Maternidad

Se venden bebés: ¿tiene algún límite el alquiler de vientres? El caso de Ana Obregón reaviva la polémica

La actriz española Ana Obregón, que se convirtió en mamá a los 68 años, revive el debate sobre los límites del alquiler de vientres. Pero también de los riesgos de la maternidad tardía.

1 de abril de 2023
La actriz española Ana Obregón se convirtió en mamá a los 68 años. | Foto: afp

La noticia sorprendió al mundo el pasado miércoles: Ana Obregón, reconocida actriz, presentadora y productora española, se convirtió en madre a los 68 años. Una foto suya, sentada en una silla de ruedas a la salida de una clínica, con una bebé recién nacida en el regazo, como si acabara de parir, le dio la vuelta al mundo. Una exclusiva de la revista ¡Hola!, que conocía desde hacía meses el anhelo de Obregón de ser de nuevo mamá.

Lo logró gracias a la técnica de gestación subrogada (vientre de alquiler). El proceso se llevó a cabo en el Memorial Regional Hospital de Miami, Estados Unidos, país donde, contrario a lo que sucede en España, este procedimiento es legal y puede costar entre 120.000 y 190.000 dólares.

Actriz ana obregón
Ana Obregón. | Foto: Europa Press

Por eso, la mayoría de famosos que han recurrido al alquiler de vientres, desde Kim y Khloé Kardashian hasta Miguel Bosé, Ricky Martin y Cristiano Ronaldo, han acudido a agencias especializadas de Estados Unidos para convertirse en padres.

Los médicos en España rechazan los vientres de alquiler como técnica de reproducción asistida, de acuerdo con la ley vigente, aunque la nueva versión del Código de Deontología Médica, aprobada por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, y presentada este jueves por la tarde en el Congreso de los Diputados, deja una puerta abierta en “casos muy excepcionales relacionados con la salud de la madre, sin ninguna contraprestación económica”.

En España, además, las leyes permiten adoptar a un niño solo cuando se tienen entre 25 años y, como máximo, 45. Y la diferencia de edad entre padres e hijos debe ser mayor de 16 años hasta un máximo de 45. En ese sentido, para Ana Obregón habría sido imposible adoptar en España a sus 68 años.

De aquí que su caso revivió un viejo debate sobre los límites éticos de la maternidad asistida. Y en esta historia, son varios los aspectos que médicos y psicólogos de medio mundo analizan, empezando por su edad, que no es precisamente la ideal para enfrentar una maternidad.

Ella dice tener sus razones: la bebé, nacida el pasado 20 de marzo (solo dos días después del cumpleaños número 68 de la actriz), llega a su vida en medio del dolor y el duelo por la pérdida de su único hijo, Aless Lequio, quien falleció a los 27 años a causa de un cáncer.

Dos años atrás, el joven había recibido el diagnóstico. Y pese a los tratamientos, perdió la batalla en 2020, en plena pandemia. Un año más tarde fallecerían también la madre y el padre de la actriz. Tres duelos en la soledad de la cuarentena del covid-19.

Por eso, la presentadora, en entrevista con Icon, dijo: hay dos clases de personas, las que han enterrado a un hijo y las que no. Según la revista ¡Hola!, la bebé, que llevará el mismo nombre de su madre y de su abuela, le ha devuelto a la actriz la ilusión por vivir, pues ha pasado unos años muy duros desde que falleció su hijo.

Imagen difundida por La Vanguardia
Ana Obregón y su hijo, quien falleció a causa de un cáncer. | Foto: Imagen difundida por La Vanguardia

Y pese a que la madrileña es una de las presentadoras más reconocidas de la televisión española, su dolor le impedía disfrutar plenamente de su vida.

Según explicó la revista, el embarazo por gestación subrogada se produjo en junio de 2022, “el mismo mes en que Aless habría cumplido 30 años”.

Pocas horas después de que la publicación recorriera el mundo, Obregón compartió con el millón de seguidores de su perfil de Instagram un mensaje sobre el momento que vive: “¡Nos pillaron! Llegó una luz llena de amor a mi oscuridad. Ya nunca volveré a estar sola. He vuelto a vivir”.

Crece la polémica

El hecho tiene divididos a los españoles y a la comunidad médica. Por un lado, se cuestiona si detrás de la decisión se esconde “un acto de egoísmo” de la actriz, como lo plantea Cecilia Sanín, psicóloga de familia.

“Y es egoísmo porque Obregón pensó solo en ella y no en esa niña. El suyo es un caso de un duelo que aún no está resuelto. Un hijo no se compensa con otro hijo, y menos a una edad en la que si bien se pueden tener el amor y los medios económicos para asegurar una buena crianza, no es un detalle menor que a los 60 o 70 años ni un hombre ni una mujer cuentan con la vitalidad y energía que demanda la crianza de un hijo”, asegura Sanín.

Y agrega que, como es natural, “existe el riesgo latente de que, más pronto que tarde, esa mamá tardía fallezca, lo que de entrada supone un problema para ese pequeño, que es probable que conozca la orfandad mucho antes de lo deseado”.

Por eso, el caso de Obregón ha tenido tal alcance, que hasta figuras de la política local se han pronunciado. El día después de conocerse la noticia, la ministra de Igualdad, Irene Montero, aseguró que esta es una “forma de violencia contra las mujeres”. También en los pasillos del Congreso de los Diputados, la titular de Hacienda, María Jesús Montero, cuestionó la decisión de la actriz y la calificó de “explotación del cuerpo de la mujer”.

Varias voces también se han hecho sentir por medio de la prensa en España. En una dura columna publicada en el diario El País, ‘Comprar bebés’, Najat el Hachmi califica el caso de Obregón como “la explotación de las capacidades reproductivas de mujeres jóvenes”.

En su texto, El Hachmi describe a la actriz “como una mujer rica que cree que sus deseos están por encima de cualquier consideración, que tiene derecho a someter a otra mujer, siempre pobre, siempre desesperada, a la terrible explotación que supone convertirla en un simple horno donde cocer al bebé, que luego va a considerar suyo, no porque lo haya parido o adoptado, sino porque lo haya comprado”.

Y, líneas más abajo, agrega: “Lo terrible de este caso es que una madre que sabe lo que es perder el fruto de sus propias entrañas, que ha vivido la maternidad en primera persona, pueda llegar al aberrante acto de arrancarle a otra madre la niña que ha alumbrado”.

Pero, en medio de las críticas, también se hicieron públicas algunas voces de apoyo, como la de Georgina Rodríguez, pareja del astro del fútbol Cristiano Ronaldo: “Enhorabuena. Tu princesa es muy afortunada de tener una mamá como tú. Les deseo una vida llena de luz y amor”, escribió la influencer argentina.

Más allá de estar ‘unidas’ por el hecho de que ambas son grandes divas de la televisión, las dos no solo han enfrentado el duelo por la pérdida de un hijo, sino que se han decantado por la gestación subrogada para ser madres. Algunos de los niños que la influencer tiene con el futbolista portugués nacieron mediante esta práctica, incluso antes de que ellos se convirtieran en pareja.

En todo caso, no han sido pocas las celebridades que han encontrado en el alquiler de vientres un camino fácil para abrazar la maternidad o la paternidad: en varios eventos públicos ha sido frecuente ver a figuras como Miguel Bosé o Ricky Martin, por ejemplo, posando junto a sus hijos.

“Pero los límites siempre dependerán de cada caso. Porque una cosa es buscar la maternidad de esa manera, porque biológicamente no es posible, y otra por querer mitigar un duelo mal resuelto, como en el caso Ana Obregón”, concluye Sanín.

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