Vida Moderna
Rodillas: así se puede saber si se sufre de una lesión o rotura de ligamentos
Aunque los dolores de rodilla son comunes, es importante no pasarlos por alto ni ignorar las señales de alerta.
El dolor de rodilla es un síntoma que puede aquejar a las personas en cualquier momento de sus vidas. En algunos casos, inicia repentinamente luego de una lesión o de haber realizado un ejercicio, así mismo, puede aparecer como una molestia leve y empeorar a medida que pasa el tiempo.
De acuerdo con información de la enciclopedia médica MedlinePlus, el dolor de rodilla puede tener distintas causas, por ejemplo, tener sobrepeso o padecer de obesidad puede aumentar el riesgo de sufrir problemas en esta articulación.
Otra causa de dolor está asociada al uso excesivo de la rodilla o los antecedentes de artritis. No obstante, cuando se trata de una causa simple, la dolencia suele aliviarse por sí misma con autocuidado. Ahora bien, en caso de que sea una lesión compleja, lo más recomendable es acudir a un especialista médico para obtener un diagnóstico preciso y definir el tratamiento adecuado.
Dentro de las lesiones y dolencias a causa del uso excesivo de la rodilla, MedlinePlus destaca las siguientes:
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- Bursitis: Inflamación a causa de presión repetitiva sobre la rodilla.
- Dislocación de la rótula.
- Fractura de la rótula u otros huesos.
- Síndrome de la banda iliotibial.
- Síndrome patelofemoral: Dolor en la parte frontal de la rodilla alrededor de la rótula.
- Ruptura de ligamentos: Una lesión al ligamento cruzado anterior (LCA) o al ligamento colateral medio (LCM) que puede provocar sangrado en la rodilla, hinchazón o inestabilidad en la rodilla.
- Desgarro del cartílago (una ruptura de meniscos): Este dolor que se siente en la parte interior o exterior de la articulación de la rodilla.
- Distensión muscular o esguinces: Son lesiones menores en los ligamentos causados por torceduras súbitas o no naturales.
Por lo general, este tipo de lesiones surgen luego de haber sufrido un golpe o trauma en la rodilla. En todo caso, es necesario realizar exámenes específicos tales como resonancias, ecografías o radiografías para estudiar a detalle cada componente de la articulación.
¿Cómo saber si hay rotura de ligamentos?
Los ligamentos son largas tiras fibrosas que mantienen unidos a los huesos. La rotura de estos tejidos suponen una de las lesiones más temidas por deportistas y personas del común. En el caso de la rodilla, la surge ante un eventual daño en el ligamento cruzado anterior.
Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica médica, detalla cuáles son los signos y síntomas de una lesión del ligamento cruzado anterior:
- Un chasquido fuerte o sensación de “chasquido” en la rodilla.
- Dolor intenso e incapacidad para continuar una actividad.
- Hinchazón rápida.
- Pérdida de la amplitud de movimiento.
- Sensación de inestabilidad o de “darse por vencido” al soportar peso.
Según describe el citado portal, “el ligamento cruzado anterior, uno de los dos ligamentos que cruza por el medio de la rodilla, conecta el hueso del muslo con la tibia, y ayuda a estabilizar la articulación de la rodilla”.
Por lo general, las lesiones del ligamento cruzado anterior ocurren al practicar deportes y hacer actividades físicas que pueden ejercer presión en la rodilla. Dicho esto, son bastante comunes entre deportistas de alto rendimiento.
Estos son algunos factores que pueden incidir en el desarrollo de esta lesión:
- Reducir la velocidad y cambiar de dirección de manera repentina (con brusquedad).
- Girar con el pie firmemente apoyado.
- Aterrizar con torpeza después de un salto.
- Detenerse de manera repentina.
- Recibir un golpe directo en la rodilla o chocar.
Para prevenir esta temida lesión, Mayo Clinic recomienda realizar entrenamientos bajo la orientación de un profesional. Los programas básicos incluyen ejercicios para fortalecer el tronco del cuerpo, los músculos de las piernas (sobre todo aquellos para los músculos isquiotibiales) y ejercicios para enfatizar en las técnicas adecuadas y posiciones correctas de las rodillas a la hora de saltar y de volver a tocar el suelo luego del salto.