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Revelan nueva teoría que explica el origen del meteorito que produjo la extinción de los dinosaurios

Expertos de la Universidad de Harvard establecieron que el fenómeno pudo haber causado la extinción del 75 % de las especies que habitaban la Tierra.

15 de febrero de 2021
Revelan nueva teoría que explica el origen del meteorito que produjo la extinción de los Dinosaurios
Revelan nueva teoría que explica el origen del meteorito que produjo la extinción de los Dinosaurios | Foto: Getty Images

El meteorito de Chicxulub fue el causante de la extinción de los dinosaurios hace más de 66 millones de años, un fenómeno que los científicos de la Universidad de Harvard, Abraham Loeb y Amir Siraj, relacionan con la desintegración de un cometa de larga duración.

Los investigadores de Harvard buscan evidenciar cómo una fracción de los cometas se interrumpen por fuerzas de marea después de pasar cerca del Sol, provocando que estos se fragmenten y crucen la órbita de la Tierra con probabilidades de impacto.

Los cometas se desvían de su ruta debido al campo gravitacional de Júpiter, que a su vez opera “como una máquina de pinball”, acercándolos al Sol, según el científico Amir Siraj.

“Las tasas de impacto de fondo de los asteroides del cinturón principal y los cometas de periodo largo han sido descartadas anteriormente por ser demasiado bajas para explicar el evento de impacto de Chicxulub”, que es como se le denomina al cráter ubicado en la península de Yucatán en México, según el artículo publicado en la revista Nature.

De acuerdo con Siraj, el origen del impacto “es un rompecabezas sin resolver”, lo que los llevó a diseñar un modelo coherente para determinar el momento en el que ocurrió y su composición a través de simulaciones gravitacionales.

El científico explica que el sistema Júpiter-Sol afecta una parte de todos los cometas que tardan un largo tiempo en órbitas de roce solar, los cuales tienen un tamaño suficiente para evitar “la interrupción térmica” y sus mareas pueden ser interrumpidas por la estrella, fragmentándose en muchos pedazos más pequeños.

Con base en esto, se hizo una serie de simulaciones que muestran cómo estos eventos mejoran la tasa de impactos del tamaño de Chicxulub en la Tierra en un orden de magnitud, sin afectar la caída de meteoritos o la distribución del tamaño de los cráteres, según Siraj.

Del mismo modo, se encontró que la composición de Chicxulub es de condrita carbonosa, lo que no es usual entre los asteroides, aunque posiblemente sí lo sea entre los cometas, puesto que el cráter confirmado más grande del mundo (Vredefort) y el más grande del último millón de años (Zhamanshin) también comparten esta composición.

“Las mediciones futuras de la composición de cometas de periodos prolongados y los grandes cráteres de impacto, así como las observaciones de los cometas que rozan el Sol, ayudarán a probar este modelo. ¡Emocionado por ver lo que traen los modelos y las observaciones futuras!”, dijo el investigador.

En este sentido, y aunque las teorías apuntan a que el responsable del incidente fue un asteroide, un equipo con base en el Centro de Astrofísica en Cambridge, Massachusetts, afirma que se pudo tratar de un cometa helado que voló demasiado cerca del Sol, de acuerdo con The New York Times.

Respecto al estudio de otros meteoritos, en días pasados expertos de la Universidad de Heidelberg hicieron un hallazgo respecto al que cayó en el norte de Alemania en 2019 que evidenciaría la presencia más temprana de agua líquida en un planeta menor.

La institución hizo uso de la sonda de iones de alta resolución, un instrumento de investigación del Instituto de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Heidelberg, con la cual se hicieron las mediciones. En el estudio estuvo vinculado el Grupo de Investigación en Cosmoquímica, a la cabeza del profesor Mario Trieloff, en coordinación con la Universidad de Münster, con científicos participantes de Europa, Australia y Estados Unidos.

Este meteorito, que cayó al planeta en septiembre del año antepasado, fue denominado como Flensburg por el lugar donde se encontró, y lo clasificaron como condrita carbonosa, una forma de meteorito muy inusual y rara.

“El hallazgo es bastante único en el sistema solar temprano. La roca estaba ampliamente expuesta a un fluido acuoso y, por lo tanto, formó silicatos y carbonatos que contienen agua”, explicaron los profesores Addi Bischoff y Markus Patzek, de la Universidad de Münster.