SALUD
Riñones: las enfermedades por las cuales se debe hacer un trasplante
El riñón donado puede provenir de una persona viva o que haya fallecido.
El trasplante de riñón es un procedimiento quirúrgico que resulta necesario cuando los riñones de la persona no están funcionando de la forma correcta. Consiste en colocar un riñón sano de un donante vivo o fallecido en reemplazo de los riñones que dejaron de funcionar.
Mayo Clinic explica que los riñones son dos órganos que tienen forma de habichuela y el tamaño de un puño, los cuales se sitúan a cada lado de la columna vertebral justo debajo de la caja torácica. Su función de cabecera consiste en filtrar y eliminar los desechos, minerales y líquido de la sangre mediante la producción de orina.
“Cuando los riñones pierden esta capacidad de filtrado, se acumulan niveles dañinos de líquido y desechos en el cuerpo, y esto puede elevar tu presión arterial y resultar en insuficiencia renal (enfermedad renal en etapa terminal). La enfermedad renal terminal se produce cuando los riñones han perdido aproximadamente el 90% de su capacidad para funcionar normalmente”, explica la entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
Entre las causas frecuentes de enfermedad renal terminal se encuentran: diabetes, presión arterial alta crónica no controlada, enfermedad renal poliquística y glomerulonefritis crónica, que es una inflamación y posterior formación de cicatrices en los pequeños filtros que se encuentran dentro de los riñones (glomérulos). Siendo estas las enfermedades por las cuales puede resultar necesario hacer un trasplante de riñón.
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La American Kidney Fund señala que una persona puede ingresar a la lista de espera para tener un trasplante de riñón siguiendo diversos pasos. El primero es consultar al médico sobre si esta sería una opción que le conviene al paciente, de ser afirmativa la respuesta, el galeno lo remitirá a un centro de trasplantes en su área.
“En el centro de trasplante, usted pasará por un proceso de evaluación para saber si haciéndose un trasplante de riñón es un tratamiento seguro para usted. Puede tomar semanas o incluso meses para que usted tenga todas las pruebas y exámenes necesarios durante el proceso de evaluación”, explica la organización sin fines de lucro.
En el marco de ese proceso habrá varias citas en el centro de trasplantes hasta que el equipo médico se cerciore de que el paciente esté listo para recibir el trasplante de riñón. “Si el equipo de trasplante piensa que está listo para un trasplante de riñón, pero no tiene un miembro de la familia u otra persona que podría ser un donante vivo, se le agregará a la lista de espera de un riñón de un donante fallecido”, precisa la American Kidney Fund.
La Fundación aclara que la expectativa de vida del riñón trasplantado varía y depende de diversos factores, siendo el cuidado que le dé el paciente el factor más importante que incide en su duración.
“Los riñones que provienen de un donante fallecido duran un promedio de 15 años. Su riñón trasplantado podría funcionar por menos tiempo o más tiempo”, añade la organización. Recomienda, además, seguir al pie de la letra las directrices impartidas por el equipo médico para el cuidado del nuevo riñón, tomando la medicina todos los días, tantas veces al día y en las horas que indique el médico. “Omitir su medicamento puede hacer que su nuevo riñón falle”, advierte.
El Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK, por sus siglas en inglés), aclara que el riñón donado puede comenzar a funcionar de inmediato o puede tardar unas pocas semanas en producir la orina: “Si el nuevo riñón no comienza a funcionar de inmediato, el paciente necesitará tratamientos de diálisis para filtrar las toxinas y el exceso de sal y líquidos del organismo hasta que comience a funcionar”.
Sumado a lo anterior, el NIDDK señala que hay otros problemas que pueden ocurrir después de que se haya realizado el trasplante de riñón, los cuales son similares a los que se presentan con otras cirugías pélvicas, tales como:
- Hemorragia.
- Infección, especialmente una infección de vejiga.
- Dolor o adormecimiento en la parte interna del muslo que generalmente desaparece sin tratamiento.
“El rechazo del trasplante es poco frecuente justo después de la cirugía y puede tomar días o semanas en ocurrir. El rechazo es menos común cuando el riñón nuevo proviene de un donante vivo que cuando proviene de un donante fallecido”, concluye el NIDDK.