Vida moderna
Remedios caseros con ingredientes de cocina para eliminar la halitosis y el mal aliento
El mal aliento también puede deberse a afecciones estomacales.
El mal aliento o halitosis es un padecimiento que puede estar originado por factores muy diversos, por lo que para combatirlo y lograr deshacerse de él con éxito, primero es importante saber cuál es el origen del problema.
La halitosis o mal aliento se caracteriza por provocar un olor desagradable en la boca. Se trata sin duda de una condición muy incómoda. Quienes lo sufren tienden a disminuir su nivel de confianza y autoestima para convivir en su entorno social.
En muchos casos, la halitosis está causada por las deficiencias en la higiene bucal, pero también puede relacionarse con el consumo de ciertos alimentos, el tabaquismo o la resequedad en la boca, entre otros, según el portal Mejor con Salud.
De acuerdo al magacín Mundo Deportivo, en su sección de salud y bienestar, el mal aliento también puede deberse a afecciones estomacales: es posible que el olor desagradable en la boca provenga del estómago cuando se sufre de gastritis, úlceras, infecciones bacterianas o afecciones en el esófago.
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Remedios caseros para el mal aliento
Bicarbonato de sodio
El bicarbonato de sodio es una de las sustancias más empleadas en el tratamiento de la halitosis.
Sus propiedades antimicrobianas ayudan a controlar el crecimiento bacteriano para neutralizar el mal olor y posibles infecciones. No obstante, hay que tener cuidado, puesto que es un potente abrasivo.
Ingredientes:
- 1 cucharadita de bicarbonato de sodio (5 g).
- ½ vaso de agua tibia (100 ml).
Preparación:
- Diluir el bicarbonato de sodio en agua tibia y realizar gárgaras dos o tres veces al día.
Miel, limón y bicarbonato
Ingredientes:
- 1 limón.
- 1 cucharada de miel.
- 1 cucharadita de bicarbonato de sodio.
- 1 taza de agua tibia.
Preparación:
- Exprimir el jugo del limón en un vaso.
- Agregar la miel al jugo de limón y revolver hasta que estén bien mezclados.
- En una taza aparte, disolver el bicarbonato de sodio en agua tibia.
- Verter la mezcla de bicarbonato de sodio en el vaso con el limón y la miel.
- Revolver la mezcla a fondo hasta que todos los ingredientes estén completamente incorporados.
- Hacer gárgaras con el elixir durante aproximadamente 30 segundos, asegurándose de enjuagar bien toda la boca.
- Escupir la mezcla y enjuagar la boca con agua limpia.
- Repetir este proceso una vez al día, preferiblemente por la mañana, para mantener un aliento fresco durante todo el día.
Infusión de hierbabuena
Ingredientes:
- 1 puñado de hierbabuena
- 1 taza de agua (250 ml)
Preparación:
- Calentar la taza de agua y, cuando llegue a ebullición, añadir el puñado de hierbabuena.
- Permitir que se haga la decocción durante 5 minutos, colar y consumirlo después de cada comida.
Aceite esencial de árbol de té
Por sus potentes cualidades antisépticas, el aceite esencial de árbol de té es un desinfectante natural que inhibe la acción bacteriana en la boca para controlar el mal olor.
Sin embargo, es preciso usarlo con cuidado, porque podría causar irritación.
Ingredientes:
- 5 gotas de aceite esencial de árbol de té.
- 5 gotas de aceite de menta.
- 3 gotas de aceite de limón.
- ½ taza de agua tibia (125 ml).
Preparación:
- Incorporar los aceites esenciales en media taza de agua tibia y hacer un enjuague dos veces al día.
Limón
El zumo de limón es uno de los remedios más antiguos contra este problema. Su ácido cítrico detiene la proliferación de las bacterias en la lengua y encías.
Ingredientes:
- 1 limón
- 1 vaso de agua (200 ml)
Preparación:
- Exprimir el zumo de limón y mezclar con un vaso de agua.
- Realizar gárgaras con el líquido, varias veces al día.
Perejil
El perejil contiene una sustancia llamada clorofila que actúa de manera eficaz contra los síntomas del mal aliento.
Ingredientes:
- 1 puñado de hojas de perejil.
- ½ taza de vinagre de manzana (125 ml).
Preparación:
- Picar el puñado de hojas de perejil y sumergirlas en vinagre de manzana durante 15 minutos.
- A continuación, masticarlas durante uno o dos minutos.
- Repetir el remedio después de cada cepillado.