Vida Moderna
Remedios caseros para bajar la fiebre sin tomar medicamentos
La fiebre ocurre cuando la temperatura corporal aumenta. También se presenta cuando el cuerpo está atacando un agente infeccioso.
Si bien hay medicamentos para controlar la fiebre, también hay remedios caseros pare evitar gastar dinero. Esta condición se presenta como un mecanismo de defensa, el cual se activa cuando el sistema inmunitario detecta una amenaza.
Acto seguido, la temperatura corporal aumenta y el cuerpo experimenta la sensación de estar débil. Los medicamentos antipiréticos suelen ser muy efectivos, pero no son la única opción disponible. Hay medidas básicas que se pueden aplicar en el hogar y están al alcance de todos, representando una alternativa más natural que es útil principalmente en pacientes con fármacos recetados anteriormente.
Por un lado, Mejor con Salud explica que se considera que una persona tiene fiebre cuando su temperatura es igual o superior a los 38.3°C. Sin embargo, si esta característica oscila entre ese valor y 37°C, la medicina habla de febrícula, la ante sala a la fiebre.
Esta condición indica que el organismo está tratando de combatir agentes infecciones. Empero, no es la única razón, debido a que también puede responder a golpes de calor, enfermedades metabólicas y reacciones a medicamentos concretos. En esos casos, más que fiebre, se hace referencia a hipertimia.
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La fiebre no es una enfermedad, sino un síntoma. Mayo Clinic explica que esta situación viene acompañada de la siguiente sintomatología: sudoración, escalofríos, temblores, dolor de cabeza, complicaciones musculares, pérdida de apetito, irritabilidad, deshidratación y debilidad en todo el cuerpo.
El cuerpo es capaz de tolerar las fiebres que oscilan entre 38 y 39 ºC. En estos niveles suele mejorar sin necesidad de medicamentos. De hecho, debido a su papel defensivo, en algunos casos podría ser conveniente no bajarla, pero depende mucho del malestar de cada paciente.
Habitualmente, se reduce cuando la infección o enfermedad que la está ocasionando es tratada con anterioridad. Por lo tanto, es importante contar con una valoración médica, en especial si hay patologías en medio o si los síntomas posteriores no cesan.
En ese orden de ideas, hay una serie de medidas caseras que sirven para aliviar muchos casos de fiebre. Para ello solo se necesita contar con elementos básicos, los que muy probablemente siempre están a la mano.
Uno de esos tratamientos es aplicar alrededor del cuerpo compresas húmedas. El centro médico National Center for Biotechology Information señala que este método es una estrategia popular para bajar la fiebre, debido a que refresca al cuerpo frente a estas subidas inesperadas de temperatura.
Las compresas no deben ser heladas dado que pueden empeorar el escalofrío. Lo ideal es que estén a temperatura ambiente. Incluso, si ya hay escalofríos, funcionan las compresas tibias. Para colocarlas, bastará con ubicarlas en la cabeza, axilas, ingle y pies. Solo deben estar mojadas por agua; ninguna otra sustancia debe entrar en contacto, porque puede ocasionar un efecto contraproducente.
El segundo remedio son las duchas tibias, junto con estar desabrigado. La función de la ducha con agua tibia es similar a la de las compresas. En algunas personas es útil para reducir el malestar y disminuir la temperatura corporal. Por lo general, es una medida implementada en casos de fiebre alta mientras se acude al médico.
Cabe mencionar que es fundamental que el agua esté tibia, dado que la fría puede derivar un shock térmico. Entre tanto, la caliente resulta sofocante y contraproducente. El baño puede extenderse entre 20 y 30 minutos. No obstante, si deriva más escalofríos, debe suspenderse.
También es importante no arroparse demasiado a pesar de que pueda sentirse frío. Esto solo empeorará la elevación de la temperatura y, al cabo de algunas horas, agravará el malestar. Por lo general, llevar ropa ligera y cubrirse con una manta suele ser suficiente.
Otra alternativa para disminuir la fiebre es guardar reposo. Pese a ser un síntoma alarmante, la fiebre tiende a desaparecer por sí sola sin medicamentos o tratamientos específicos. De hecho, un estado de quietud es la mejor opción para obtener alivio, pues permite que la fiebre cumpla su papel defensivo sin hacer el mayor esfuerzo.