BIENESTAR
Los horarios del cuerpo
Estudios recientes afirman que sincronizar las actividades diarias con el reloj biológico es fundamental para ser más saludables y productivos. Estas son las horas ideales.
El cuerpo es sabio. Cada célula se mueve a un ritmo determinado y define no solo cuándo debe comer y dormir, sino también las horas ideales para hacer ejercicio o tener sexo, entre otras cosas de la vida cotidiana. Así lo afirman varias investigaciones hechas por expertos en cronobiología, ciencia encargada de estudiar los ritmos biológicos que constituyen el reloj interno del organismo. Este regula las funciones fisiológicas durante las 24 horas del día. Por eso hay tiempos más convenientes para cada actividad que podrían ayudar a mejorar la salud y tener mayor calidad de vida. Estas son algunas de ellas.
6 a 9 a. m. Tener sexo
A primera hora de la mañana los hombres alcanzan un pico muy alto en sus niveles de testosterona. Esto debido a que la glándula pituitaria en el cerebro, encargada de regular la producción de hormonas sexuales masculinas, se enciende en la noche y su nivel va en aumento hasta el amanecer. Por eso el famoso sexo ‘mañanero’ puede ser muy intenso y placentero. Según la sexóloga Debby Herbenick, tener relaciones sexuales entre las 6 y 9 de la mañana es ideal porque el cuerpo está descansado y empezar el día de esa forma puede aliviar el estrés y fortalecer el sistema inmune.
10 a 12 m. Organizar reuniones de trabajo
El razonamiento lógico y los picos de rendimiento mental se alcanzan entre las 10 de la mañana y el mediodía. Por eso los expertos recomiendan organizar reuniones importantes de trabajo antes del almuerzo, pues a esa hora del día el cortisol, la llamada hormona del estrés, alcanza su nivel máximo y les permite a las personas estar muy atentas a los detalles y a ser bastante productivas. Además, algunos estudios han demostrado que es el mejor momento para la memoria a corto plazo. “Es lo ideal porque el cortisol disminuye durante la tarde y es prácticamente indetectable en la noche”, afirma David Ray, profesor de medicina y endocrinología de la Universidad de Manchester, Inglaterra.
4 a 7 p. m. Hacer ejercicio
La hora elegida para hacer una rutina de ejercicio es también fundamental para lograr los mejores resultados. Michael Smolensky, coautor del libro The Body Clock Guide to Better Health, señala en su libro que entre 4 y 7 de la noche el desempeño físico es mucho más alto y el riesgo de lesionarse disminuye. La resistencia cardiovascular y pulmonar, así como la fortaleza y flexibilidad de los músculos, aumentan durante esta etapa del día. De hecho, varios estudios realizados con atletas olímpicos de diferentes disciplinas han revelado que a esa hora se logra un alto rendimiento, especialmente en pruebas de largo aliento y resistencia física.
7 a 8 p. m. La última comida del día
En la noche el hígado no está esperando una avalancha de alimentos, pues normalmente el metabolismo es mucho más lento. Por eso lo más recomendable es comer entre las 7 y 8 de la noche. Las personas que lo hacen después de esa hora son mucho más vulnerables a aumentar de peso y a desarrollar diabetes tipo 2. “Comer tarde en la noche hace más difícil eliminar la glucosa del torrente sanguíneo, porque no producimos la insulina necesaria para que este proceso se lleve a cabo adecuadamente”, señala Russell Foster, profesor de neurociencia circadiana en la Universidad de Oxford y autor del libro Ritmos de la vida.
9 a 11 p. m. ¡A dormir!
Siempre se habla de la cantidad de horas de sueño necesarias para tener un buen descanso. Sin embargo, más allá de que sean 7 u 8 horas, es mucho más importante la hora de acostarse. Entre las 9 y las 11 de la noche la glándula pineal en el cerebro libera la melatonina, la hormona del sueño, y la temperatura corporal baja. Esta es la alerta que emite el cuerpo para indicar que es momento de parar actividades e irse a la cama a dormir. Según Michael Howell, neurólogo de la Universidad de Minnesota, Estados Unidos, respetar los ciclos circadianos de sueño es esencial, pues dormir bien y en sincronía con el reloj biológico es clave para “gozar de buena salud”.