VIDA MODERNA

Sedentarismo aumenta el riesgo de demencia hasta un 30 %, según expertas

Reiteran la importancia de llevar una dieta saludable y hacer ejercicio.

15 de abril de 2022
Investigación dirigida por psicólogos de la Universidad de Pittsburgh determinó que practicar deporte ayuda a las personas mayores en la memoria episódica. Foto: Gettyimages.
Una investigación dirigida por psicólogos de la Universidad de Pittsburgh determinó que practicar deporte ayuda a las personas mayores en la memoria episódica. Foto: Getty Images. | Foto: Foto Gettyimages

La inactividad física y la conducta sedentaria es uno de los principales factores de riesgo de demencia, hasta el punto de aumentar el riesgo hasta en un 30 %, según aseguraron las doctoras Carmen Terrón, coordinadora de la Unidad de Deterioro Cognitivo y Demencias del Hospital Nuestra Señora del Rosario, y María S. Manzano Palomo, neuróloga del Hospital Infanta Leonor de Madrid.

Las expertas señalaron que los doce factores de riesgo modificables de demencia establecidos actualmente serían responsables de un 40 % de los casos de demencia o, dicho de otro modo, “si se pusiera en marcha un plan de prevención de demencia se podría evitar o retrasar un 40 % de los casos”.

“Esto convierte la actividad física en un factor protector frente al desarrollo de demencia y enfermedad de Alzheimer, así como frente a patología cerebrovascular, además de tener un efecto positivo sobre la salud y la calidad de vida”, han asegurado las neurólogas.

Además, agregan que el sedentarismo favorece el desarrollo de otros factores de riesgo de demencia, como la obesidad y la alteración de metabolismo lipídico y glucémico, por no hablar de su relación con una disminución de la función cognitiva a lo largo de la vida y un mayor riesgo de demencia de cualquier etiología.

Ejercicios
Para empezar a ejercitarse se debe estirar y calentar el cuerpo, según especialistas en entrenamiento deportivo. | Foto: Getty Images

Así pues, las doctoras Terrón y Manzano aconsejan evitar la inactividad física todo lo posible, por lo que limitan el tiempo de sedentarismo a menos de dos horas al día; levantarse y moverse tras 30 minutos de sedestación ininterrumpida; aumentar el tiempo diario de actividad física ligera a dos horas cada día.

En definitiva, las neurólogas son partidarias de poner en marcha estrategias de prevención de la demencia de manera integral, con cambios fundamentales en los hábitos de vida.

La prevalencia de síndrome demencial en América Latina y el Caribe es alta. Entre 6,0 y 6,5 por cada 100 adultos de 60 años y más, desarrollan la enfermedad; y se estima que para 2040, el crecimiento será de 134 % en la mayoría de países del cono sur americano, por lo que sobrepasará al de cualquier otra región del mundo.

Frente a este escenario, recientemente el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia hizo un llamado para promover estrategias que ayuden a reducir su impacto en la región, y sobre todo, en el país.

”Suele pensarse que el principal factor de riesgo es la edad. Y aunque juega un rol importante, no es el único, ni tampoco es inevitable. Hay factores que permiten reducir el riesgo, muchos de ellos relacionados con la educación y los hábitos saludables”, explicó Nubia Bautista, subdirectora de Enfermedades No Transmisibles del MinSalud.

De acuerdo a la experta, los factores no modificables de la demencia a lo largo de la vida podrían sumar un 65 %, y los modificables suman un 35 %.

El Ministerio de Salud y Protección Social recomienda poner en práctica los siguientes hábitos:

  • Alimentarse bien: Reducir las grasas, especialmente las grasas saturadas, reducir los productos animales (carne, lácteos, queso), reducir los alimentos procesados, consumir más plantas de todas las variedades, especialmente verduras y frijoles, incrementar el consumo de frutas, especialmente bayas, reducir el consumo de sal.
  • Hacer ejercicio: ejercicio aeróbico regular, ejercicios de fortalecimiento de piernas, movimiento regular durante todo el día.
  • Manejar el estrés: identificar el estrés bueno y malo, trabajar para aumentar el estrés bueno (impulsado por un propósito, orientado al éxito) y reducir el estrés malo; técnicas de meditación y atención plena durante todo el día.
  • Dormir bien: La falta de sueño podría influir en el riesgo de padecer demencia de varias maneras. Ciertos problemas del sueño como el insomnio pueden causar inflamación en el cerebro que puede conducir a la demencia. Otra causa es que podrían reducir la eficiencia del metabolismo en el cerebro, como la capacidad de la mente para transferir desechos a través de su sistema glinfático, lo que podría producir la pérdida de células neuronales.
  • Optimizar la actividad mental y social: los individuos participan en tareas complejas (que involucran múltiples dominios cognitivos del cerebro), como aprender instrumentos musicales, aprender idiomas y liderar proyectos; especialmente la complejidad del trabajo tiene un efecto mayor en la construcción de la reserva cognitiva.