta relación se debe favorecer a través de la presencia física. “De esta manera en la adolescencia habrá un camino avanzado y los padres podrán intervenir de la mejor manera posible porque conocerá a sus hijos”, señaló Samira Rodríguez, directora de Formación y Familia del Gimnasio Iragua.
- Mantener abierta la comunicación
La comunicación es clave y dejar canales de comunicación abiertos puede prevenir que los niños se encuentren con una amenaza a su seguridad en línea. Cuando estos canales se construyen desde que los niños son pequeños, se les está enseñando a contar con un adulto de confianza cuando algo los haga sentir tristes o incomodos. “Cuando un niño tiene esto claro desde la temprana edad va a ser más fácil que durante su pre adolescencia o adolescencia tenga la confianza de contar sus cosas porque aprendieron que cuando se abren con sus papás o con un adulto que los quiere no van a ser juzgados sino que serán apoyados”, indicó Viviana Quintero, psicóloga y coordinadora de Telecomunicaciones de Red PaPaz.
Para Algarra es cierto que a los papás les hace falta valentía y les asusta preguntarles a los hijos con quién están hablando y de qué, “pero los encuentros se deben buscar a como dé lugar. Los hijos saben que de sus papás no vendrán sino cosas buenas y en últimas sabrán que hacemos todo por su propio bien”.
- No espiar el celular ni las redes
Para Quintero, el acompañamiento se debe hacer de frente al niño y sin espiarle. Es decir fisgonear en sus redes sin su consentimiento no es aconsejable pues con ese comportamiento le está enseñando que cualquier cosa vale cuando quiero conseguir algo. La psicóloga Karen Rivera, del colegio The Victoria School, cuando un padre hackea las redes de sus hijos sin su consentimiento, “ellos crean maneras de ocultar las cosas. La confianza se termina de destruir y eso deja a los niños sin protección”. Dice que en estas circunstancias ellos tomarán medidas, como por ejemplo, crear perfiles de los que los papás no tienen conocimiento. Al revisar sin consentimiento sus redes ellos sentirán una violación a su intimidad y ocultarán aún más su vida cibernética. “No es la vía”, apunta Rivera. No obstante, si un padre siente que su hijo está en peligro, por ley puede revisarle las redes, no sin antes comunicárselo. “La Corte Constitucional permite que para garantizar la seguridad de los niños los papás pueden acceder a las cuentas sin consentimiento de los mismos, pero esta es una medida de emergencia y no permanente. Yo, para acompañar a mi hijo, no lo puedo hackear a diario”, concluyó Quintero.
- Hay edad para todo
De acuerdo con Quintero, cuando un papá les entrega a sus hijos dispositivos inteligentes les está dando acceso a las aplicaciones de redes sociales aun cuando el niño no está en condiciones de entenderlas. “Las redes sociales tienen unos términos y condiciones en donde están estipuladas las edades de uso, que en Colombia son 13 y 14 años, y se deben respetar. Cuando las plataformas digitales decidieron poner estos mínimos lo hicieron pensando en el nivel de desarrollo que tienen los niños y lo hicieron revisando una serie de estudios de desarrollo cognitivo que mostraron en qué momento desarrollan ciertas habilidades como, por ejemplo, distinguir entre una información verdadera o falsa. Por eso la edad optima de uso se debe cumplir”, puntualizó.
Es importante que los padres no equipen a los hijos con tecnologías desde temprana edad porque así estarán precipitándolos al uso de redes sociales.
- Los padres deben ser ejemplo
En muchas ocasiones los papás están haciendo uso de las redes sociales para tratar temas que se deberían manejar personalmente. “Si yo soy el primero que se comunica con su familia a través del chat familiar y solo construyo encuentros en estos espacios digitales, ¿con qué autoridad le puedo exigir a mi hijo que haga algo diferente?”, pregunta Algarra.
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De acuerdo con la psicóloga Johana Gaviria, del Colegio The Victoria School la aplicación de mensajería WhatsApp se ha convertido en un medio de comunicación que vuelve impersonales las relaciones padre e hijos. Muchos padres preguntan a sus hijos por WhatsApp por qué no hicieron la tarea en vez de confrontarlos personalmente y según ella “el buen manejo de las redes deben hacerlo tanto hijos como padres. El adulto que usa sus redes sociales e invierte mucho tiempo en Facebook, Instagram o Twitter, está dejando de usar ese tiempo en la educación de sus hijos”, dice.
- Conozca la tecnología y las redes
Si los padres de familia conocen las redes y su funcionamiento será más fácil guiar a sus hijos en el uso de las mismas. Es importante que los padres se adelanten en este tema a ellos y las entiendan para poder orientar una discusión crítica frente a las redes sociales. “¿Qué estás mostrando? ¿Para qué lo estas mostrando? ¿Qué quieres que vean en ti? ¿Conoces los riesgos de lo que estás dando a conocer? ¿Distingues lo que es tu vida privada de lo que no lo es?”. Los expertos consultados aconsejan que por lo menos usen una red social para entender la importancia que tiene el mundo digital para sus hijos.
“Como adultos asumimos que los jóvenes saben a qué se arriesgan y en realidad ellos no lo saben. Por eso los padres deben estar enterados de cuáles son los riesgos de lo que publican sus hijos y hablarlo con ellos abiertamente”, concluyó Gaviria.