Vida Moderna

Sarro negro en los dientes: causas y cómo eliminarlo

El sarro, a veces también es denominado cálculo o tártaro dental.

30 de marzo de 2022
Sarro: así podrá eliminarlo de sus dientes con estos remedios caseros
Es importante consultar a un odontólogo mínimo cada seis meses. | Foto: Getty Images

El sarro se forma de la placa que es una mezcla de saliva, bacterias, alimentos y ácidos y, si la placa no se remueve con regularidad, se endurecerá y se convertirá en sarro que en ocasiones puede ser negro.

“La principal causa del sarro negro en concreto, se debe a que al empezar a aparecer por debajo de la línea de las encías y expandirse hacia afuera está en contacto con otras sustancias que añaden pigmento a su composición, a diferencia de otras variedades de sarro más claritas”, explicaron las Clínicas Adeslas Dental.

Por tal razón, para eliminar el sarro se debe acudir a un dentista para que este sea quien lo retire, pero para prevenirlo, Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos reveló algunas las medidas que incluyen:

  • Cepillarse por lo menos dos veces al día con un cepillo que no sea demasiado grande para la boca. Hay que elegir un cepillo que tenga cerdas suaves y redondeadas.
  • Debe permitir llegar a todas las superficies de la boca con facilidad y la pasta dental no debe ser abrasiva.
  • Los cepillos eléctricos limpian los dientes mejor que los manuales y hay que cepillarse durante al menos dos minutos cada vez.
  • Usar hilo dental suavemente al menos una vez al día. Esto es importante para prevenir la enfermedad periodontal.
  • Utilizar sistemas de irrigación de agua puede ayudar a controlar las bacterias alrededor de los dientes bajo la línea de las encías.
  • Acudir al dentista o al higienista oral al menos cada seis meses para que este realice una limpieza completa de los dientes y un examen oral. Algunas personas que tienen enfermedad periodontal pueden requerir limpiezas más frecuentes.
  • Hacer gárgaras con soluciones de enjuague o masticar una tableta especial en la boca puede ayudar a identificar las áreas de acumulación de sarro.
  • Las comidas bien balanceadas ayudarán a mantener saludables los dientes y encías. Por ello, lo recomendado es evitar los refrigerios entre comidas, sobre todo comidas pegajosas y azucaradas así como alimentos ricos en carbohidratos como papas fritas. Además, si se comen refrigerios en la noche, hay que cepillarse después y no se debe comer ni beber nada (se puede tomar agua) después de cepillarse los dientes para acostarse.

Sobre la misma línea, los expertos recomiendan reemplazar el cepillo de dientes cada tres meses o antes si las cerdas están abiertas o gastadas.

“El motivo principal es que el cepillo tiene un determinado tiempo de vida y uso. Debemos pensar que con el tiempo, las cerdas y el mando acumulan una gran cantidad de bacterias, además que su desgaste modifica la forma de las cerdas, que con el tiempo, no serán tan efectivas a la hora de eliminar la placa bacteriana”, señaló la Clínica Dental de Barcelona, Cambra Clinic.

Asimismo, explicó que también es importante cambiar el cepillo de dientes después de sufrir un resfriado, gripe, infecciones bucales o dolor de garganta. Los gérmenes de estas patologías pueden almacenarse en las cerdas del cepillo y provocar de nuevo una infección.

Además, el cuidado de la salud bucal es importante en las personas que presentan enfermedades generales como hipertensión, diabetes, cáncer, VIH, enfermedades respiratorias, entre otras, para reducir el riesgo de que además presenten sobreinfecciones de origen en la boca.

Dientes
En caso de tener sarro, el profesional realizará el procedimiento adecuado para retirarlo. | Foto: Getty Images

Hay que señalar que si existe alguna molestia en los dientes, Mayo Clinic recomienda asistir al dentista para que este realice una revisión y con esto se evite tener dificultades más serias, entre ellas padecer de endocarditis, una infección del revestimiento interno de las cámaras o válvulas cardíacas (endocardio) que por lo general ocurre cuando las bacterias u otros gérmenes de otra parte del cuerpo, como la boca, se propagan a través del torrente sanguíneo y se adhieren a ciertas zonas del corazón.