SALUD

Robert Farah, Juan Sebastián Cabal y Santiago Giraldo también son héroes de los niños con cáncer

Carlos Vegalara, un joven de 15 años diagnosticado con linfoma, recibió apoyo emocional de los tenistas. Su historia muestra la importancia de tener este tipo de figuras en el tratamiento contra este mal.

19 de octubre de 2019
Durante la Copa Davis, el grupo de tenistas de Colsánitas le regaló a Carlos una camiseta con mensajes de aliento firmada por ellos.

Cuando Carlos Vegalara recibió el diagnóstico de cáncer en noviembre de 2018, su vida cambió. Tenía un linfoma de células T que requería de quimioterapia durante dos años. “Solo pensaba en mejorarme y sobrepasar este obstáculo”, dice.

Fernando Sánchez, su profesor de tenis, le enviaba mensajes para animarlo, y en enero decidió invitarlo a las eliminatorias de la Copa Davis. Fue tal la emoción del joven que a diario les preguntaba a sus médicos: “¿Será que podré ir?” Como era arriesgado, le contestaron: “Vamos viendo”.

El día antes del encuentro, en febrero, tenía las defensas en el límite, sin embargo le dieron permiso. Todos creían que solo resistiría un partido, pero Carlos estuvo hasta el final de esa jornada, en la cual los colombianos ganaron dos de cinco partidos. Si completaban otra victoria al otro día, clasificarían.

En medio de la emoción, Felipe Berón, entrenador de Colsánitas, invitó a Carlos a saludar al equipo. Los deportistas ya estaban enterados de la historia del joven y del esfuerzo que hizo para verlos, y le tenían una camiseta del equipo firmada por sus integrantes. Así, los tenistas lo sorprendieron al rendirle un homenaje por su valentía en la lucha contra ese mal.

Esa noche, al revisar sus redes sociales, Carlos vio una publicación de Robert Farah en la que mencionaba su encuentro con los tenistas. Por primera vez en mucho tiempo en la casa de los Vegalara no se habló de cáncer, sino de tenis. Al otro día el joven esperaba en la tribuna la victoria de sus campeones, que llegó más temprano de lo pensado. El grupo dio la vuelta olímpica y cuando llegó a donde él se encontraba, Juan Sebastián Cabal le entregó su raqueta, que hoy tiene colgada en su cuarto.


Foto: Este mensaje de Robert Farah motivó al niño a continuar con sus clases de tenis y a olvidar el drama de su cáncer.

En abril Carlos fue a Houston para una fase del tratamiento que coincidió con un torneo ATP 250. En el momento que los tenistas Santiago Giraldo y Daniel Galán, que participaban en el certamen, supieron que él estaba en la misma ciudad, lo invitaron al campeonato, como si se tratara de otro miembro más del equipo. Así pudo estar con el grupo y con otras figuras internacionales del tenis.

Estas experiencias motivaron al joven a volver a la cancha. Esos gestos de los tenistas le ayudaron a tener un motivo de felicidad en medio del reto de superar el cáncer; al punto que cuando el dúo Farah-Cabal o cualquier otro del equipo ganaba un torneo, los amigos de Carlos lo felicitan como si fuera su propio triunfo. Para él, la lucha contra esta enfermedad es similar al recorrido de un deportista.

“Para el deportista el triunfo es elevar una copa; para mí, es tocar la campana de remisión”. El agradecimiento de la familia con el equipo es enorme, pues “no solo son un ejemplo de esfuerzo, constancia y disciplina, sino que con su humanidad han logrado que Carlos sepa que con trabajo duro cualquier realidad es un sueño”, dice Liliana, su mamá.

Hoy Carlos está mucho mejor que hace un año y, aunque terminará su tratamiento en 2021, ya se siente victorioso. En noviembre viajará a Madrid a animar al Equipo Colombia en la Copa Davis. Que estos tenistas hayan empoderado su mente lo lleva a pensar que otros niños con cáncer necesitan de héroes como los que formó Berón, que los inspiren a seguir. Eso es posible porque dejan de ser figuras idealizadas y se convierten en compañeros de lucha en esta enfermedad.